Cartas desde la cárcel de los presos del POUM al Gobierno republicano
el jueves, septiembre 18, 2008
Publicado por A Toda Costa
1. Carta desde la Prisión del Estado de Barcelona de 14 de julio de
1938
Excmo. Sr. Presidente de la
República
Excmo. Sr. Presidente de las
Cortes
Excmos. Sres. Presidente de la
Generalidad y de Euzkadi
A los Comités de los Partidos y
Organizaciones antifascistas
Hace ya trece meses que los que
suscribimos este documento, viejos militantes del movimiento obrero, fundadores
y destacados militantes del POUM, nos hallamos sufriendo prisión. Fuimos
detenidos el 16 de junio de 1937. Dos días antes habíamos recibido la promesa
verbal del entonces Ministro de la Gobernación, D. Julián Zugazagoitia, de que
[en] el Consejo de Ministros que debía celebrarse el día 18 sería planteado y,
a ser posible solucionado, el asunto de la suspensión de La Batalla. "Si
por mí fuera, les autorizaría a publicar el periódico mañana mismo", había
afirmado el ministro. No se dio tiempo para que dicha cuestión fuera planteada
y se quiso evitar la ocasión de que el director de La Batalla compareciera
libremente, según acuerdo de nuestro Comité Ejecutivo, a responder ante el
Tribunal nº 1 de Barcelona, de las aviesas acusaciones lanzadas contra
nosotros. Una absolución se preveía segura, hubiera echado por tierra toda la
trama que, desde hacía varios meses, venía preparando el Partido Comunista para
la destrucción del nuestro. Los agentes de policía obedientes a la disciplina
de este Partido, llegados expresamente de Madrid y de Valencia, desencadenaron
una represión despiadada contra el POUM. Eran detenidos, como "espías
fascistas", los militantes y simpatizantes de nuestro Partido que podían
ser habidos [hallados]. Como "espía fascista" se buscaba para apresarlo,
por ejemplo, al Comandante Cahué, miembro de nuestro Comité Central, en el
preciso momento en que una bala fascista ponía fin a su vida en el frente del
Este. Se procedió al saqueo de todos nuestros locales sociales y de algunos de
nuestros domicilios privados de los cuales desaparecieron los objetos de algún
valor: máquinas de escribir, plumas estilográficas, prendas de vestir, incluso
el jabón y la colonia. Se procedió a la confiscación de nuestra Editorial
Marxista, malvendiéndose a cualquier precio, motejadas de
"trotsquistas", las obras fundamentales de Marx, Engels, Rosa
Luxemburgo, Lenin, Kautski, Bebel... Eran los prolegómenos de lo que tenía que
ocurrir después. La represión se quería sangrienta. Y ha sido, meditadamente,
sangrienta.
Andreu Nin fue secuestrado por
unos militares en su prisión de Alcalá de Henares, y asesinado. Tenemos derecho
a decir que asesinado mientras quienes tienen la obligación de hacerlo no nos
demuestren lo contrario. Meses después era secuestrado en Barcelona el escritor
marxista austriaco Kurt Landau. No ha vuelto a aparecer: tuvo que ser, también,
asesinado. Mientras tanto moría en un lecho de hospital, a la vista de dos
policías, víctima de la prisión, el hermano de nuestro diputado Joaquín Maurín,
preso en Zaragoza o Salamanca. Poco después era fusilado en Lérida nuestro
Comisario Marciano Mena, antiguo militante obrero y uno de los combatientes de
los días heroicos de las milicias. Meses más tarde eran asesinados por la
espalda, en el frente del Este, dos de nuestros viejos militantes, Hervás y
Trepat, el primero sobrino del ex-comisario general y diputado Crescenciano
Bilbao. El 8 de mayo del presente año fue fusilado en el campo de trabajo de
Omells de Magaya, en la provincia de Lérida, junto con otros once reclusos,
nuestro camarada Francisco Pina Orco. El comandante Astorga, que los hizo
fusilar caprichosamente, tuvo la avilantez de comunicarle a nuestro camarada
que, desde hacía tres días, obraba en su poder la orden de libertad... ¿Quien
duda ya hoy en la España antifascista y en el extranjero que nuestro Partido es
el "mártir de la guerra civil"?
