Repsol
y Navantia: negación y silencio ante las muertes por amianto en la Región de
Murcia
Conocido
como el asesino silencioso, el amianto es una fibra mineral que se utilizó en
la industria durante todo el siglo XX, y que fue prohibida en España en el año
2002. Puede estar en latencia en el organismo durante décadas, antes de causar
patologías graves como cánceres de pulmón o de pleura. Entre el año 2000 y
2015, la Región de Murcia cuenta con 169 muertes por mesotelioma pleural, una
enfermedad cancerosa en la pleura (el
tejido que recubre los pulmones) y que tiene como única causa conocida la exposición al amianto.
Según
la denuncia presentada por la Asociación de Perjudicados y Afectados por
Enfermedades Producidas por el Amianto (Apena), la mayoría de los fallecidos
son hombres trabajadores de empresas de Cartagena (Murcia), como Navantia o Repsol,
que durante años han estado trabajando con este material.
"Los
datos de muerte por asbesto sitúan a este municipio como la localidad con más
fallecidos en toda España", ha indicado Ricardo Torregrosa, presidente de
Apena. "A pesar de las peticiones de trabajadores y organizaciones de
víctimas, Repsol sigue sin proporcionar el listado de los operarios que han
estado en contacto con el asbesto (es decir, amianto)".
En
este sentido, si bien la empresa Navantia entregó el listado, Torregrosa ha
afirmado que niega la relación de las enfermedades de los trabajadores y la
exposición al amianto. Este medio ha intentado ponerse en contacto con el
astillero para confirmar estas declaraciones, sin éxito.
Actualmente,
la empresa Repsol ha declarado a eldiario.es que "el amianto es un
material de construcción que no se utiliza ni se manipula" en sus
procesos, y ha asegurado que "no está presente" en sus "materias
primas o productos, por lo que no ha existido ni existe exposición de trabajadores
de Repsol al mismo". Sin embargo, una inspección de Trabajo enviada por la
Fiscalía en el mes de octubre, encontró restos de este material en la
refinería.
Desde
la asociación, llevan años luchando porque la empresa de refinería de petróleo
facilite el listado oficial de extrabajadores que han estado expuestos, sobre
todo desde el año 1975, época de mayores importaciones de este material. Según
el neumólogo Josep Tarrés Olivella, doctor en medicina, especializado en
patologías por amianto, estas enfermedades podrían necesitar una media de más
de 40 años para manifestarse en el organismo. Es decir, sería en el año 2025
cuando se presentaría el pico más alto de mortalidad por asbesto, según ha
apuntado el doctor. "Por ello insistimos en que la empresa entregue el
listado, y a los compañeros que pasen controles" ha insistido el
presidente de Apena.
Según
ha asegurado el doctor Josep Tarrés, el período de latencia mínima desde la
exposición es de 7 años, con lo que antes es imposible diagnosticar una
patología maligna derivada del asbesto. "El amianto no mata al instante.
No da síntomas durante años, y cuando se manifiesta suele ser ya demasiado
tarde, porque es un cáncer de estadio avanzado, inoperable" ha afirmado
Torregrosa.
En
esta línea, el especialista en patologías por amianto ha señalado que "el
problema del amianto es muy grande en todo el estado español, pero en Cartagena
es trágico" debido a la "incomprensión y el ocultamiento" del
problema, ya que "es en esta localidad de Murcia donde he encontrado una
mayor hostilidad y rechazo a las más que fundadas peticiones de los
afectados".
Según
la Organización Mundial de la Salud (OMS), el asbesto es un grupo de minerales
naturales fibrosos que se utilizan por su resistencia a la tensión y su escasa
conductividad térmica. Así pues, se utiliza en el aislamiento de edificios,
como componente de tuberías, o en la industria automovilística. Según la OMS,
"todas las formas de asbesto son cancerígenas para el ser humano".
Por otro lado, se calcula que más de la mitad de las muertes por cáncer de
origen laboral son causadas por estas fibras.
Actualmente,
el presidente de la asociación ha indicado que "los afectados que ya
presentan patologías relacionadas con el asbesto son cerca de 400, pero los que
hemos estado expuestos en Navantia, Repsol… superamos los 8.000 trabajadores.
Es un auténtico disparate".
En
2015, Podemos presentó una moción apoyada por todos los grupos políticos que
instaba a Repsol a que elaborase el listado. Sin embargo, la empresa no se
pronunció al respecto. Así pues, en 2018, la asociación de víctimas por el
amianto interpuso una denuncia contra el grupo empresarial contra la salud de
los trabajadores. Por su parte, el fiscal José Luis Manzanera vio en este caso
indicios de tres presuntos delitos: de homicidio por imprudencia, de lesiones
por imprudencia, y un delito contra los derechos de los trabajadores.
Asimismo,
la asociación de Cartagena por las víctimas de asbesto ha encontrado problemas
en los tribunales de justicia. Según la organización, en los casos de muerte por
cáncer pulmonar de trabajadores que han estado presuntamente expuestos al
asbesto, la empresa petrolera ha evitado pagar la indemnización a las familias
cuando el fallecido era fumador.
El
presidente de Apena ha explicado que, en otras localidades, como Ferrol,
Galicia, los jueces reconocen el "aspecto multiplicativo" que tiene
el asbesto sobre los efectos del tabaco en los pulmones, y en esos casos,
"la indemnización se reduce a la mitad, pero no se elimina
completamente". En el año 2015 las indemnizaciones por enfermedades
derivadas del asbesto en esta localidad superaron los tres millones de euros:
"En Murcia Repsol se está librando de prácticamente todas las muertes,
porque sus trabajadores no están avisados de que hay un efecto multiplicativo del
amianto sobre el tabaco" ha lamentado Ricardo Torregrosa.
Por
otro lado, la empresa de refinería, en los juicios, también ha alegado que no
se han encontrado fibras de amianto en los pulmones del trabajador, "pero
no era que no se encontraba, sino que no se buscaba" ha puntualizado
Torregrosa, "por eso empezamos a pedir que se hicieran autopsias y se
mandaran muestras de tejido pulmonar para analizarlas. El resultado fue que los
trabajadores tenían unas cantidades brutales de miles de fibras, incluso
millones".
En
este punto, Apena volvió a encontrar trabas en sus reivindicaciones, y es que
la Consejería de Salud determinó que serían las familias las que solicitasen
las pruebas pertinentes en un juzgado de guardia. Desde la organización, han
señalado que "la familia debe estar avisada de que existe esa prueba.
Deben ser los médicos, y no las familias los que la pidan". De esta
manera, las familias podrían perder una indemnización que les correspondería.
Apena
comenzó en 2002, como la segunda asociación de víctimas en España por asbesto.
Según el presidente del colectivo de damnificados, comenzaron por "el
miedo de los trabajadores de Navantia ante la avalancha de compañeros muertos
de cáncer".
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