CONCEJALES DE IZQUIERDA UNIDA VOTAN POR LA PERPETUACIÓN DE LA MEMORIA DE
UN GENOCIDA
POR G. RGUEZ. LUBARY - CANARIAS
SEMANAL. ORG .- En el municipio toledano de Añover de Tajo está bajo los
efectos una peculiar situación. IU gobierna nada menos que con el apoyo de los
votos de los concejales del Partido Popular.
Y como la experiencia ha demostrado una y otra vez, a la postre tales despropósitos no traen más que desgracias.
Hace apenas unos días, los hechos vinieron a
confirmar en Añover que cuando los criterios que se manejan a la hora de las
elecciones consisten en engrosar las listas de los candidatos "a
boleo", la trapisonda electoralista termina inexorablemente pasando factura. Y una vez más, así ha sido.
En el último pleno celebrado por
este Ayuntamiento, tres de los cinco concejales de IU votaron a favor de que se
mantuviera el nombre de la calle "General Yagüe", un conocido militar
franquista, que llegó a ser tan famoso por sus crímenes, que quedó apodado para
la Historia como “el carnicero de Badajoz”.
Pero ¿quien fue realmente Juan Yague? ¿Qué papel jugó en el transcurso
de aquel dramático conflicto bélico? Hagamos un poco de historia.
ALGUNOS DATOS BIOGRÁFICOS SOBRE
EL GENOCIDA
El general Juan Yague Blanco, muy conocido
durante la Guerra Civil española por su carácter duramente violento y
sanguinario, se afilió al partido fascista "Falange Española" apenas
un par de años después de haber sido
proclamada la II República. Ni que decir tiene que durante los cinco años y
pico que duró el régimen republicano, Yagüe no hizo más que conspirar
sistematicamente para lograr su
derrocamiento.
Cuando durante el conocido
"bienio negro" estalló la revolución de Asturias, en el año 1934, el
Ministerio de la Guerra dirigido
por el politico derechista Jose Maria
Gil Robles, escogió a Yagüe para que encabezara las tropas africanas que tenían
como misión la represión de los mineros asturianos. Gil Robles conocia el perfil del Yagüe y,
posiblemente, aconsejado por Franco eligió a este militar para encabezar las
tropas adecuadas para provocar el terror entre la población civil.
El entonces general Franco, que
estuvo a cargo de toda la logística represiva en Asturias, había dado el mando a Yagüe después de
sustituir al teniente coronel López Bravo, porque este último le había
manifestado sus dudas sobre si las tropas deberían disparar o no en contra los
civiles. Franco, conociendo la absolula ausencia de escrúpulos de Juan Yagüe,
lo puso al mando de lo que entonces se conocía con pavor como "las tropas
moras", que provenientes de Marruecos, habia sido entrenadas por los
militares españoles africanistas para el ejercicio brutal de la violencia
contra los "enemigos" de la patria.
Como era esperable, Yagüe se
destacó en esa ocasión por la utilización de una extraordinaria crueldad en la
represión contra los mineros asturianos insurrectos y sus familias. Por eso
cuando el general Eduardo López Ochoa alcanzó un acuerdo con los obreros, Yagüe
se indignó y mantuvo una encendida discusión con López Ochoa, llegando a
acusarle de ser cómplice directo de los rebeldes.
Cuando en febrero de 1936, el
Frente Popular ganó las elecciones, Yagüe se integró en cuerpo y alma en la
conspiración militar para derrocar al gobierno republicano. Por entonces
comandada una de las banderas de La Legión en el "protectorado" de
Marruecos. Ostentaba el rango de Teniente coronel y estaba destinado en la
colonia española de Marruecos.
