MARTIN VILLA: LA MANO DE HIERRO DE LA TRANSICION
Por MAURICIO BASTERRA -
El 17 de noviembre, Rodolfo Martín Villa aparecía en público por primera
vez desde que la jueza María Servini de Cubría cursara la orden de detención
internacional contra él y otros 19 altos cargos del franquismo. Ese día, Martín
Villa acudió a un acto de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, en
el que compartió mesa con el Juan Carlos de Borbón y con Marcelino Oreja. A
pesar de la orden de detención, el Gobierno español de Mariano Rajoy ha
paralizado, de momento, todos los trámites. Una vez más, gracias a la Ley de
Amnistía de 1977.
La orden de detención
Para que una querella
salga a trámite hace falta que el delito que se denuncia tenga culpables. Y las
investigaciones llevadas a cabo por la jueza Servini, en colaboración con
numerosas organizaciones de memoria histórica, así como con organizaciones
sindicales como la CNT, han concluido que hay indicios suficientes para
considerar que algunos cargos del franquismo todavía vivos tuvieron
responsabilidad directa en los crímenes del régimen y de la Transición.
En concreto, Rodolfo Martín Villa es acusado de la muerte de
cinco trabajadores en los llamados “sucesos de Vitoria” del 3 de marzo de 1976.
En el trascurso de una huelga, los trabajadores se reunieron en la iglesia de
San Francisco de Asís, situada en el barrio obrero de Zaramaga, en la capital
alavesa. La policía, que tenía órdenes de desalojar a los manifestantes, lanzó
gases lacrimógenos en el interior del edificio. A la salida del templo, la
policía disparó contra la multitud y asesinó a cinco de ellos. Al menos 150
personas resultaron heridas de bala.
En esos tiempos, Martín Villa ejercía funciones de ministro
de Relaciones Sindicales en el Gobierno de Carlos Arias Navarro. La querella
argentina lo considera responsable directo de lo sucedido. Una responsabilidad
que, según dictaminó una comisión del Gobierno vasco en 2008, también comparte
el difunto Manuel Fraga, entonces ministro de Gobernación.
Su carrera en el franquismo continuó como procurador en las
Cortes en varias legislaturas, así como dirigente de la Organización Sindical y
gobernador civil de Barcelona. A la muerte de Franco ejerció como ministro de
Relaciones Sindicales en el gabinete de Carlos Arias Navarro, cargo que ocupaba
cuando se produjeron los “sucesos de Vitoria”. Otra de las acusaciones que
pesan sobre Martín Villa es su responsabilidad en el incendio del teatro Scala
de Barcelona en 1978, cuando era ministro de Gobernación durante el mandato de
Adolfo Suárez. Martín Villa siempre había mostrado una especial animadversión
hacia el anarquismo.
Se cuenta que llegó a manifestar que para él era más
preocupante el movimiento libertario que ETA. Lo cierto es que la CNT sufrió
infiltraciones policiales que desembocaron en el incendio de la sala de fiestas
Scala de Barcelona. Todo en un momento en el que la organización
anarcosindicalista estaba en plena movilización contra los Pactos de la
Moncloa. La represión que se ejerció contra la CNT, así como las posteriores
escisiones, dejaron mermadas las fuerzas de una de las centrales sindicales que
no habían entrado en el juego de la Transición.
Tras su paso por la política, Martín Villa se dedicó a los
negocios. Entre 1997 y 2002 fue
presidente de Endesa, cuando la empresa todavía era parcialmente pública.
Durante su gestión, se completó la privatización. En 2004, fue nombrado
presidente de Sogecable, cargo que ocupó hasta 2010.
El peso de la Ley de Amnistía A pesar de la orden emitida
contra Martín Villa, el ex ministro de Arias Navarro y Adolfo Suárez ha salido
del paso, negando cualquier tipo de responsabilidad y afirmando que está
dispuesto a declarar ante la jueza argentina si así se estima. Igualmente puede
que comparezca en el Congreso de los Diputados.
Otra de las acusaciones que pesan sobre el ex presidente de
Sogecable es su papel en el intento de asesinato del abogado canario Antonio
Cubillo, líder del Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del
Archipiélago Canario (MPAIAC), en 1978. El mismo Cubillo, al regresar a España
en 1985, acusó directamente a Rodolfo Martín Villa del atentado. En su larga
carrera fue comisionado del Gobierno en el caso del Prestige y también
presidente de la Comisión de Control de Caja de Ahorros de Madrid (1993-1997
Extractado de Diagonal
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