44 años del asesinato de SALVADOR
PUIG ANTICH
Salvador Puig Antich nació en
Barcelona, Cataluña (España), el 30 de mayo de de 1948. Hijo de una familia
trabajadora con una ideología burguesa, cristiana y progresista, Salvador era
el tercero de seis hermanos. Su padre, Joaquín Puig, había sido militante de
Acció Catalana durante la República; exiliado en Francia en el campo de
concentración de Argelès-sur-Mer, a su vuelta a España fue condenado a muerte e
indultado en el último momento. Su madre, Immaculada Antich, era una mujer
activa con una amplia vida social, de temperamento extrovertido y alegre,
referente de la vida familiar.
La madre y la abuela de Salvador,
junto a la figura de su hermano mayor Joaquim, fueron de gran influencia
durante su infancia. Su padre, por lo contrario, siempre se mantuvo un tanto al
margen de su educación.
Juventud
El joven Salvador empezó a
estudiar en el colegio religioso La Salle Bonanova junto a su hermano Joaquim
hasta que fue expulsado por indisciplina (por pegar a un profesor que había
faltado a un compañero de clase). Después estudió en los Salesianos de Mataró
en régimen de internado, tras haber pasado por la escolanía de los capuchinos
de la Iglesia de Pompeya, donde, como otros compañeros, compaginó con algún
trabajo esporádico.
A partir de los dieciséis años
compaginó el trabajo en una oficina con los estudios nocturnos del Bachillerato
y preuniversitario en el Instituto Maragall, donde hizo amistad con Javier
Garriga y los hermanos Solé Sugranyes, Oriol e Ignacio), todos ellos futuros
compañeros del Movimiento Ibérico de Liberación (MIL). Serían Ignacio y Javier
quienes iniciaría a Salvador en la política. Javier era militante de las
Fuerzas Socialistas Federadas (FSF) e Ignacio de Acción Comunista, donde
también militaba Santi Soler, quien luego sería uno de los ideólogos del MIL.
Militancia
Los episodios del "Mayo
francés" de 1968 y la muerte del estudiante Enrique Ruano en la Dirección
General de Seguridad en 1969 fueron decisivos para que Puig Antich decidiera
implicarse activamente en la lucha contra la dictadura franquista. Su primera
militancia sería en 1967 en las plataformas de Comisiones Obreras del barrio
Sant Josep Oriol, formando parte de la Comisión de Estudiantes del Instituto
Maragall. Ideológicamente, pronto evolucionó hacia posiciones anarquistas, que
rechazaban cualquier tipo de dirigismo y jerarquía dentro de las organizaciones
políticas y sindicales en la lucha de la clase obrera hacia su emancipación.
Tras iniciar estudios universitarios de Ciencias Económicas, hace el servicio
militar en Ibiza, donde es destinado a la enfermería del cuartel. Una vez
licenciado, se incorpora al Movimiento Ibérico de Liberación (MIL),
integrándose en su rama armada, en lucha contra el capitalismo. Los MIL no se
consideraron un grupo en la línea del FRAP o ETA. Nunca atentaron contra
fuerzas de seguridad ni pusieron bombas.
Puig Antich y sus compañeros se
movían con facilidad en el mundo de la lucha clandestina. Puig participa,
haciendo de chófer, en las acciones del grupo, que consistían generalmente en
atracos a bancos. Los botines se destinaban a financiar las publicaciones
clandestinas del grupo. Crearon la revista "CIA" [Conspiración
Internacional Anarquista] y la editorial "Mayo 37". También se
ofrecieron para ayudar económicamente a huelguistas, pero a éstos les daba
miedo recibir un dinero proveniente de los atracos. Viajaban a menudo al sur de
Francia, donde se relacionaban con viejos militantes cenetistas.
El 2 de marzo de 1973 un contable
de la sucursal del Banco Hispanoamericano de Barcelona resultó herido de
gravedad durante un atraco perpetrado por Salvador Puig Antich, Jean Marc
Rouillant, José Luis Pons Llobet y Jordi Solé Sugranyes. A partir de entonces
la policía creó un grupo especial para desarticular esta banda. La nueva
situación creó dudas y contradicciones en el seno del MIL. En agosto de 1973,
en una reunión en Francia, la mayoría de sus miembros, descontentos con la
trayectoria del grupo, decidieron su disolución. Sin embargo, Puig Antich, los
hermanos Solé Sugranyes y José Luis Pons decidieron continuar.1
Detención
El 15 de septiembre de 1973, en
lo que fue el último atraco del MIL, en Bellver de Cerdaña la Guardia Civil
detuvo a Oriol Solé y a José Luis Pons, mientras que Jordi Solé consiguió
escapar a Francia. Unos días después la policía detuvo a la novia de Pons y a
Santi Soler que, al ser interrogado, acabó confesando que tenía una cita el 25
de septiembre con Xavier Garriga en el bar El Funicular. Se preparó un
operativo para ese día esperando detener a Garriga. Aunque no se esperaba la
presencia de Puig Antich, finalmente los dos anarquistas son abordados. Garriga
iba desarmado y no opuso resistencia. Puig se resistía al arresto, por lo que
entre los inspectores Bocigas y Santorum y el subinspector Anguas trataron de
reducirle con una zancadilla y mediante golpes en la cabeza con la culata de
las pistolas.[cita requerida] En ese momento le ocuparon una pistola Kommer,
calibre 6,35 milímetros, cargada y sin montar. Sin embargo el forcejeo continuó
y cinco policías introdujeron a Puig y a Garriga en un portal situado en el
número 70 de la calle Girona. En ese momento se escuchó un disparo, que
aprovechó Garriga para escapar, aunque fue perseguido por los policías
Rodríguez y Algar y atrapado gracias a la colaboración ciudadana. Mientras
tanto se produjo un tiroteo en el portal donde habían quedado Puig Antich,
Bocigas, Anguas y Fernández Santorum, resultando malherido Puig Antich y muerto
el subinspector Francisco Anguas Barragán, de 23 años.2
Según Jean-Marc Rouillan, uno de
sus compañeros que le esperaba en un coche cuando se produjo la emboscada
policial, Puig Antich disparó a los policías que le detuvieron.
