UGT Y CCOO : LOS DOS SINDICATOS
INSTITUCIONALES DEL RÉGIMEN DEL 78 EN LA BANCARROTA
Por ARTURO INGLOTT /
CANARIAS-SEMANAL.ORG.- Los sindicatos
institucionales, es decir, aquellos que progresivamente se fueron integrando en
el aparato del Estado en curso de las últimas cuatro décadas, hasta convertirse
en un eficaz apéndice suyo, han entrado en una fase de profunda bancarrota económica y de afiliación.
Las propias cifras de ambas organizaciones lo
acreditan de forma fehaciente. Los dos grandes sindicatos, Comisiones Obreras y
UGT, han perdido en conjunto más de 1,4
millones de afiliados. En el año 2008, hace siete años, ambos sindicatos
contaban con la nada despreciable cifra de 3,2 millones de afiliados. Y eso que
los niveles de afiliacion sindical en España son de los más bajos de Europa,
Sin embargo, en el último ejercicio, 2015, su afiliación ha caído en picado.
Sólo 1.800.000 trabajadores continúan cotizando a la caja de ambas organizaciones
Ello significa, ni más ni menos,
que apenas un poco más del 10% de la población trabajadora está afiliada a UGT y CCOO.
El vertiginoso descenso de la afiliación
sindical ha supuesto una catastrófica reducción de ingresos por cuotas.
Comisiones obreras y UGT han pasado de ingresar por este concepto en sus arcas,
de 270.000.000€ que se embolsaban en año
2010, a percibir tan sólo 212 millones en el 2015.
En síntesis, ambos sindicatos han
perdido en el curso de los últimos años
casi la mitad de su afiliación: el 44%. No obstante, estos porcentajes
son relativamente verosimiles. El número de afiliados ha sido a lo largo de decenios, el secreto
mejor guardado de las dos centrales sindicales. Ahora, empujada por el gran
número de escándalos y graves corruptelas,
la burocracia sindical se ha visto obligada a desvelar algunos aspectos
del fachada de estos dos grandes monstruos institucionales, creados ex profeso
como soporte para el mantenimiento del sistema politico y economico resultante
de los pactos de la llamada "transición".
La burocracia sindical intenta, empero, justificar ahora la caída en picado de la
afiliación esgrimiendo el argumento del crecimiento del paro. No obstante, para
nadie es ya un secreto que las irregularidades y lacerantes corruptelas que han
salido a flote en los últimos años, han alejado a importantes sectores de los
trabajadores de su histórica afiliación sindical.
Sin embargo, las fuentes de
recursos económico de las que se nutre
el domesticado sindicalismo español, no provienen fundamentalmente de las
cuotas de sus afiliados.
Las cuotas que para un afiliado
no suelen traspasar la cantidad de 12 € al mes como promedio. Ambos sindicatos disponen de otros recursos "extras" provenientes de fuentes
públicas, que ha contribuido a mantener una gigantesca infraestructura
integrada por funcionarios, dirigentes, cuadros medios etc. que asumen la
representación de los trabajadores en las negociaciones con la patronal,
Comisiones Obreras, por ejemplo dispone de alrededor de un 8% de los fondos
disponibles para la llamada "formación para el empleo". Los ingresos
en este concepto alcanza nada menos que la fabulosa cifra de 200.000.000€ en
todo el Estado. Asimismo, estas
organizaciones burocraticas cuentan con subvenciones que alcanzan un importe de 25.000.000 €,
destinados a proyectos tan dispares y pintorescos como aquellos que se
orientan a la integración inmigrantes, empleo de los jóvenes, mujeres,
drogodependencia violencia de género etc. etc.
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