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jueves, 14 de enero de 2021

FRANCISCO FERRER GUARDIA Y LA ESCUELA MODERNA



FRANCISCO FERRER GUARDIA Y LA ESCUELA MODERNA

Francisco Ferrer Guardia y la Escuela Moderna

Uno de los hechos fundamentales que ha forjado el devenir y la evolución de la historia ha sido el concepto de educación, y midiendo la extensión de ésta y su actitud frente a la sociedad se puede ver perfectamente el factor ideológico de la misma. Aquí solo vamos a analizar brevemente el hecho que circunscribe la Escuela Moderna y la figura de Francisco Ferrer Guardia.

En este año 2021 se cumple el 120 año de la fundación en Barcelona de la Escuela Moderna, proyecto educativo más avanzado hasta el momento. Para entender el surgimiento de esta escuela tenemos que echar un vistazo general a la sociedad del momento, por donde discurrían los acontecimientos del devenir histórico.

España era a comienzos del siglo XX un país eminentemente agrícola y la zona industrial importante se encontraba en Cataluña, lugar donde la Escuela Moderna vio la luz. Aquellos primeros años del siglo XX fueron convulsos, con numerosas huelgas de todos los sectores. La agitación social comenzó a hacerse notar, así como la recomposición del anarquismo que había quedado bastante huérfano tras la caída de la F.T.R.E. (Federación de Trabajadores de la Región Española) y los fracasos del Pacto de Unión y Solidaridad y de la O.A.R.E. (Organización Anarquista de la Región Española).

En este panorama tan agitado aparece la Escuela Moderna de Barcelona. Su fundador, Francisco Ferrer Guardia, había nacido en Alella en 1859. Allí, siendo joven, conoció las teorías progresistas, alejándose de su primera idea de ser clérigo. Abrazó fuertemente las ideas del republicanismo, sobre todo la rama de Ruiz Zorrilla, y participó en el alzamiento republicano de Santa Coloma de Farnés en 1886. Estuvo también en contacto con los círculos de las logias masónicas, donde conoció a Anselmo Lorenzo, uno de los introductores del internacionalismo en España por la rama bakuninista. Debido a sus actividades políticas se vio obligado a abandonar España y fue en París donde tomo entusiasmo por la pedagogía. Allí conoció un proyecto interesante: el orfanato de Cempuis, patrocinado por el anarquista Paul Robin, donde las enseñanzas impartidas giraban en torno al socialismo anárquico en aspectos como el antiautoritarismo, el internacionalismo pacifista, la emancipación de la mujer y la instrucción integral igualitaria. Todo mirado desde una óptica científica.

Ferrer quedó fascinado ante este proyecto y gracias a una herencia a su vuelta a Barcelona pudo cumplir su sueño de abrir una escuela racionalista, situada en la calle Bailén, a la que denominó Escuela Moderna. En ella se quería combatir el analfabetismo que dominaba a la sociedad española, sobre todo entre los sectores obreros. Fue el proyecto mas magno, ya que las sociedades obreras, a través de sus ateneos, ya habían creado escuelas para combatir el analfabetismo. Pero la Escuela Moderna fue un proyecto mas ambicioso.

Los puntos básicos de la escuela de Ferrer fueron:

· La ciencia como fuente del saber.

· El juego como forma de acceder al saber.

· La no coerción como generadora de libertad.

· La inexistencia de premios y castigos.

· La coeducación de clases y sexos.

Como es lógico, la Escuela Moderna se aparta del dogmatismo religioso y pretende una educación basada en el laicismo y el humanitarismo, intentado buscar una mayor igualdad, para eliminar a través de la pedagogía la violencia y la explotación. Todas las disciplinas de la Escuela Moderna son científicas, buscando la educación sexual (tema tabú), el trabajo manual entre chicos y chicas sin discriminación.

Para Ferrer el desarrollo humano parte de una tabula rasa y es el entorno lo que va formando a los hombres, y para que éstos crezcan en igualdad necesitan un entorno que predique con el hecho.

Estas son las tareas que la Escuela Moderna se proponía conseguir: un mejor ambiente educativo para la consecución de una mejor sociedad.

Cuando se abre la Escuela Moderna cuenta con 30 alumnos, 18 niños y 12 niñas. Con posterioridad irá creciendo. Para una buena tarea educativa Ferrer se dotó de un buen plantel educativo. Así comenzaron a colaborar con la Escuela Moderna personajes como Odón de Buen o Anselmo Lorenzo. También se daban textos de destacados pensadores libertarios, especialistas en algunos ambientes: Élisée Reclus, Sébastien Faure, Charles Malato, etc. Un libro muy del gusto de la Escuela fue el de Jean Grave "Las aventuras de Nono". Este cuento destinado a los niños intentaba hacer ver desde un plano ético la injusticia de la desigualdad. Junto con todo esto se publicó periódicamente el Boletín de la Escuela Moderna, que mostraba los andares de la escuela de cara al publico en general.

Pero tal proyecto no podía caminar tranquilamente por una sociedad como la española, dominada por la Iglesia y el caciquismo. Calificaron la Escuela Moderna como escuela de ateos, donde salían monstruos anarquistas y no personas. Aprovecharon cualquier cosa para purgar el proyecto educativo de Ferrer.

En 1906 terminó la primera etapa de la Escuela Moderna, merced al atentado perpetrado por Mateo Morral contra el rey de España Alfonso XIII en el día de su boda. Al coincidir que Morral era bibliotecario de la Escuela Moderna y fue ayudado por Nakens, personalidad del circulo de Ferrer, se intentó inculpar como inductor del atentado al fundador de la Escuela Moderna. Pero no hubo pruebas y Ferrer fue absuelto.

A partir de entonces vivió mas fuera que dentro de España, intentando mostrar al mundo su proyecto educativo, que se volvió a organizar.

Llegado el año 1909, Ferrer tiene que hacer un viaje a Barcelona y allí en julio le sorprenden los sucesos de la Semana Trágica. Esta vez el gobierno español, dirigido por el conservador Antonio Maura, logró incriminar a Ferrer sin pruebas y condenarlo a muerte. Su asesinato legal se consumó el 13 de octubre de 1909. (También fueron fusilados por el hecho José Miguel Baro el 17 de agosto y Antonio Malet, Eugenio del Hoyo y Ramón Clemente el 20 de agosto). Hubo grandes protestas tanto en España como en Europa. Otros tomaron el asesinato como algo lógico, como es el caso de Miguel de Unamuno, calificando a Ferrer de mamarracho. Después Unamuno se retractó de lo dicho. Pero Ferrer fue ensalzado como mártir por defender el pensamiento racionalista y científico.

Hoy, ciento catorce años después de la fundación de la Escuela Moderna, todavía heredamos hechos, tanto políticos como educativos de aquellos años. Parte de la memoria histórica de este país se ha perdido o se ha querido perder, y hacen que aquellos sucesos tan cercanos en el tiempo, nos parezcan lejanos y sin sentido. Pero nosotros como anarquistas tenemos y debemos levantar alto las enseñanzas y lecciones que tanto la historia en general como la Escuela Moderna y Ferrer en particular nos han dado, para restablecer no solo la memoria sino también los hechos, y basarnos en ellos para la consecución de una sociedad justa.

 Grupo Nestor Majno

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