COMUNICADO EN HOMENAJE A LOS
ASESINADOS Y FUSILADOS DURANTE EL GOLPE DE ESTADO Y LA GUERRA DE 1936
Buenos días a todos los
asistentes y gracias por acudir a este acto.
Hoy, 18 de julio de 2016, se
cumplen exactamente 80 años del comienzo de la guerra civil española. Un
fallido golpe de Estado que trajo como consecuencia una guerra cruenta y atroz
que acabó marcando la historia de nuestro país en el siglo pasado y que aún, a
día de hoy, resuena en las estructuras del Estado y, evidentemente, en muchos
corazones.
Pese al tiempo transcurrido,
nuestra presencia en esta fosa común del cementerio de San Fernando tiene como
objeto reivindicar un trabajo que no se ha realizado hasta ahora y que solo,
después de tantos años, comienza a vislumbrarse como una verdadera posibilidad.
A partir de la unión de familiares de víctimas de la represión franquista y
personas implicadas, agrupadas en la Asociación por la Recuperación de la Memoria
Democrática, Social y Política de San Fernando, se ha solicitado a las
administraciones responsables la intervención y colaboración en la apertura de
esta fosa de la guerra para intentar dar resolución al duelo abierto que tantas
familias mantienen hoy en día por no haber podido dar un entierro digno a sus
familiares asesinados.
Frente a aquellos que esgrimen la
idea de que nos mueve el rencor, la sed de venganza o el ánimo de revancha,
decidles que no van a encontrar ninguna de esas actitudes en aquellos que
llevan años añorando recuperar los restos de sus seres queridos y honrarlos
según las costumbres y ritos de nuestra tradición cultural.
Tampoco lo van a encontrar en el
trabajo del resto de personas que voluntariamente dedican su tiempo con el fin
de permitir un mejor conocimiento de lo ocurrido hace 80 años. Hechos que la
propaganda de los vencedores se encargó de tergiversar, politizar y sacralizar
para legitimar un uso desproporcionado y extremo de la violencia en su
aniquilación del adversario político.
Después del tiempo transcurrido,
las familias demostraron su tolerancia aprendiendo a convivir durante
muchísimos años con los asesinos de sus seres queridos. Para la inmensa mayoría
de ellos no hubo juicio previo o, cuando lo hubo, si no era una pantomima
orquestada para dar carácter legal a lo que sencillamente podemos calificar de
asesinato, era un juicio posterior a la ejecución de la sentencia de muerte.
Para los otros, los que tuvieron que ejecutar las órdenes del régimen, tampoco
hubo juicio, ni condena, ni posibilidad alguna de reproche. Es, por tanto,
objeto de este acto y de esta Asociación impugnar la impunidad de la represión
para avanzar en el reconocimiento de los crímenes cometidos y la ausencia de
justicia de la que han gozado los que participaron en los hechos que
condenamos.
También es fácil oír hablar de la
necesidad de perdonar, pero para ese perdón que se proclama es condición
necesaria que el victimario pida perdón a la víctima. Y eso nunca ha sucedido.
Del mismo modo que para poder pasar página, como instan algunas voces
contrarias al movimiento social en favor de la recuperación de la memoria
histórica, es necesario que la página más trágica de nuestra historia reciente
sea leída comprensiva y críticamente. Y eso tampoco ha sucedido para una
generalidad de la población española.
Un país que respete los Derechos
Humanos no puede seguir consistiendo que miles de personas sigan sin poder
enterrar con dignidad a sus familiares asesinados o fusilados o, en el peor de
los casos, que sigan sin saber aún dónde se encuentran sus restos. Se trata,
además, de nuestros propios conciudadanos, por lo que un Estado que se llame
democrático, social y de derecho no debe permitir por más tiempo el abandono
sistemático al que ha sometido a sus ciudadanos republicanos asesinados,
personas buenas y honradas, muchos de ellos trabajadores, como jornaleros,
salineros, electricistas, panaderos, operarios de fábrica…; sindicalistas y
militantes políticos de izquierda; cargos públicos, como los concejales y el
propio alcalde de la ciudad; médicos; maestros; militares…
Sirva este homenaje para honrar
su memoria e impedir el silencio sobre su recuerdo y lo que significaron en la
construcción de una sociedad mejor. En la medida que sus nombres, sus imágenes,
su compromiso político, sean evocados en homenajes como este, permanecerán
vivos, porque la única y verdadera muerte es el olvido.
Que la tierra les sea leve.
San Fernando, 18 de julio de
2016.
ASOCIACION POR LA RECUPERACION DE
LA MEMORIA DEMOCRATICA SOCIAL Y POLITICA DE SAN FERNANDO (CADIZ)
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