¿Y nosotros? Durante estos trece
meses hemos ido de prisión en prisión. Hemos conocido unos dieciséis calabozos
y celdas diferentes. Puestos en libertad en la Cárcel Modelo de Valencia, al
séptimo día de nuestra detención, en el mismo momento fuimos secuestrados a la
puerta, trasladados a Madrid y metidos en un sótano sin luz ni ventilación,
destinados, sin duda alguna, a correr la misma suerte que Nin. Pero esto no es,
con serlo mucho, lo más ignominioso. Lo monstruoso es que, mientras un juez y
un fiscal especiales nombrados por el Gobierno, instruían nuestro proceso, la
prensa del Partido Comunista, con representación en ese mismo Gobierno, pudiera
librarse, día tras día y sin la menor traba, a una campaña sin nombre, sin
calificación, sin precedente, mientras se nos impedía a nosotros defendernos y
el que se nos defendiera. Algunos periódicos dignos, de Madrid, Valencia y
Barcelona, conservan montones de galeradas de artículos en defensa nuestra,
simplemente en defensa de la más estricta justicia, que la censura no dejó
pasar. Este hecho deshonra para siempre a esa institución.
La campaña y la represión habían
remitido un poco durante algún tiempo. Últimamente ha vuelto a intensificarse.
Desde hace un par de meses se viene procediendo nuevamente a la caza de
militantes del POUM en la Cárcel Modelo de Barcelona y en esta Prisión [se
encuentran un cierto número] de ellos, la mayoría de los cuales han sido
combatientes voluntarios de las Milicias o han ocupado cargos públicos de
responsabilidad desde el comienzo del movimiento. En la Cárcel de Mujeres se
encuentran, desde hace más de un año, varias compañeras extranjeras, y desde
hace un par de meses las compañeras de Andrade y Bonet y una muchacha de menos
de 18 años, condenada a seis de prisión por la simple lectura de un periódico.
Y la campaña contra nosotros va de par con la represión. Volvemos a constituir
la preocupación central de las redacciones y de los comicios comunistas. A las
antiguas calumnias ha venido a añadirse una nueva y de bulto: somos los
responsables del hundimiento del frente del Este. Y del periódico y la hoja
volandera hemos ascendido al libro traducido a varios idiomas. Últimamente se
ha puesto a la venta Espionaje en España. El título es engañoso y falso, falso
es el nombre del autor y falsa e inexistente es la editorial que lo presenta.
Tanta falsedad no podía encubrir más que falsedades. ¿Por qué no da la cara el
Partido Comunista en este vil libelo contra el POUM? ¿Teme, acaso, la
escandalosa responsabilidad que supone librar públicamente los documentos que
constituyen el secreto del sumario? El hecho es grave, muy grave. El Partido
Comunista ha dispuesto y dispone a su guisa de la policía y de la censura.
Ahora dispone a su guisa del aparato de justicia. Ahí está ese libro como
prueba. ¿Quién ha librado los documentos? ¿Qué magistrado ha salido por los
fueros de la justicia? Otra demostración: el Sr. fiscal que entiende en nuestro
asunto ha redactado sus conclusiones. Su lectura produce sonrojo. Se trata de
un vulgar resumen del libelo en cuestión. ¿Qué hace frente a este escándalo el
Gobierno? ¿Qué hacen las altas autoridades de la República? ¿Y los partidos y
organizaciones antifascistas? Nos explicamos perfectamente que, desde el
comienzo de nuestro asunto, haya cundido la inquietud y la protesta en los
medios obreros y liberales del mundo entero. Su sensibilidad se ha conmovido
legítimamente ante una verdad innegable: la razón de un Partido —mejor aún, la
razón de un dictador extranjero— se ha convertido, en la España antifascista,
en una razón de Estado, y mientras no se reconquiste la independencia de la
razón de Estado, ¿cómo hacerle creer a la opinión obrera internacional que en
España se está ventilando el problema de su independencia? ¡Y aún si todo esto
nos hubiera servido para que el dictador en cuestión nos hubiera enviado los
medios materiales necesarios para aplastar al fascismo en nuestro país! Nuestro
sacrificio habría recibido así una cierta compensación. ¿Ha sido este el caso?
No.
Hace alrededor de un mes se nos
comunicó oficialmente la próxima vista de nuestra causa. Ahora nos llegan
barruntos de que no piensa verse en todo el verano. ¿Por qué? ¿Cuánto tiempo va
a prolongarse aún esta situación? ¿No es hora ya de que se le ponga fin a esta
escandalosa comedia? Está encima el segundo aniversario de las gloriosas
jornadas de julio. Todos nosotros tuvimos una intervención directa en ellas.
