Crónica sobre la concentración contra la ley de la memoria histórica.
enviarSOV de CNT Madrid
El 14 de Diciembre de 2006 l@s diputad@s discutían en el Parlamento la “Ley de la Memoria” por la que se perpetúan las fascistas sentencias franquistas y se estancan los derechos de quienes padecieron persecución o violencia durante la Revolución Española y la Dictadura.
Por ello a las 18:00 horas un selecto grupo de comunistas libertari@s nos concentramos ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid criticando esta ley farsa, en silencio.
Portábamos carteles de asesinad@s por los fascistas, alguno hecho desaparecer, reivindicando la anulación de sumarísimos y sumarios y la identificación inmediata por ADN.
Sabemos que el que hace la ley hace la trampa, que lo importante de una ley “progresista” es su aplicación si no quiere convertirse en papel mojado, véase el derecho al trabajo y a una vivienda que anuncia a bombo y platillo la Constitución Española. Esta Constitución no supuso una ruptura democrática con la dictadura.
No hay futuro firme olvidando el pasado, olvido al que se apuntaron todos los partidos de la izquierda parlamentaria para acoplarse al nuevo poder. Nuestra democracia no será tal sin justicia, jugando a equidistancias.
Sabíamos que no cabía esperar nada de esta Ley de Memoria que el gobierno estaba gestando acuciado por los colectivos para la recuperación de la memoria histórica y de víctimas, de organismos internacionales, de derechos humanos como Amnistía Internacional o el Departamento de Desapariciones Forzadas de la ONU y que de hacer algo sería debido al ánimo de rentabilizar electoralmente.
Así ha sido. Para eso no hace falta ninguna ley. El proyecto equipara víctimas con verdugos. No se crea una oficina de desaparecid@s. Niega una memoria colectiva. ¿Cómo hablar de educación en valores cuando la condena de crímenes es condición previa para no repetirlos?
Lo importante es que los biznietos, las hijas, etc, luchemos, que nadie se acoja a subvenciones que legitimen esta ley, que no nos compren nuestro silencio con una medallita al Mérito Civil, artículo 21: que seamos ingobernables.
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El 14 de Diciembre de 2006 l@s diputad@s discutían en el Parlamento la “Ley de la Memoria” por la que se perpetúan las fascistas sentencias franquistas y se estancan los derechos de quienes padecieron persecución o violencia durante la Revolución Española y la Dictadura.
Por ello a las 18:00 horas un selecto grupo de comunistas libertari@s nos concentramos ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid criticando esta ley farsa, en silencio.
Portábamos carteles de asesinad@s por los fascistas, alguno hecho desaparecer, reivindicando la anulación de sumarísimos y sumarios y la identificación inmediata por ADN.
Sabemos que el que hace la ley hace la trampa, que lo importante de una ley “progresista” es su aplicación si no quiere convertirse en papel mojado, véase el derecho al trabajo y a una vivienda que anuncia a bombo y platillo la Constitución Española. Esta Constitución no supuso una ruptura democrática con la dictadura.
No hay futuro firme olvidando el pasado, olvido al que se apuntaron todos los partidos de la izquierda parlamentaria para acoplarse al nuevo poder. Nuestra democracia no será tal sin justicia, jugando a equidistancias.
Sabíamos que no cabía esperar nada de esta Ley de Memoria que el gobierno estaba gestando acuciado por los colectivos para la recuperación de la memoria histórica y de víctimas, de organismos internacionales, de derechos humanos como Amnistía Internacional o el Departamento de Desapariciones Forzadas de la ONU y que de hacer algo sería debido al ánimo de rentabilizar electoralmente.
Así ha sido. Para eso no hace falta ninguna ley. El proyecto equipara víctimas con verdugos. No se crea una oficina de desaparecid@s. Niega una memoria colectiva. ¿Cómo hablar de educación en valores cuando la condena de crímenes es condición previa para no repetirlos?
Lo importante es que los biznietos, las hijas, etc, luchemos, que nadie se acoja a subvenciones que legitimen esta ley, que no nos compren nuestro silencio con una medallita al Mérito Civil, artículo 21: que seamos ingobernables.
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