El pacto de Hitler y Stalin: la
luna de miel de dos dictadores
El pacto preveía un protocolo
secreto, que incluía la partición de Polonia entre ambos Estados y sellaba el
destino de los países Bálticos. En concreto, se declaraba a Finlandia,
Besarabia (nombre con que el imperio ruso identificó a la parte oriental de
Moldavia) y el norte de la región de Bucovina (parte central de Moldavia) como
zonas de interés soviético.
Una semana después de la firma
del pacto por los ministros de Asuntos Exteriores, Joachim von Ribbentrop y
Vyacheslav Molotov, comenzó la Segunda Guerra Mundial con el ataque alemán a
Polonia. Dos semanas más tarde, las tropas soviéticas ocuparon territorios
polacos. La victoriosa campaña terminó con una hermandad de las unidades de la
Wehrmacht alemana y el Ejército Rojo, que se escenificó en un desfile conjunto
en la ciudad de Brest.
Intenciones de Stalin
Los historiadores se refieren,
unánimemente, al objetivo de Hitler con este pacto. Aunque no tienen tan claras
las intenciones de Stalin. “En el verano de 1939, Stalin tenía el ejército con
la infantería más grande del mundo. Y en cuanto Hitler invadió Polonia, podía
haber enviado millones de soldados soviéticos a la frontera polaca. No hubiera
habido guerra. Pero Stalin no quería molestar a Hitler", dice en una
entrevista a Deutsche Welle el periodista ruso Mark Solonin.
Stalin actuó de forma
estratégica, afirma el historiador alemán Jörg Ganzenmüller. "Sabía que,
más tarde o más temprano, Hitler atacaría la Unión Soviética. Pero calculó que,
mientras Alemania estuviera inmersa en una guerra con las potencias
occidentales, no se atrevería a abrir un segundo frente. La guerra fue la
garantía de seguridad para Stalin. No el propio pacto”.
En aquellos 22 meses, los ataques
a los nazis desaparecieron de la prensa soviética y en las salas de cine y
teatros se prohibieron las películas y obras antifascistas.
Beneficio para la policía secreta
y la economía
Para ambos regímenes, el pacto
supuso una ventaja política y económica. Entre agosto de 1939 y junio de 1941,
Moscú suministró petróleo, cereales, níquel, manganeso, cromo, madera y otros
materiales a la Alemania nazi. El "Tercer Reich" surtió a los
combatientes soviéticos de explosivos, emisoras de radio e, incluso el buque
"Lützow". También recibieron un préstamo de 200 millones de marcos.
También se produjo una
colaboración entre la policía secreta soviética (NKVD) y la Gestapo alemana. El
pacto contenía una cláusula, que permitía extraditar a antiguos ciudadanos
alemanes y austriacos, que estaban en territorio soviético y que habían luchado
contra Hitler. Varias docenas de ellos - incluido el conocido comunista alemán
Margarete Buber-Neumann- fueron entregados a la Gestapo. La mayoría de ellos
fueron asesinados.
"Stalin perdió",
comenta Solonin, que añade que calculó mal la relación de fuerzas. A mediados
de 1940, Hitler controlaba la mayor parte de Europa. “Hasta el 22 de junio de
1941, Stalin creyó que Alemania no abriría un segundo frente", explica
Ganzenmüller. El hecho de que esta estrategia no funcionara, fue una sorpresa y
decepción para Stalin".
Fuente: http://www.dw.com/es/el-pacto-de-hitler-y-stalin-la-luna-de-miel-de-dos-dictadores/a-17871285
No hay comentarios:
Publicar un comentario