Miguel García Vivancos – del grupo Los Solidarios
El 19 de abril de 1895 nace en Mazarrón (Murcia) el militante y combatiente anarcosindicalista y después pintor Miguel García Vivancos. Aprendiz de mecánico en el arsenal de Cartagena, su padre murió en América y marchó con su madre y sus hermanos en Barcelona en 1909, donde se adhiere a la CNT en unos años de fuertes enlucidos sociales y fuerte represión. Después de pasar algunos meses en prisión, trabajará como descargador del muelle y después de farinaire.
1917 luchará en las barricadas contra la policía y el ejército. Durante los años 20, cuando la violencia crece con la creación de los Sindicatos Libres y los pistoleros de la patronal se dedican a aniquilar militantes revolucionarios, García Vivancos se integrará en el grupo de defensa confederal «Los Solidarios», desde su fundación en 1922, con Buenaventura Durruti, Francisco Ascaso, García Oliver, Gregorio Jover, Ramona Berri, Eusebio Brau, Manuel Campos y Aurelio Fernández. Participó con este grupo en diversas acciones, entre ellas el asalto al Banco de España en Gijón en septiembre de 1923 y el intento de liberar Torres Escartín el mismo año. 1924 es condenado a tres meses de prisión.
Liberado, exilia una temporada en Francia y se encargará de conseguir armas para la insurrección de Vera de Bidasoa, también en 1924. Después irá con Durruti, Ascaso y Jover en Latinoamérica (México, Cuba, Perú, Chile). De vuelta a Francia, es detenido por mor de las «expropiaciones» practicadas por el grupo en América. Escapando de milagro de la extradición, es expulsado finalmente de Francia, encontrando refugio en Bélgica. 1927 vuelve a Barcelona, donde trabajará de taxista y continuará con la lucha clandestina, participando durante los años 30 en varias tentativas insurreccionales. Detenido, será internado un año en Burgos. En julio de 1936 tomará parte activa en la Revolución, comandando la «Columna Los Aguiluchos», distinguiéndose en los combates de los frentes de Huesca y de Huerrios, entre otros.
Una vez aprobada la militarización exigida por los estalinistas y de la que García Vivancos era partidario, es designado, en septiembre de 1937, responsable de la 25 División, en lugar de Antonio Ortiz, con la que conquistará Belchite y luego Terol, pero será herido en un brazo en enero de 1938. En mayo de 1938 será nombrado coronel. Se dice que se opuso a que Franco Cavero y Lozano Guillén se dirigieran a Barcelona en mayo de 1937 para aplastar los estalinistas tal veces porque una vez rechazada por la mayoría la dictadura anarquista que propuso García Oliver, se mostró rígido a defender la República (disciplina, ganar la guerra) de aquí que algunos, especialmente Ortiz, molesto por haberle despojado del mando de la 28 División, lo consideraran un criptocomunista.
Terminada la guerra, como responsable del sector de Puigcerdà, se encargará de la evacuación a Francia antes de pasar él el 13 de febrero de 1939. Restó internado durante cuatro años en los campos de concentración de Le Vernet de Sant Cebrià, de donde fue sacado por la resistencia y se incorporó a los maquis hasta la Liberación. En 1945, en Marsella, en un congreso de la CNT, será excluido de la organización por sus tomas de posición alejadas de la práctica libertaria, al estar interesado en la creación del Partido Obrero del Trabajo (POT) de García Oliver y favorecer las tesis de las regionales de origen. Viviendo en París en la miseria, comenzó a pintar escenas y paisajes de París a pañuelos que luego vendía a los soldados estadounidenses, y así, poco a poco, se hará artista pintor.
Establecido en Coursan animado por el pintor Pablo Planas, en 1947 conoció Picasso que lo acogió y le buscó marchando (María Cuttoli). El año siguiente realizó su primera exposición en la galería parisina Mirador y se convirtió rápidamente en un pintor naif (ingenuismo) de renombre, muy elogiado por André Breton. Sus obras fueron adquiridas por personajes famosos, como, Greta Garbo, David Rothschild, Helena Rubinstein, Francois Miterrand, etc. Es autor de El combate continúa (París, 1960) y de Aclaración obligada al libro de Ricardo Sanz. Los sindicalismo y la política (París, 1967).
Miguel García Vivancos murió el 23 de enero de 1972 en Córdoba en viaje de vacaciones.
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