Terrorismo patronal y represión
sindical contra la solidaridad obrera
Tras la demostración de fuerza de
la clase obrera el pasado 25, hoy, lunes 27, la empresa Granja de Ves SL ha
decidido que debía castigar a los trabajadores no sumisos que protestan contra
la precariedad, abusos y malos tratos del patrón. Un trabajador que se
solidarizo y asistió al piquete a las puertas de la empresa antes de su turno
de trabajo ha sido despedido, sin motivos por parte de la empresa, ningún
argumento, excepto el haber apoyado a una compañera.
Sin lugar a dudas, como ya
sabíamos, nos enfrentamos a unos caciques que no toleran la dignidad para
aquellos que deben trabajar para comer, y prefieren verlos míseros y muertos de
hambre antes que darles la razón, y por tales abusos y amoralidad, desde el
Sindicato de Oficios Varios de Albacete de la CNT-AIT y con la solidaridad,
junto al odio de clase creciente por todo el pueblo y alrededores, se dará una
respuesta a tal abuso patronal.
Este hecho solo reafirma la
guerra de clases, y la imposibilidad de esperar que los jefes se preocupen por
el bienestar de los obreros, pues solo les interesa que sean obedientes y
sumisos, pero los trabajadores no son maquinas, no obedecerán ciegamente, y
lógicamente defenderán sus intereses. Esta vez, los intereses de la clase
obrera son la readmisión inmediata e incondicional de la delegada sindical, y
de todos los trabajadores que sean despedidos en el proceso de lucha, así como
indemnizaciones por ello, y la aplicación de las medidas de la tabla
reivindicativa. Para tal objetivo solo podemos aplicar aquello que más miedo
les infunde a los explotadores amorales como Ignacio Sanchiz, el sindicalismo
revolucionario. Nuestras mejor arma, la solidaridad, no puede ser resquebrajada
ni comprada, ni controlada, y por eso mismo será la que coloque de rodillas a
este tipo de sanguijuelas, sin más opción que tener que ceder ante los obreros,
o afrontar las consecuencias de la guerra de clases, pues los obreros ya las
han asumido.
Por otro lado somos conscientes
de que aún quedan trabajadores atemorizados a la lucha, y que estos quedan
rezagados en la protesta, pero el miedo no le valdrá a Ignacio Sanchiz cuando
los piquetes rodeen sus empresas y sus trabajadores empiecen a unirse a la
lucha sindical. Sin duda alguna, es una guerra que va a perder y que le costara
muchos beneficios a él, pero no a los obreros.
Los explotadores no tendrán paz
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