RELATO
CORTO SOBRE UNA ASAMBLEA
Hoy
toca asamblea general.
El tema: Postura y
estrategia a seguir contra la reconversión industrial exigida por Bruselas.
Convoca: el comité de
empresa.
Día: Martes, diez y
nueve de julio.
Hora: 12 am.
Lugar: taller de bloques
curvos.
Llamamiento: ¡Por el
bien de la clase obrera: Unidad!
¡Asiste! ¡Por tu futuro!
Como de diversos y variados hormigueros, vamos formando
columnas que acaban, junto a la tribuna o proscenio; desde, donde el comité de
empresa, como vanguardia revolucionaria, presidirá la asamblea. Seguro, que nos
dirigirán con la audacia y la inteligencia que les son
propias y naturales, a tan conspicuos representantes de las clases
trabajadoras. Cierto. Cuando escribo ésta pequeña crónica, y pienso en nuestros
designados, sinceramente, quedo cegado, obnubilada la cordura.
Cuánto tenemos que agradecerles a éstos compañeros; dedicados
días y noches a nuestro bien; mientras, nosotros, los desgraciados,
inconscientes
e ignorantes proletarios
de mierda, nos quejamos injustamente; es más, los censuramos ingratamente sin
comprender, el alcance histórico de sus decisiones. Ellos, que están llamados a
ser, los indispensables Alcaldes, Diputados, Senadores e incluso Ministros y,
por qué no, Presidentes de Gobiernos.
Sinceramente, ¡son la hostia! No hay palabras suficientes en el
Diccionario de la Lengua Castellana, con el contenido simbiótico y plural que pueda
definir, el valor y la substancia de los discursos que nuestros designados,
derraman sobre nuestra precaria inteligencia.
Es, ésta aceptación de la ignorancia, la que me fuerza a
confesarme con mi madre:
– ¿Mamá, me siento tan inútil en la vida? Son nuestros líderes,
quienes con su innegable ejemplo, constantemente me lo recuerdan.
Qué sería de mí, madre, yo, un simple carpintero oficial de
tercera, a mis cincuenta años sin sus certeros análisis. Hay que ver cómo, con
qué precisión de cirujano, van desmigajando sabiamente los conceptos que
emergen de la interrelación con nuestro entorno; y cómo se preocupan de tu
corto entender. Temas tan complejos como:
el materialismo histórico y su verdad irrefutable: de cómo pasar, de la pobreza
más absoluta, a las más altas cumbres de la miseria, a través del poder; su
visión de la dialéctica objetiva, científica y cabalgante; el papel de la
plusvalía como base del capitalismo, y su relación económica con el cosmos, y
los agujeros negros…aplausos…más aplausos…gritos y convulsiones…llegan los
sanitarios…
Cómo aciertan en la estrategia, obligada e inevitable por el
bien común, de calumniar y desprestigiar a los oponentes, desde una concepción
marxista y revolucionaria, (sobre todo si transitan a su izquierda) no sólo,
con aquello de: – ¡Ah, ése es un pequeño burgués, aliado con el fascismo y la
derecha! ¡Bueno, eso me han dicho de fulano, eh! y la verdad…no sé qué hay de
cierto, pero… mmm…
¡Oh padre, madre, señor del Olimpo, perdónenme, soy tan
inútil!
–No digas tonterías, hijo de mis entrañas; ¿sabes lo que
te digo? ¡Que los mandes a la mierda!
Son ellos, los que viven de la política y del sindicalismo, como funcionarios
liberados; acosta del Estado y de la misma clase obrera a la que dicen
defender. Un buen corte de mangas, y a otra cosa mariposa.
Los obreros viven de su trabajo y éstos, (las vanguardias) de
la plusvalía de Marx y de Engels. Anda, que no son listos; pregúntales de qué
vivían: Uno, (Engels) de la plusvalía generada por los obreros de sus empresas,
y el otro, a costa de la plusvalía, con que pródigamente, Engels lo mantenía. Y
qué decir de ésos vinos y licores, famosos de su bodega, propio de la más alta
burguesía, con los que agasajaba a sus invitados e insurgentes. Y éste, es el
ejemplo de los mentores del socialismo de estado. – Sic. –
Disculpad la opinión de mi madre que, desde mi punto de vista,
es acientífica; y es que ella es muy suya. No la ha tratado bien la vida y no
alcanza a comprender, la importancia histórica, en el camino a la emancipación,
que éstos líderes insustituibles, han logrado para el bien superior del mundo.
Pero ella me insiste y he de escucharla, por respeto y, ¡coño! porque es, una
buena madre.
–Sólo te digo hijo, que analices y pienses, qué es lo que está
ocurriendo en los países, que formaron parte del socialismo de estado: Polonia,
Hungría, Ucrania, Serbia, Croacia y un largo etc. y la propia madre, Rusia.
