¿Todavía te preguntas qué es el
capitalismo?
Muchas personas se están llevando
las manos a la cabeza y se están escandalizando, por primera, segunda o tercera
vez, al enterarse de los famosos papeles de Panamá. Está bien el escandalizarse
y empezar a denunciar a todos los tipejos y las tipejas que aparecen como
propietarios o accionistas de empresas "offshore" para evadir o
eludir impuestos en sus países de origen. Los patriotas ministros, ex
ministros, presidentes, ex presidentes, políticos, ex políticos de la mayoría
de países del mundo, que obligan a tributar a los trabajadores que dependen de
una nómina, a los vilipendiados autónomos y a aquellos que no tienen tras de sí
a una cohorte de testaferros, abogados, economistas, asesores fiscales o delincuentes
legalizados, que les aconsejan para evitar el pago de impuestos, en esas
patrias que llenan sus bocas en elecciones, discursos y entrevistas en las que
son protagonistas.
Parece mentira que los periodistas estén
hablando de todo esto no digan realmente que esto de la corrupción, la elusión
y la evasión de impuestos es propio del sistema capitalista en el que estamos
viviendo. Mientras la evasión de impuestos es ilegal y está penada, la elusión
de impuestos es algo legal en el sistema capitalista y la excusa es que es una
forma de asegurar las transacciones en países poco seguros, una paparruchada
más para defender a las grandes empresas multinacionales que son las que
utilizan los paraísos fiscales para no tener que pagar impuestos en los países
donde están radicadas. Todo esto se hace con el beneplácito de los gobiernos de
los diferentes países del mundo, sean de paraísos fiscales o no, que legislan
para que pueda haber formas legales para impedir la contribución a la hacienda
pública por parte de las empresas más depredadoras del planeta, y si todas las
leyes fallan y evaden impuestos, acaban otorgando amnistías fiscales para que
puedan regularizar sus situación y así perdonar sus deudas como buenos
cristianos.
Los refugiados indeseados
Por otra parte estamos viendo como los países
de Europa, los de la Unión Europea, permiten que sus gobiernos estén poniendo
en marcha unas prácticas inhumanas para con todos los perseguidos políticos que
han tenido que migrar a consecuencia de las guerras y las inestabilidades que
han provocado los mismos gobiernos que ahora no les quieren en su tierra.
Cuando las empresas europeas se han aprovechado de las riquezas de los países
de origen de los migrantes, de los refugiados, no han pensado que esas acciones
iban a tener sus reacciones. Si los gobiernos y nuestros países han sido los
causantes ahora tienen que reparar los daños, no podemos permitir que las
empresas multinacionales europeas hayan esquilmado esos países y a sus
habitantes y ahora permitir que los políticos europeos se rasguen las
vestiduras porque los migrantes quieran ir a los países más prósperos de
Europa. Si Alemania, Francia, Holanda, Reino Unido, España, etc., etc., se han
beneficiado de las riquezas extraídas y hurtadas de estos países y les han
hecho ver que ellos son las economías mejores y más prosperas, poniéndose como
ejemplo a seguir, ahora no pueden extrañarse ni querer que otros les blinden
para que los refugiados no puedan llegar hasta sus "puras
sociedades". La expulsión de los refugiados y migrantes a países
extracomunitarios sólo es un nuevo genocidio de los muchos que acompañan la
historia europea, campos de exterminio nazi, persecución de judíos en toda
Europa; represión, asesinatos promovidos y bendecidos por la Santa Inquisición;
esclavismo y tráfico de esclavos; matanzas de no creyentes en el continente
americano, etc.
Los políticos farsantes
No podemos extrañarnos de que en España hayan
pasado casi seis meses desde las elecciones y sus políticos electos no sean
capaces de ponerse de acuerdo para acabar con la actual situación de postración
de la mayor parte de la población ante las leyes y normas impuestas desde la
Unión Europea y desde los mercados financieros.
Que ningún ingenuo piense que hay buenos y hay
malos en todo este proceso, ya que cuando alguien está al lado del pueblo hace
lo posible y lo imposible para que el pueblo deje de sufrir.
Aquí tenemos a cuatro partidos políticos que
siendo engranajes del actual sistema político, mantienen el sistema económico
que nos explota y nos esclaviza, ¿cómo lo hace cada uno de ellos?
