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lunes, 16 de noviembre de 2015

TODO A PUNTO EN EL ASTILLERO DE PUERTO REAL PARA COLOCAR LAS QUILLAS DE LOS PETROLEROS


Todo a punto en el astillero de Puerto Real para colocar las quillas de los petroleros

Todo está preparado en el astillero de Puerto Real para la puesta de quilla de los petroleros que Navantia construirá para el grupo vasco Ibaizábal. Los trabajos se llevan a cabo en estos momentos en los talleres de cabecera de la factoría con el corte y ensamblaje de los primeros bloques de acero. Está previsto que las seis quillas de los barcos, es decir, una parte de la sección central del casco, se coloquen en el dique a mediados de diciembre, justo después del puente de la Inmaculada.

El acto contará con la presencia de varios representantes del armador del grupo Ibaizábal. De esta forma, los directivos de la compañía Ondimar Transportes Marítimos darán fe del arranque definitivo de la obra, que supondrá unos 23 meses de carga de trabajo para la industria naval de la Bahía. La puesta de quilla es un acto simbólico, pero muy relevante, que marca el pistoletazo de salida y la cuenta atrás en la construcción de los petroleros. A partir de ese instante, las grúas de Puerto Real empezarán a mover y fijar estructuras hacia proa y popa. La quilla, por tanto, es el tramo central del barco que vertebra el desarrollo de la obra.

El presidente de la Federación de Empresarios de la Industria Naval de la Bahía (Fedenaval), José María Camacho, confirmó a LAVOZ que la industria auxiliar había cumplido con los primeros encargos de este proyecto. Varias subcontratas ya han entregado a Navantia los refuerzos que necesitan las quillas.

El contrato para la construcción de estos barcos se firmó el pasado 30 de julio después de una dura y difícil negociación que comenzó el 9 marzo de este mismo año con una declaración de intenciones entre Navantia y el grupo vasco. Esta carta de voluntades recogió inicialmente la hoja de ruta a seguir, mediante la cual se selló el compromiso entre las partes para desarrollar la construcción de cuatro petroleros, con opción a dos más, de la serie Suezmax.

Se trata de buques especiales para transportar crudo por el canal de Suez. Las negociaciones entre las partes siguieron su curso hasta detallar meses después las «especificaciones técnicas» como el precio de los buques y sus dimensiones. No hay que olvidar que se trata de barcos especiales, con medidas muy concretas para facilitar la navegación por este canal, que separa los mares Mediterráneo y Rojo. Al carecer de esclusas, como es el caso del canal de Panamá, las limitaciones al tráfico marítimo las definen el calado del buque y la altura del puente.

Poco a poco el proyecto fue tomando cuerpo, sin embargo, la propia SEPI, Sociedad Estatal de Participaciones Industriales a la que pertenece Navantia como empresa publica, mostró sus reparos hacia este encargo al no generar valor añadido para la industria nacional. Navantia participa en este proyecto solo como mano de obra. La patente tecnológica y el diseño de los buques son coreanos, es decir, Navantia ha logrado sacar adelante esta construcción en la Bahía de Cádiz gracias a una alianza estratégica con el astillero asiático de Daewoo, que será el que aportará, además del diseño, los bienes de equipo.

El segundo avance de la negociación de los petroleros llegó el 16 de mayo, en víspera de las elecciones municipales, con la confirmación del proyecto. El acuerdo emplazó a las partes a firmar el contrato definitivo en junio, sin embargo, las diferencias surgidas entre Navantia y la SEPI, lo alargaron hasta el 30 de julio.

Finalmente, después del amargo debate sobre la viabilidad o no de este encargo, las aguas volvieron a su cauce y Navantia y el grupo Ibaizábal firmaron el contrato de obra ‘in extremis’ con la bendición de la SEPI y el aval del gobierno español.

De momento, se ha firmado la construcción de cuatro unidades, aunque se espera que el grupo Ibaizálbal cierre otras dos antes de final de año. Su armador ngocia el alquiler de estos barcos a través de ‘leasing’ con las petroleras Cepsa y Repsol. Ambas demandan estos barcos para transportar crudo por el canal de Suez. No obstante, Navantia se ha adelantado a la jugada fabricando de antemano la seis quillas necesarias. En caso de que Ibaizábal no logre firmar las dos unidades que se esperan, las dos quillas sobrantes se adaptarán a la estructura de los cuatro barcos en construcción.

El proyecto de cada barco supone unas 725.000 horas de trabajo, es decir que para los cuatro primeros, el volumen de mano de obra será de unos 3 millones de horas. Las primeras estimaciones apuntan a la contratación de 3.000 personas.


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