Emiliano Zapata – revolucionario guerrillero mejicano
El 8 de agosto de 1883 nace en San Miguel
Anenecuilco (Morelos, México) el revolucionario y guerrillero Emiliano Zapata
Salazar, uno de los caudillos combatientes más importantes durante la
Revolución mexicana, conocido como el Caudillo del Sur. Nacido en una familia
de origen indio de humildes propietarios de tierras, que, ante la pobreza, tuvo
que diversificar sus actividades, encaminándose a la pequeña ganadería. Casi no
recibió educación, sólo las primeras letras en la escuela de la villa regentada
por el ex soldado juarista Emilio Vera. Cuando tenía 16 años perdió a su madre
(Cleofas Salazar) y 11 meses después, su padre (Gabriel Zapata). El patrimonio
que heredó fue exiguo, pero suficiente para no tener que hacer de peón en las
ricas haciendas que rodeaban Anenecuilco. Se dedicó sobre todo a la cría de caballos,
de la que resultó un eminente especialista. Encarnó pronto la reacción de los
peones indios frente a los hacendados. 1902 ayudó a los agricultores de
Yautepec que tenie problemas con el hacendado Pablo Escandón y Barrón,
acompañándolos en la ciudad de México para exigir justicia. 1906 asistió a una
asamblea campesina en Cuautla, para discutir la forma de defenderse frente a
los hacendados vecinos que amenazaban la propiedad comunal, por lo que fue
encarcelado en 1908 y movilizado como soldado en el IX Regimiento de Caballería
de Cuernavaca.
En septiembre de 1909
fue nombrado presidente de la Junta de Defensa de las Tierras de Anenecuilco y
organizó en Ayala una partida de guerrilleros, la mayoría de ellos indígenas de
Morelos, que hostilizar los hacendados, dirigidos por el gobernador Pablo
Escandón. 1910 se añadió a la revolución proclamada por maderista Pablo Torres
Burgos el Centro-Sur, que pretendía acabar con el régimen de Porfirio Díaz. En
marzo de 1911 su guerrilla luchaba en Morelos junto a la de Genovevo de la O y
Gabriel Tepepa, con los que ocupó Tlaquiltenango, Jojutla y Jautepec. A raíz de
los acuerdos de mayo de 1911 en Ciudad Juárez entre federales y maderista,
licenció provisionalmente, y en contra de su opinión, sus tropas, pero se negó
a secundar las órdenes del presidente León de la Barra, cuyas fuerzas del
rodearon a las montañas de Puebla. Elegido Madero, tampoco reconoció su
presidencia, acusándolo de no querer aplicar la prometida reforma agraria y de
intentar sofocar la revolución popular. En noviembre de 1911 proclamó el Plan
de Ayala, el cual, redactado por Otilio E. Montaño, denunciaba la traición
maderista, exigía una serie de medidas agrarias radicales, renovaba la lucha
popular, bajo el lema libertario magonista «Tierra y Libertad», y declaraba
jefe de la revolución Pascual Orozco. 1912 las campañas de los generales
maderista Casso López, Juvencio Robles y Felipe Ángeles colocaron los
agraristas en una difícil situación, pero la deposición de Madero en febrero de
1913 y el desorden en las filas gubernamentales del nuevo presidente,
Victoriano Huerta, a quien siempre combatió, el permitieran retomar la
revolución agraria en Morelos, los campesinos del cual tomaron en marzo de 1914
posesión comunal de las tierras y, a partir de julio de ese año, asume
directamente la dirección. En marzo de 1913 rechazó el Plan de Guadalupe, de
Venustiano Carranza, y se alió con Pancho Villa y otros carrancistas en la
Convención de Aguas Calientes de octubre de 1914.
La Convención, presionada por el militante
anarcosindicalista magonista y principal ideólogo del movimiento zapatista
Antonio Díaz Soto y Gama, insistió en las reivindicaciones agrarias del Plan de
Ayala. Carranza se retiró a Veracruz y el 6 de diciembre de 1914 los dos
caudillos revolucionarios ocuparon México capital. Sin embargo, este mismo mes
se produjo la ruptura entre Zapata y Villa debido a ciertas brutalidades
villistas contra los hombres de Zapata y el incumplimiento de varios
compromisos por parte de Pancho Villa. Carranza aprovechó esta coyuntura y
Obregón derrotó completamente Pancho Villa en el norte, quedando aislado Zapata
en Morelos y zonas limítrofes. Estableció provisionalmente su cuartel general
en Tlatizapán y administró el territorio con independencia del Gobierno
central, en una especie de comunalismo libertario agrarista basado en el
calpulli, la ancestral propiedad comunal indígena.
El zapatismo,
agrarista y armado, tuvo claras concordancias con el proyecto libertario
magonista, teórico y obrero. A Morelos, aplicó la reforma agraria -
fundamentada en el principio anarquista de «La tierra para el que la
trabaja" -, confiscando las haciendas y distribuyéndolas entre sus
seguidores, aunque de una manera no muy ordenada. Asimismo se esforzó para
crear una red de escuelas y de servicios públicos y acuñó moneda, pero no pudo
evitar que sus fuerzas se dedicaron con frecuencia al puro bandidaje. Cuando
vio que sus intentos de romper el círculo carrancista eran inútiles, lanzó una
proclama a todos los agricultores y todas las clases trabajadoras de México
porque se añadieran a la revolución. El programa revolucionario exigía la
igualdad social para los indios y la concesión de amplias ventajas para el
proletariado urbano, el reparto comunal de las tierras según los intereses de
los campesinos, la dimisión de Carranza y, en su lugar, la creación de una
república democrática que atendiera las libertades de los mexicanos, etc. Pero
el proletariado, afectado ya por el reformismo de Carranza, no secundaria. El
general Pablo González, encargado de la represión revolucionaria, ordenó al
coronel Jesús Guajardo la eliminación del Caudillo del Sur. Emiliano Zapata
murió el 10 de abril de 1919 en la hacienda Chinameca (Morelos, México) en una
emboscada montada por Guajardo, que había simulado pasarse a sus filas. Este
asesinato causó una enérgica condena de la opinión pública y de gran parte de
los propios sectores constitucionalistas.
A la muerte de
Zapata, los zapatistas eligieron como jefe Gilbardo Magaña Cerda, jefe del
Ejército Libertador del Sur, pero el movimiento perdió mucha fuerza a
consecuencia de las medidas de Carranza y la intervención norteamericana, y
varios dirigentes se aliarse con el Gobierno, muchos de los cuales acabaron
asesinados por las fuerzas gubernamentales. Genovevo de la O cohesiona de nuevo
los zapatistas, hasta que en 1920 se fusionaron con el ejército regular, pero
en 1940 volvió resucitar el ideario zapatista con la creación del llamado
Frente Unido de Morelo, el cual animó hasta la Su muerte en 1952. Un nuevo
movimiento neozapatista surgió en 1994 con la insurrección del Ejercito
Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), acaudillado por subcomandante Marcos,
pero de clara influencia guevarista.
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