El Partido Popular, que es el menos cercano al
pueblo aunque se llame popular, ya que su política esta basada en la atención a
los poderes económicos, sirviéndoles en bandeja, leyes, empresas públicas y
dinero para que puedan generar beneficios aunque el país y sus ciudadanos se
mueran de hambre o queden en la indigencia. Para hacer todo esto son
financiados y pagados por esas empresas (corrupción) para que se sientan bien
remunerados y puedan acceder a posiciones sociales que les separen del resto de
la población. Son los apéndices necesarios para que el sistema pueda seguir
aumentando sus ganancias.
El Partido Socialista Obrero Español, su
nombre no tiene nada que ver con el mismo partido, hace años que dejo de ser
socialista, primero se convirtió en socialdemócrata, para pasar a ser
social-liberal; hace años que ha dejado de ser de los obreros para convertirse
en un partido de clases medias acomodadas, de accionistas de empresas, de
empresarios y de gentes que viven de la política y a para ella, los obreros
solo les sirven para que les voten por pensar que un partido llamado obrero es
su representante; hoy por hoy lo único que queda del nombre es partido español
y esto lo lleva hasta las últimas consecuencias, es como si las enseñanzas del
régimen franquista lo hubieran abducido y pone el concepto de España delante y
por encima de su ideología y de la clase a la que dice representar, lo único
que es intocable para ellos es la unidad de España...
Ciudadanos, otro partido de derechas que
utiliza conceptos que nada tienen que ver con ellos, se llaman ciudadanos, que
no ciudadanas, y con ese nombre quieren aparentar que son la voz y la
representación de toda la ciudadanía, hasta de los trabajadores, de los que
estamos siendo explotados por el sistema económico. Mientras que utilizan ese
nombre se olvidan de la ciudadanía cuando hay que defender los intereses de las
grandes corporaciones financieras, comerciales o industriales. Para ellos la
economía, la estabilidad presupuestaria, está por encima de las garantías
sociales y de las necesidades de la ciudadanía de una vida, un sustento y un
techo digno. Para ellos primero es garantizar los beneficios empresariales,
salvar el sistema económico desigual y después garantizar una vida mejor para
los que con su trabajo tienen que hacer funcionar el sistema. En definitiva son
el sustituto directo del Partido Popular que ya no puede aguantar más por la
corrupción que le supura por todos los poros de su organización.
Podemos, la falacia de la izquierda, los
trepas que se han aprovechado de las luchas populares del 15M, de las mareas,
de los desahuciados, de los parados, de los desposeídos. Son todos aquellos que
en las plazas del 15M defendían que era necesario cambar a los políticos por
gente más preparada, eran aquellos que entendían que gente preparada eran
aquellos que tenían estudios universitarios, eran aquellos que no consideran
como iguales a los que trabajan de forma manual que a los que los hacen de forma
intelectual. En definitiva eran los que pretendían cambiar a las élites
existentes para convertirse, ellos mismos, en las nuevas élites, en definitiva
acabar con la casta para que otra casta les sustituyera.
Los proscritos trabajadores
Mientras quienes tenemos que vivir de un
salario estamos aguantando unas tasas de paro superiores al 25 por ciento;
bajadas de salarios, subidas de horas de trabajo; contratos basura por menos de
600 euros mensuales; jornadas de trabajo irregulares, estando a disposición de
la empresa para cuando te quiera llamar; contratos de lunes a viernes para no
cotizar a la seguridad social sábados y domingos; elevación de los años
cotizados necesarios para optar a la paga de jubilación; aumento de la edad
mínima para poderse jubilar; aumento del IVA; necesidad de muchos estudios para
optar a cualquier puesto de trabajo; desmantelamiento de los servicios públicos
siendo sustituidos por privados; bajada de las indemnizaciones por despido,
etc., etc.
Desde la famosa crisis generada por el sistema
financiero capitalista se ha optado por hacer pagar a los que solo tienen sus
manos, sus piernas y su cabeza para poder subsistir, a los únicos que son
productivos; mientras los que la han generado siguen beneficiándose de las
leyes que les permiten seguir evadiendo impuestos, aumentando sus beneficios y
esquilmando las riquezas naturales del planeta en beneficio de sus cuentas
corrientes.