Todos expusimos nuestras vidas frente al fascismo. Entre los centenares de
nuestros muertos, de los cuales nos enorgullecemos, se cuenta el primero que
cayó en Barcelona el 19 de julio —el secretario de nuestras Juventudes— y el
único que cayó en Valencia. El primer aniversario lo pasamos en una checa madrileña,
incomunicados, amenazados de muerte. ¿Tendremos que pasar el segundo en esta
prisión? Digámoslo con toda responsabilidad: ello supone una vergüenza para la
España antifascista, para sus gobernantes, para sus partidos y organizaciones,
a los cuales hacemos tan responsables de cuanto sucede como al propio Partido
Comunista y a quienes lo mandan desde aquí y desde fuera.
Por los presos del POUM:
Los ex-miembros del comité
ejecutivo:
Juan Andrade, Pedro Bonet y
Julián G. Gorkin
El ex-secretario de la Juventud
Comunista Ibérica
Wilebaldo Solano
El ex-miembro del comité de
Barcelona
David Rey
El ex-secretario provincial de
Lérida
Juan Farré
El ex-secretario provincial de
Gerona
Juan Quer
El ex-redactor jefe de La Batalla
José Escuder
2. CARTA DESDE LA PRISIÓN DEL ESTADO DE BARCELONA DE 22 DE JULIO DE
1938
Excmo. Sr. Presidente del Consejo
Excmo. Sr. Ministro de Justicia
Comisión Ejecutiva del Partido
Socialista
Estimados camaradas:
En el periódico estaliniano Las
Noticias leemos hoy bajo el título a dos columnas "El proceso del POUM,
medida de salud pública" un largo comunicado que firma la agencia
estaliniana AIMA, del que hacemos los siguientes extractos:
"París, 21.- L´Humanité
publica un artículo de Marcel Cachin, titulado "Para alcanzar la victoria",
en el que se dice:
"L´Humanité ha aprobado y
aprueba la decisión del gobierno español de perseguir enérgicamente y sin
contemplaciones, ante el tribunal de Barcelona, a las gentes del POUM.
¿Quiénes son los ciudadanos
responsables que han tomado esta resolución, después de examinar el acta de
acusación de la quinta columna? Son el presidente Negrín y el Ministro de
Justicia del gobierno actual.
Los dos son socialistas. En estas
condiciones, tenemos derecho a encontrar extraña la obstinación de Le Populaire,
que atosiga al Gobierno Negrín con observaciones, consejos, empleando
indirectas, con cartas y telegramas relativos al proceso del POUM".
Y termina así:
"Por esto estamos al lado de
nuestros camaradas socialistas españoles cuando juzgan al POUM, al igual que
cuando con las armas en la mano defienden heroicamente su causa, que es la
nuestra".
Como ustedes saben, tan bien o
mejor que nosotros mismos, la polémica en torno a nuestro encarcelamiento y a
nuestro proceso continúa, no sólo en Francia, sino en todos los países
democráticos. Y continuará, seguramente, mientras no reciba una solución digna
y justa. Y es un hecho por demás elocuente que mientras los medios liberales y
socialistas nos defienden y piden garantías de justicia para nosotros, sigue la
voz sañuda y monocorde del estalinismo pidiendo nuestras cabezas. Hoy comete la
perfidia de decir, por la pluma de Marcel Cachin, senador comunista y director
de L´Humanité, que son "el presidente Negrín y el ministro de
Justicia", "los dos socialistas"; que son "nuestros
camaradas socialistas españoles", quienes traducen [sic] y
"juzgan" a los hombres del POUM ante los Tribunales, razón por la
cual los comunistas están a su lado. ¿Aceptan ustedes esta afirmación, esta
acusación? ¿La acepta el Partido Socialista? Desde luego, o ustedes la
desmienten o la aprueban con su silencio.
También en Las Noticias, en
Frente Rojo y en Treball del mismo día, y refiriéndose al atentado contra
Maurice Thorez, que se atribuye al Sr. Doriot, se mezcla caprichosamente, miserablemente,
"a los trotskistas del POUM". Es una nueva infamia. Posiblemente el
atentado contra Thorez es una repetición del atentado perpetrado (?) en
Barcelona, hace unos meses, contra el señor Comorera, y que se nos quiso
atribuir también a nosotros. ¿A no ser que se trate, pura y simplemente, de
desviar la atención de la gente del secuestro, descubierto hace poco en París,
del secretario de Trotski, y que se atribuye a la policía rusa? Ignoramos, en
todo caso si el Sr. Doriot tiene algo que ver con el atentado en cuestión.