A principios de agosto de 1936,
apenas unos días después del levantamiento faccioso, Yagüe ya había atravesado
el Estrecho de Gibraltar y se encontraba en la Península. En Sevilla los
sublevados organizaron una Columna, al frente de la cual fue puesto Yagüe,
integrada con efectivos del Ejército del África. La violencia de los legionarios y las tropas
marroquíes de Yagüe pronto crearon un intenso
terror en Extremadura, provocando la huida de miles de refugiados. En pueblo de
Almendralejo, por ejemplo, murieron alrededor de 1.000 civiles.
El 10 de agosto Yagüe alcanzó
Mérida, después de haber avanzado unos 300 kilómetros en menos de siete días.
Esto constituyó una gran victoria, ya que supuso la unión de las fuerzas
sublevadas en el sur con las fuerzas de Emilio Mola en el norte. Pero la ciudad de Badajoz había quedado
aislada en la retaguardia de los sublevados y seguía resistiendo.
Yagüe y 3.000 soldados de su
columna se dirigieron a la capital pacense, donde resistían 8.000 efectivos
republicanos, muchos de ellos milicianos. La batalla de Badajoz fue de las más
cruentas de la campaña. Finalmente la
ciudad fue asaltada por la Legión. El balance de la batalla fue terrorifico,
pero el de la represión posterior lo multiplicó con creces.
La mayoría de las fuentes hablan
de 4.000 civiles ejecutados. La magnitud de la matanza se trasluce en la
respuesta que Yagüe le dio al periodista John T. Whitaker, del New York Herald
Tribune, cuando éste le interrogó sobre lo sucedido:
"Por supuesto que los
matamos. - dijo Yagüe sin estremecerse -
¿Qué esperaba usted? ¿Que iba a llevar 4.000 prisioneros rojos conmigo,
teniendo mi columna que avanzar contrarreloj? ¿O iba a soltarlos en la
retaguardia y dejar que Badajoz fuera roja otra vez?"
El portugués Mário Neves fue otro
de los pocos periodistas que habló con el militar, quien reconoció los
fusilamientos que se estaban produciendo. La denominada "Matanza de
Badajoz" provocó un autentico escándalo internacional y supuso que Yagüe
acabara siendo conocido como el "Carnicero de Badajoz".
Después de la Guerra Civil, Juan Yagüe fue ascendido a general de
división, y realizó un viaje a la Alemania nazi, acompañando a la Legión Cóndor
en su regreso. Durante el tiempo que estuvo allí estudió las instituciones y organizaciones
nazis. Se vió profundamente atraído por
la política social nazi, el Ejército y muy especialmente por la Luftwaffe. Esto
le llevó a mantener contacto con el mariscal Hermann Wilhelm Göring, que a su
vez era comandante de la Luftwaffe, y también con el jefe de las SS, Heinrich Himmler. Yagüe se convirtió a partir de entonces en un
activo germanófilo y fue considerado como el hombre de Hitler en España. Sin
embargo, Franco le nombró posteriormente
Ministro del Aire.
LOS SUPUESTOS
HEREDEROS IDEOLOGICOS DE LAS VICTIMAS GLORIFICAN LA MEMORIA DEL
VICTIMARIO
Lo más curioso del rocambolesco
pleno del Ayuntamiento Añover de Tajo fue que la propuesta de cambio de nombre
para la calle general Yagüe, corrió a cargo de los socialdemócratas del PSOE.
La moción solicitaba en su exposición la sustitución del nombre de la actual
calle "General Yagüe" por el de "Leopoldo Cuéllar
Carrasco", dando así cumplimiento a la Ley de Memoria Histórica
actualmente en vigor y que en el curso de los ultimos años ocho años de gobierno de IU no ha sido aplicada.
No obstante, los votos a favor de los seis concejales del PSOE y a un solitario voto de un concejal de IU,
pudo procederse a borrar de la memoria de Añover de Tajo el nombre de un
sanguinario genocida.
El epílogo del caso del
Ayuntamiento de Añover no puede ser más penoso. Los supuestos herederos
idelógicos de la memoria de las víctimas
del General Yague han sido, paradojicamente, quienes se han
encargado de la perpetuación de la memoria del genocida.
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