El sindicalismo se profesionaliza.
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Desde la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), queremos denunciar públicamente el pago que el ejecutivo socialista realiza a los sindicatos más representativos, por la aprobación de la reforma laboral de este año. Así, el ejecutivo el viernes pasado día 8 de diciembre publicó en el BOE la Ley 37/2006, relativa a la inclusión en el Régimen General de determinados cargos públicos de corporaciones locales y cargos sindicales, lo que supone incluir a los cargos sindicales (liberados) de ámbito provincial, autonómico y estatal de las organizaciones sindicales más representativas (UGT, CCOO, CIG, ELA-STV) en el Régimen General de la Seguridad Social, aprobándose la posibilidad de que estos cargos puedan acceder a la prestación por desempleo. Esta Ley realmente la estábamos esperando desde la firma de la última reforma laboral “socialista”, ya que se había anunciado en los medios de comunicación fechas antes de la firma de dicha reforma por UGT y CCOO. Así, esta reforma llevaría aparejada como contraprestación que los liberados sindicales, a pesar de que no son trabajadores por cuenta ajena como dice la propia exposición de motivos de la Ley, pudiesen acceder a la prestación por desempleo por pérdida del cargo de forma involuntaria, a tiempo completo o parcial. Con esta Ley, para la CNT, las corporaciones sindicales ya consiguieron lo que siempre ansiaron: hacer del sindicalismo una profesión, como la política, con derecho a prestaciones de la Seguridad Social (Incapacidad Temporal, Incapacidad Permanente, Jubilación, etc.) y desempleo. El mayor problema que esto entraña es que esto va a dar lugar a un fraude escandaloso, ya que ¿haber quién controla a las ejecutivas de los sindicatos para saber si el cese en el cargo es involuntario o no? Por otro lado, el posibilitar el cese de forma parcial y cobrar el desempleo al mismo tiempo, va a ser una herramienta para financiar el coste de personal liberado por las corporaciones sindicales. Y qué decir de las prestaciones de IT e IP… Nos preguntamos si los liberados también estarán protegidos por accidentes de trabajo… Para la CNT el sindicalismo no es una profesión, sino una lucha. El sindicalismo fue una profesión, pero en el régimen político anterior. Es vergonzoso que se estén reduciendo las prestaciones, las indemnizaciones y el gasto social para los trabajadores, que cada vez sea más difícil hacerse con una pensión… y los liberados sindicales que esto firman aprovechen para incluirse en el Régimen General de la Seguridad Social y tener derecho a desempleo. ¿No decían que los trabajadores abusaban demasiado de las prestaciones del INEM y había que poner cortapisas a aquellos que no querían trabajar y vivir de los subsidios? ¿Cómo se atreven a firmar en esa reforma laboral la disminución de la indemnización por despido de 45 días a 33 días y ellos atreverse a financiarse a través del INEM? Para la CNT este tipo de actuaciones es lo que ha contribuido al descrédito y al desapego de los trabajadores de las organizaciones sindicales y confirma, una vez más, que existe una corrupción institucionalizada en los sindicatos más representativos.
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Desde la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), queremos denunciar públicamente el pago que el ejecutivo socialista realiza a los sindicatos más representativos, por la aprobación de la reforma laboral de este año. Así, el ejecutivo el viernes pasado día 8 de diciembre publicó en el BOE la Ley 37/2006, relativa a la inclusión en el Régimen General de determinados cargos públicos de corporaciones locales y cargos sindicales, lo que supone incluir a los cargos sindicales (liberados) de ámbito provincial, autonómico y estatal de las organizaciones sindicales más representativas (UGT, CCOO, CIG, ELA-STV) en el Régimen General de la Seguridad Social, aprobándose la posibilidad de que estos cargos puedan acceder a la prestación por desempleo. Esta Ley realmente la estábamos esperando desde la firma de la última reforma laboral “socialista”, ya que se había anunciado en los medios de comunicación fechas antes de la firma de dicha reforma por UGT y CCOO. Así, esta reforma llevaría aparejada como contraprestación que los liberados sindicales, a pesar de que no son trabajadores por cuenta ajena como dice la propia exposición de motivos de la Ley, pudiesen acceder a la prestación por desempleo por pérdida del cargo de forma involuntaria, a tiempo completo o parcial. Con esta Ley, para la CNT, las corporaciones sindicales ya consiguieron lo que siempre ansiaron: hacer del sindicalismo una profesión, como la política, con derecho a prestaciones de la Seguridad Social (Incapacidad Temporal, Incapacidad Permanente, Jubilación, etc.) y desempleo. El mayor problema que esto entraña es que esto va a dar lugar a un fraude escandaloso, ya que ¿haber quién controla a las ejecutivas de los sindicatos para saber si el cese en el cargo es involuntario o no? Por otro lado, el posibilitar el cese de forma parcial y cobrar el desempleo al mismo tiempo, va a ser una herramienta para financiar el coste de personal liberado por las corporaciones sindicales. Y qué decir de las prestaciones de IT e IP… Nos preguntamos si los liberados también estarán protegidos por accidentes de trabajo… Para la CNT el sindicalismo no es una profesión, sino una lucha. El sindicalismo fue una profesión, pero en el régimen político anterior. Es vergonzoso que se estén reduciendo las prestaciones, las indemnizaciones y el gasto social para los trabajadores, que cada vez sea más difícil hacerse con una pensión… y los liberados sindicales que esto firman aprovechen para incluirse en el Régimen General de la Seguridad Social y tener derecho a desempleo. ¿No decían que los trabajadores abusaban demasiado de las prestaciones del INEM y había que poner cortapisas a aquellos que no querían trabajar y vivir de los subsidios? ¿Cómo se atreven a firmar en esa reforma laboral la disminución de la indemnización por despido de 45 días a 33 días y ellos atreverse a financiarse a través del INEM? Para la CNT este tipo de actuaciones es lo que ha contribuido al descrédito y al desapego de los trabajadores de las organizaciones sindicales y confirma, una vez más, que existe una corrupción institucionalizada en los sindicatos más representativos.
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