Desde luego, nosotros no tenemos absolutamente nada que ver con el Sr. Doriot.
Éste no ha sido nunca trotskista. Nosotros no somos ni admitimos el
calificativo de trotskistas. Con el señor Doriot mantuvimos relaciones, como
militantes del Partido Comunista de España, cuando él era uno de los jefes del
PC francés y miembro destacado del Presidium de la Internacional Comunista. Hoy
lo consideramos un traidor y un enemigo de la clase trabajadora y sólo merece
nuestro odio y nuestro desprecio.
¿Cuánto tiempo va a durar aún
esta monstruosa iniquidad contra nosotros? ¿Durante cuánto tiempo se va a estar
dando el escandaloso espectáculo de que se nos difame y calumnie a diario, sin
que nos esté permitido defendernos? Esas prácticas son completamente ajenas a
las tradiciones del socialismo: los socialistas no las han aceptado jamás. Y
hay una cosa grave: es que la opinión pública internacional empieza a conocer
nuestro proceso como "el proceso de Moscú en Barcelona". ¿Beneficia
esto en algo a la causa antifascista? ¿No compromete nuestra lucha por la
independencia?
Reciban nuestros saludos
antifascistas.
Por los presos del POUM:
Los ex-miembros del comité
ejecutivo:
Pedro Bonet y Julián G. Gorkin
El ex-secretario de las
juventudes del POUM
Wilebaldo Solano
El ex-miembro del comité de
Barcelona
David Rey
El ex-secretario provincial de
Lérida
Juan Farré
El ex-secretario provincial de
Gerona
Juan Quer
El ex-redactor jefe de La Batalla
José Escuder
3. CARTA DESDE LA PRISIÓN DEL ESTADO DE BARCELONA DE 17 DE ENERO DE
1939
Excmo. Sr. Presidente del Consejo
de Ministros
Excmo. Sr. Presidente de la
Generalidad de Cataluña
Excmo. Sr. Ministro de Justicia
A los partidos y organizaciones
antifascistas
Nuestra guerra, la guerra que con
tan legítimo heroísmo tiene que mantener el pueblo español contra el fascismo
nacional y extranjero, atraviesa un momento particularmente grave, que obliga a
la movilización de todos los esfuerzos y todos los medios. Nosotros, desde
nuestras celdas, sentimos las mismas inquietudes y las mismas ansias combativas
que puedan sentir los más firmes y probados antifascistas. Ello no puede
extrañar a nadie, ya que somos militantes obreros de toda la vida y hemos
llevado un papel activo en las luchas que el pueblo español viene sosteniendo,
desde hace años, contra los enemigos tradicionales de su emancipación y su
libertad. El propio tribunal que nos ha juzgado ha tenido que proclamar bien
alto esa verdad y destruir las calumnias lanzadas contra nosotros. Por todo
ello creemos que constituye una verdadera monstruosidad que continuemos, en
tales circunstancias, inutilizados en una prisión, y pedimos:
1º Que se nos devuelva
rápidamente la libertad, con el fin de llenar nuestro derecho y nuestro deber
de antifascistas, de cuyo cumplimiento fuimos arrancados.
2º Que se proceda a la inmediata
legalización de nuestro Partido y nuestra Juventud para que, con todos sus
elementos, pueda contribuir a la resistencia y a la lucha contra el fascismo.
3º Que se abran las puertas de
las prisiones de la República para todos los antifascistas sobre los que pesa
la más humillante de las condenas: la de no poder sumar sus esfuerzos a los de
todo el pueblo español en la lucha decisiva que sostenemos.
Estas medidas deben llevar
implícitas las siguientes: el cese de toda represión contra los trabajadores
revolucionarios, el respeto de las conquistas de los obreros y campesinos,
realizada[s] con su sangre y su sacrificio, y el reconocimiento y la aplicación
de las libertades democráticas creadoras para todas las tendencias del
antifascismo, única manera de darle un contenido y una eficacia a la
resistencia y de fortalecer la moral de los combatientes y de la retaguardia.
Por los presos del POUM y de la
JCI
Juan Andrade
Julián G. Gorkin
Wilebaldo Solano
Edición digital de la Fundación Andreu Nin, 1999
Fuente: http://infomemoriahistorica.blogspot.com/2008/09/cartas-desde-la-crcel-de-los-presos-del.html
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