Lo incongruente de todo esto es que los
trabajadores siguen votando a los políticos farsantes ya que esperan que alguno
de ellos cambie las cosas, sin ser conscientes de que unos políticos que
aceptan las reglas del sistema y entran en su engranaje están completamente
vendidos al mismo. Más alarmante es confiar en sindicatos que a través de la
participación en Comités de Empresa, mantienen unas estructuras que los
convierten más en empresas que en organismos para la defensa de los intereses
de los explotados. Los sindicatos actuales sólo piensan en mantener estas
estructuras porque muchos de sus dirigentes han olvidado qué es estar en los
tajos de trabajo, han olvidado mancharse las manos con el trabajo diario, han
adquirido un estatus social que les aleja de los trabajadores a los que dicen
defender. Unos sindicatos que han creado unas estructuras que viven de las
ayudas y las subvenciones del Estado y las empresas, no pueden ser verdaderos
instrumentos para la lucha contra la explotación que estamos sufriendo por el
capitalismo neoliberal de las empresas multinacionales, que emplean la famosa
globalización mundial para campar a sus anchas sin dar explicaciones, ni rendir
cuentas de nada ni a nadie. No son útiles sindicatos nacionales o regionales
que no planteen una lucha global (mundial/internacional) contra el nuevo
capitalismo de la globalización económica, o se extiende la lucha y se
globaliza o la clase trabajadora está condenada al esclavismo moderno, a la
tiranía del dinero y de los poderosos.
¿Qué es capitalismo?
Eso pregunta el político, el empresario, el
accionista, el banquero, el sindicalista acomodado, el evasor de impuestos, el
policía, el juez, el fiscal, el militar, mientras clavan en nuestra pupila su
pupila negra oscura.
Y nosotros sólo podemos contestar,
parafraseando al poeta: ¿Qué es capitalismo? ¿Y tú me lo preguntas?
Capitalismo... eres tú, político
Tú que dictas y apruebas leyes para que las
grandes empresas y corporaciones multinacionales se beneficien de paraísos
fiscales, de despidos gratuitos; de una masa de parados inexplicable; de una
represión en aumento, de una insolidaridad vergonzante; de una inactividad
inhumana; de unos salarios por no gobernar que causan indignación. Por dictar
normas para los trabajadores que les llevan a no poder cobrar el paro al cabo
de poco tiempo sin trabajo y no aplicarlas a todos los políticos que son
incapaces de llegar a acuerdos para formar gobierno después de unas elecciones
¿Por qué no les hacen devolver todo el dinero cobrado a todos los diputados y
senadores salidos de las últimas elecciones por no ser capaces de hacer lo que
les han encomendado sus votantes, sus contribuyentes? ¿Por qué no se les hace
devolver a sus partidos todo el dinero que se les ha pagado por voto obtenido
en las últimas elecciones por ser incapaces de hacer lo que les ha encomendado
el pueblo al que dicen representar? No lo hacen porque eso es capitalismo.
Capitalismo... eres tú, empresario
Que explotas a tus semejantes para obtener
unos beneficios y un dinero que no obtendrías sin que ellos trabajasen para ti.
Capitalismo... eres tú, accionista
Que te llevas los beneficios por apostar
dinero en la bolsa para hacer que suban o bajen las acciones; que te beneficias
del sudor, del esfuerzo, de la salud de los trabajadores y trabajadoras para
aumentar tu patrimonio y tu cuenta corriente.
Capitalismo... eres tú, banquero
Que das préstamos a los trabajadores con unos
intereses muy superiores a los que tú tienes que pagar por el dinero que te han
prestado anteriormente. Que te beneficias de las leyes o pactos entre
empresarios para que los trabajadores tengan que cobrar sus nóminas por el
banco, pagar sus gastos por el banco y tener sus cuentas en los bancos pagando
por ello en vez de sacar un beneficio por dejar su dinero a los bancos.
Capitalismo... eres tú, sindicalista acomodado
Que diciendo que defiendes a los trabajadores
y que eres su arma contra los capitalistas lo que haces es vivir sin trabajar,
cobrando del Estado y aceptando liberaciones por las empresas. Eres tú que
vives de las cuotas de esos trabajadores o de las subvenciones preocupándote
más por conservar tu posición que por obtener verdaderas conquistas sociales.
Todo aquel que vive de los asalariados o de los sufrimientos de estos es un
parásito, es capitalismo.
Capitalismo... eres tú, evasor de impuestos
Que llamándote patriota, español, francés,
inglés, norteamericano, vasco, catalán gallego, valenciano, griego, andaluz,
chino, etc., te llevas el dinero que consigues en tu país a paraísos fiscales
para no pagar impuesto en esa patria que te llena la boca cada vez que hablas.
Capitalismo... eres tú, policía
Que trabajas reprimiendo a aquellos que se
movilizan contra la injusticia del poder, de las leyes, del Estado de la
economía capitalista.
