NO SE TIRÓ – LO
MATARON
Cuando la policía de Franco suicidaba
estudiantes. Fechas para recordar, 20 de Enero de 1969.
Enrique Ruano Casanova (1948 -
Madrid, 20 de enero de 1969) fue un estudiante de derecho y militante
antifranquista español, muerto en circunstancias no esclarecidas mientras se
encontraba bajo custodia de la Brigada Político Social, la policía política del
régimen franquista.
Enrique Ruano Casanova,
estudiante y miembro del Frente de Liberación Popular, uno de los grupos
políticos que lucharon en España contra el franquismo, murió el 20 de enero de
1969, a resultas de una caída desde la ventana de un edificio, al que había
sido llevado por la Brigada Político Social, que le había detenido tres días
antes.
EL MOMENTO
1969 comenzó en España en un
ambiente políticamente convulso. Las huelgas de obreros y estudiantes
contrarios al régimen, dentro de las cuales se debe encuadrar lo ocurrido con
Ruano, llevaron al Gobierno a decretar en todo el territorio español el estado
de excepción que decretaba la suspensión de garantías y establecía una censura
de prensa más estricta, y duró hasta el 24 de marzo.
Enrique Ruano fue detenido el 17
de enero de 1969, por arrojar en la calle propaganda de su partido, y
trasladado a Comisaría. Tres días más tarde, fue llevado a un edificio de la
calle Príncipe de Vergara (entonces General Mola) de Madrid, para efectuar un
registro de la vivienda, y allí cayó por una ventana del séptimo piso.[1]
“El cadáver está en decúbito
supino, con los brazos encogidos, así como las piernas flexionadas, habiendo a
la altura de la cabeza y hacia el lado derecho un charco de sangre… Se
encuentra vestido con ropa interior blanca, jersey azul oscuro, pantalón gris,
calcetines verdes y zapatos marrones”, eso decía el atestado del juez.
La muerte de Enrique Ruano, fue
considerada por el movimiento antifranquista como un asesinato, y se produjeron
diversas movilizaciones en protesta por los hechos.
LAS CONSECUENCIAS
Varios intelectuales, ente ellos
Fernando Savater, apoyaron también la tesis del crimen político, del asesinato,
que fue creciendo ante las contradicciones de la versión oficial, que fue
variando con el paso de los días.
El suceso, fue presentado
oficialmente como un suicidio, se dijo que el joven echó a correr y se arrojó por
la ventana, e incluso se llegó a presentar un supuesto diario en el que se
expresaban ideas suicidas y que fue filtrado a la prensa como del estudiante
fallecido.
Manuel Jiménez Quílez, director
general de Prensa a las órdenes del Ministro Manuel Fraga Iribarne, movilizó al
diario ABC –dirigido entonces por Torcuato Luca de Tena- y encargaron al
periodista–policía Alfredo Semprún que con aquellos mimbres preparara un
reportaje “definitivo” acerca de las razones del suicidio.
Manuel Fraga llamó por teléfono
al padre de Ruano para amenazarle y que así dejara de protestar. Fraga le
recordó que tenía otra hija de la que ocuparse. Fraga se refiere en uno de sus
libros a que hubo lo que llama “un intento minoritario de declararme persona no
grata en la Universidad”.
Dentro del panorama general de
los últimos años del Franquismo, el suceso tuvo una repercusión relativa; con
mayor fuerza en ambientes universitarios. No hubo una investigación seria de lo
ocurrido, aunque hubo una denuncia de varios abogados para que fueran
investigados los hechos, que no siguió adelante. La familia consiguió que el
Tribunal Supremo ordenara en 1994 reabrir el caso, pero sólo en 1996, 27 años
después, fueron encausados los tres policías que se encontraban con Enrique
Ruano cuando éste cayó.
El sindicalista José Luis Úriz
recuerda en su testimonio “Peleando a la contra” el momento en que fue detenido
y torturado cuando estudiaba ingeniería de telecomunicaciones en Madrid por el
inspector Juan Antonio González Pacheco, conocido como Billy el Niño. Mientras
golpeaba a Úriz, otro policía que participaba en el interrogatorio le dijo al
torturador: “ten cuidado que se te va a ir la mano otra vez y lo vas a matar”,
y respondió según el relato de Úriz: “no importa, hacemos como con Ruano, lo tiramos
por la ventana y decimos que se quería escapar”.
El abogado José María Mohedano
afirmó que ahora se sabe que uno de los policías le disparó antes de arrojarle
por la ventana del séptimo piso y, posteriormente, serraron el hueso de la
clavícula para que no apareciese la bala, falseando después la autopsia.
El proceso, complicado por la
extraña desaparición de algunas pruebas como un trozo de la clavícula del
joven, en la que los querellantes dijeron que debía hallarse la evidencia de un
disparo, que habría sido para ellos la causa de la muerte, finalizó con la
absolución de los tres policías, ante las discrepancias de los Peritos Médicos
en el juicio, aunque con un voto particular de uno de los miembros del
Tribunal, que disintió de ese veredicto.
El entonces director del diario
“Abc”, Torcuato Luca de Tena, confesó que Manuel Fraga Iribarne le dio la orden
de publicar anotaciones del diario íntimo de Ruano, manipulándolas a fin de que
pareciese una persona inestable que se había suicidado. El comisario jefe de la
Brigada Político Social se dejó ver en el juicio como un pobre anciano que se
limitaba a recibir las pedradas de los estudiantes. El director general de
Seguridad, el coronel Eduardo Blanco, había fallecido ya.
El Tribunal consideró que, en todo
caso, se produjo una deficiencia en la custodia del detenido por parte de los
agentes, cuya consecuencia fue su muerte. Los tres policías que le detuvieron,
Francisco Luis Colino, Jesús Simón Cristóbal y Celso Galván, recibieron en
febrero de 1969, un mes después del asesinato, una “felicitación por los
servicios prestados”. En total, antes de jubilarse como comisarios, los tres
fueron condecorados veintiséis veces. La mayor parte de las condecoraciones les
fueron otorgadas después de 1975. Celso Galván perteneció a la escolta de la
Casa Real. Él y Colino fueron destinados después a cargos de libre designación
dentro de la Delegación del Gobierno en Madrid y Simón fue nombrado Comisario
en Torrejón de Ardoz, Madrid, ya con el gobierno del PSOE y José Barrionuevo
como ministro del Interior. Nunca mostraron el menor gesto de arrepentimiento
ni de pesar.
Enrique Ruano era compañero de
colegio de Alfredo Pérez Rubalcaba, ex vicepresidente del Gobierno y exMinistro
del Interior de España. La indignación por la muerte de su compañero fue lo que
impulsó a Rubalcaba a introducirse en el mundo de la política y a afiliarse al
Partido Socialista Obrero Español.
http://www.memoriahistoricacartagena.com
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