Proceso judicial y ejecución
Puig Antich fue encarcelado,
acusado de ser el autor de los disparos que causaron la muerte a Anguas
Barragán y, posteriormente, juzgado en consejo de guerra y condenado a la pena
capital "por la muerte de un funcionario público por razones
políticas". Partidos políticos, colectivos de derechos humanos y
mandatarios extranjeros, como el Vaticano o el canciller alemán Willy Brandt
pidieron su indulto. Los abogados, hermanas y novia de Puig Antich coinciden en
afirmar que los partidos y sindicatos tradicionales de oposición no se
movilizaron para pedir el perdón del sentenciado y así evitar su muerte o, al
menos, buscar postergarla. Salvador pasó su última noche en la celda 443 de la
cárcel Modelo de Barcelona, y fue ejecutado mediante garrote vil por el verdugo
titular de la Audiencia de Madrid, Antonio López Sierra, en la sala de
paquetería de la prisión el 2 de marzo de 1974 a las 9:20 horas de la mañana,
certificando su muerte un capitán médico a las 9:40 horas. En muchos países de
Europa se organizaron manifestaciones como protesta por la ejecución.
El mismo día, casi
simultáneamente y por el mismo método fue ejecutado en Tarragona Georg Michael
Welzel (alias Heinz Chez) en lo que se consideró un intento de las autoridades
franquistas de distraer la atención respecto a la ejecución de Puig
Antich.[cita requerida] Puig Antich está enterrado en el Cementerio de Montjuïc
(agrupación 14, nicho 2737).
El 31 de octubre del 2014, la
jueza argentina María de Servini, instructora de la causa penal contra el
franquismo, y basándose en el Principio de justicia universal, envía una orden
de detención internacional contra varios cargos de la dictadura franquista
implicados en su ejecución, solicitando su extradición con el objetivo de
interrogarles. Imputados, entre otros delitos, por firmar la sentencia de
muerte de Salvador Puig Antich están los ex-ministros franquistas Antonio Carro
Martínez, José Utrera Molina, Antonio Barrera de Irimo y Licinio de la Fuente.6
Cine, literatura, teatro, pintura y música
En 1974 mientras Salvador
esperaba su ejecución y el mundo se movilizaba para conseguir su indulto, Joan
Miró pintó la serie La esperanza del condenado a muerte.
El grupo de teatro Els Joglars
produjo en 1977 la obra La torna que trataba sobre la ejecución de Heinz Chez
como distracción del caso Puig Antich. Por esa obra el grupo fue sometido a un
Consejo de Guerra que generó un fuerte movimiento a favor de la libertad de
expresión. Lluís Llach dedicó a su memoria el tema "I si canto
trist", que daba título al disco publicado el mismo año 1974. Años más
tarde el cantautor participó en la banda sonora de la película Salvador. El
también cantautor Joan Isaac compuso en 1976 su tema "A Margalida" en
homenaje a Puig Antich y a su compañera. En 2005 Loquillo hizo también una
canción dedicada a su memoria en el disco "Mujeres en pie de guerra"
llamada "El año que mataron a Salvador".
En 1985, se publicó el primer
libro de investigación sobre el tema: "La torna de la torna. Salvador Puig
Antich i el MIL", Editorial Empúries, obra del colectivo Carlota Tolosa,
integrado por Ramon Barnils, Elisabet Bonshoms, Montse Majench, Xavier
Montanyà, Margarida Palomar, Carles Ruiz, Elisabet Sabartés, Rosa Serra, Carles
Serrat y Dolors Tubau.
En 1996 el Ateneu Enciclopèdic
Popular de Barcelona publica el libro "Antologia Poètica a la Memòria de
Salvador Puig Antich", selección y prólogo de Ricard Vargas Golarons, que
incluye poemas anónimos y firmador de autores como Ferran Aisa, Neil Amaro,
Víctor Esteban, Vicent Andrés Estellés, Antoni Dalmases, Pere Gimferrer,
Valentí Gómez i Oliver, José Agustín Goytisolo, Sara Guillén, Joan Isaac,
Gerard Jacas, Lluís Llach, Ramon Muns, Agustí Pons, Marcel·lí Reyes, Anton
Sala-Cordanó, Segimon Serrallonga, Josep-Miquel Sevià, Ricard Vargas Golarons,
Andreu Vidal...
En 2001, el periodista catalán
Francesc Escribano escribió el libro Cuenta atrás. La historia de Salvador Puig
Antich, en el que cuenta los hechos que llevaron a la ejecución de Puig Antich.
En septiembre de 2006, con guion basado en el libro de Escribano, se estrenó la
película española Salvador, protagonizada por Daniel Brühl y dirigida por
Manuel Huerga. Tanto el libro como la película han recibido fuertes críticas
por parte de antiguos militantes del MIL, compañeros de militancia de Salvador,
que afirman que ambos vacían de contenido político el personaje de Puig Antich,
al tiempo que dignifican falsamente las imágenes de su carcelero, Jesús Irurre,
del juez militar que lo condenó y de los miembros de la Brigada Político-Social
de la policía franquista.
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