Capitalismo... eres tú, juez
Que dices aplicar la ley sin mirar a quién
pero no te tiembla la mano a la hora de dictar ordenes de desahucio; de poner
fianzas de risa a los poderosos; de poner fianzas impagables a los desposeídos;
de ser benévolo con los ladrones de cuello blanco y condenar a quien no tiene
para comer por llevarse comida sin pagar de un supermercado; que eres capaz de
dejar en la cárcel y perseguir a unos titiriteros por denunciar la podredumbre
del sistema y dejar en libertad a unos capos del narcotráfico porque no tienes
la honestidad de oponerte a la legislación que limita el principio de Justicia
Universal, en virtud del cual resultaba posible la persecución penal por parte
de la Justicia española de determinados crímenes de gravedad (entre los que se
encontraban graves violaciones de derechos humanos, como es el caso de los crímenes
de genocidio).
Capitalismo... eres tú, fiscal
Que defiendes al gobierno y a las
instituciones por encima de la aplicación de la justicia y la ley. Que
persigues o mandas perseguir a los que se manifiestan, a los que protestan, a
los que luchan contra la injusticia, exigiendo a los jueces que les apliquen
las sentencias más duras; mientras que pides sentencias suaves y poco
ejemplificadoras contra los ladrones de cuello blanco, contra los políticos
corruptos, contra las instituciones involucradas en corrupción, contra los
partidos que optan por la corrupción como una forma natural de financiación.
Que te inhibes en plantear demandas contra
aquellos que son un poder dentro del sistema, mientras que te personas siempre
contra los pobres que quieren defender su dignidad ante la opresión.
Capitalismo... eres tú, militar
Que tomas las armas y desfilas a las órdenes
de los poderes políticos que defienden intereses económicos de las grandes
corporaciones financieras, industriales, comerciales y agrarias internacionales
o nacionales, para someter y sojuzgar a pueblos que tienen riquezas que son del
interés de esos poderes a los que sirves.
Que no tiemblas ni dudas en dispara contra tus
conciudadanos si te lo exigen tus jefes y superiores.
Que piensas que la paz se defiende con las
armas y la guerra.
Capitalismo... eres tú
Que planteas la desigualdad entre los seres
humanos por cuestión de sexo, de raza, de patria, de idioma…
Que compras y consumes sin tener
en cuenta que los productos que estas utilizando provienen de la explotación
infantil o de cualquier ser humano; que provienen de la tortura animal o de
esquilmar los recursos naturales que están destruyendo el planeta.
Que pretendes alcanzar el poder de aquellos
que lo tienen para sustituirles o para ser igual de desalmado que ellos.
Que defiendes o no te movilizas contra todos
los que mantienen el sistema económico que nos está destruyendo.
Que engañas a tus semejantes para que no
cambie nada y todo siga igual.
Que piensas que todo siempre ha sido así y no
puede cambiar.
Que no quieres pensar porque es muy cansado y
sacrificado, porque es muy duro.
Que no tienes empatía con los que sufren las
injusticias y las persecuciones del sistema económico imperante en el mundo.
Que no luchas contra la globalización
económica porque esperas sacar algún beneficio de ella.
En conclusión
Todo lo que hemos dicho hasta aquí es
capitalismo, aunque lo simple y lo correcto es decir que el capitalismo es un
sistema basado en el robo de unas personas a otras, ya que es imposible que una
persona se pueda enriquecer de la forma que lo hacen los capitalistas de este
mundo solo con su trabajo. Nadie, con su trabajo, solo con lo que le da su
trabajo, es capaz de hacerse rico. Nadie se hace rico sin robar, sin apropiarse
lo que pertenece a otros o a todos. El capitalismo es un engaño y cada uno de
nosotros tenemos que ser capaces de darnos cuenta si queremos creernos el
engaño, si queremos seguir engañados. Por tanto hablar de los que salen en los
papeles de Panamá, de los políticos que nos lían y nos confunden, de los
refugiados que son desterrados por los países europeos y sus políticos, de los
padecimientos que sufren los trabajadores no es más que hablar de lo que es y
de lo que representa el sistema económico capitalista. Por tanto capitalismo es
lo de los papeles de Panamá, los políticos farsantes, las políticas
antirrefugiados y la explotación de los trabajadores.
Por supuesto que no es capitalismo la
anarquía, por eso se la persigue y se la desprestigia.
Por la anarquía como filosofía de vida para
una humanidad justa e igualitaria, sin fronteras, sin persecuciones, sin
patrias, sin dioses y sin salvadores.
Manuel Vicent
Fuente: Periódico Tierra y
Libertad
No hay comentarios:
Publicar un comentario