¿Dónde y por qué, son precisamente estos los lugares, donde exponencialmente han prosperado y
ascendido la extrema derecha? –
–Por favor madre, déjame dar la crónica de la asamblea y más
tarde proseguimos y me cuentas. –
Después de atender durante dos horas, las peroratas y los
convenientes sermones, con ése vocabulario de burócrata, técnico-sindical, derretidos
quedamos; aunque sin entender casi nada de lo expuesto, por el Sr. presidente
del comité. Presidente por cierto, que al tiempo, y aprovechándose de su cargo,
acabó los estudios de abogado, pasando a formar parte del bufete de la propia
empresa.
Éste sindicalista, como portavoz, y en consenso revolucionario
con la vanguardia socialista y
comunista, se dirigió a la asamblea en los siguientes términos:
Compañeros y camaradas, -pausa-silencio- unos pequeños
chasquidos con la garganta; pero rechaza beber agua, ¡es todo un valiente! –
Camaradas: el comité, limpio, desnudo ante vosotros;
representado por los compañeros, más eficiente y consecuentes; después de
varios días de análisis y de ardua discusión, firmes y perseverantes, (mientras ustedes, cubren la
necesidad de mantener la producción, y que nosotros valoramos,) repito, hemos
analizado y profundizado, la propia constitución de la Comunidad Económica
Europea y sus consecuencias; digo más, hemos ido a la propia raíz del problema:
desde el Acuerdo Económico del Carbón y del Acero de los años cincuenta, hasta
hoy. Por lo tanto, y sin querer repetirme, hemos acordado por unanimidad lo
siguiente:
a)
–Se decide por consenso y a pesar del
peligro que conlleva: parar dos horas al día, todos los lunes al
sol, como respuesta, a la agresión
manifiesta e inaceptable del capitalismo internacional. Esto no significa
compañeros y camaradas, no respetar el ritmo de la producción; ya que hemos de
dar ejemplo de responsabilidad y coherencia, como auténticos obreros que somos.
En ésta línea de humildad, hemos acordado: mantener las horas extraordinarias, tan
necesarias, para garantizar: la paz el amor y el futuro de la empresa.
b)
–Es tan serio y peligroso el contexto
actual, que se requieren, severos sacrificios por parte de ustedes, queridos
camaradas.
Para evitar sabotajes a nuestra contienda, y por el bien del
colectivo y de la lucha de clases, declaramos: Todo aquel que se oponga en las
asambleas, a nuestras propuestas revolucionarias: serán declarados mentirosos y facciosos.
Estos miserables individuos: pasarán a formar parte del basurero de la historia
y de la lista roja, que se asociará a la lista negra de la empresa. Se les
prohibirá el acceso a los pluses, la polivalencia, la disponibilidad y otros
bienes sociales como: el beneficiarse de los préstamos personales, que otorga con
dispendio la propia empresa; el acceso a las becas, etc.
c)
–Se prohíben las votaciones, hasta que los
problemas sean comprendidos por los trabajadores en su verdadera magnitud, y
así, poder evitar intervenciones de incontrolados y provocadores antisociales,
que sólo buscan el hundimiento de nuestra empresa y el desprestigio, de éste
comité, revolucionario, por vosotros elegidos. ¡Esto último, no habréis de
olvidarlo!
d)
–Queda absolutamente prohibido, proponer
asambleas conjuntas de obreros fijos de plantilla, con los subcontratados por
empresas auxiliares.
En consecuencia, y
agradeciendo vuestra asistencia y vuestra educación silenciosa: queda disuelta
la asamblea, hasta próxima orden.
De pronto, y antes que los obreros abandonasen su asistencia,
se escuchó una potente voz que dijo: ¡Iros a la puta mierda!
Ante tal provocación, el presidente, mandó rápidamente a varios
jóvenes de la guardia roja, (cuyo máximo dirigente era un tubero, más flojo que
el fango y, que por cierto, jamás dio un palo al agua) que localizaran a ése individuo y le dieran su
nombre y apellidos. Sobre él habría de caer, todo el peso indestructible de la
vanguardia.
El obrero, mantenía en solitario, su puño levantado y
desafiante.
Ante el movimiento
agresivo de los jóvenes (futuros soldados del ejército rojo) que, con sus brazaletes
y banderas rojas tremolantes, y al grito de: ¡Viva la revolución! corrían
exacerbados, a la captura de tan osado individuo; obrero a obrero, fueron
alzando sus puños hasta forjar multitud.
Al querer reconducir la situación el presidente intentó hacer
uso de la palabra, pero…un enorme grito surgió de aquellas gargantas, ya hartas
de tantas sandeces.
¡Iros a la puta mierda!
Y así continuaron…y marcharon lentamente.
El comité revolucionario no tuvo más remedio, que lamerse los
mocos y sus vergüenzas en su sede. Ellos
saben que con el apoyo de las instituciones, y de la propia empresa, todo será
reconducido al cauce correcto y preciso: donde la rebeldía no tenga
cabida.
Néstor Volin
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