Mujeres Libres de España 1936-1939:
Cuando florecieron las rosas de fuego
Nelson Méndez P.
Departamento de Enseñanzas Generales,
Ciclo Básico, Facultad de Ingeniería,
Universidad Central de Venezuela Caracas
A Concha Liaño, que construyó la utopía y
la lleva en la mirada
Resumen:
En
la década de 1930, en una dramática coyuntura dominada por la Guerra Civil,
existió en España la Agrupación de Mujeres Libres, iniciativa de organización
femenina radical de masas como no ha habido otra en el ámbito iberoamericano,
tanto por su desarrollo cuantitativo como porque ha sido la expresión más
acabada de los vínculos históricos entre feminismo y anarquismo. Se expone aquí
el proceso social, político y cultural que rodeó a dicha organización,
apuntando las circunstancias de su aparición y desarrollo, su ideario
específico para la emancipación de la mujer por la mujer, y lo más resaltante
de su acción concreta. Se rescata la importancia de esa experiencia, por lo
general desconocida o toscamente malinterpretada, como hito pionero e
inspirador para el feminismo radical contemporáneo.
Se ha dicho que la historia la
escriben los vencedores, pero más importante aún es que por mucho tiempo ha
sido escrita fundamentalmente por varones que se precian de realistas, así que
ocuparse de unas fantasiosas mujeres derrotadas pasa por tema de poca entidad
como para que investigadores serios se dignen examinarlo. Por ello, en lo
dedicado a la Guerra Civil de España (1936-1939), probablemente el evento histórico
del Siglo XX sobre el cual se ha producido más abundante documentación en
lengua castellana dentro y fuera del mundo académico, las consideraciones
acerca de la Agrupación de Mujeres Libres (en adelante indicada como MM. LL.) y
sus huellas en el proceso social ibérico de aquel período por lo general son
inexistentes del todo, cuando más reducidas a escuetas menciones de cliché tipo
"pequeño grupo de feministas románticas" o "sección de mujeres
de las organizaciones anarquistas ya existentes" - y al limbo de las notas
al pie de página.
De hecho, en la indagación de fuentes para
preparar este texto, que gracias a Internet puede ser hoy día bastante prolija
y permite verificar lo existente en fondos documentales como los de la
Biblioteca del Congreso en Estados Unidos y las Bibliotecas Nacionales de
España, Francia y otros países, no encontramos referencia a ningún producto
académico originalmente escrito en castellano, como artículo en revista
arbitrada, tesis de pregrado o de postgrado dedicado específicamente al tema,
aunque si localizamos un libro que a pesar de titularse "El Feminismo
Ibérico" y ser escrito por una docente universitaria catalana (1), no
menciona en sus 150 páginas a MM. LL., a ninguna de las tantas y visibles
militantes libertarias españolas por los derechos de la mujer, y ni siquiera al
anarquismo.
Apenas se pudo consultar la versión resumida de un trabajo
académico en italiano [Giambelli, 1998] y una tesis de doctorado originalmente
en inglés [Ackelsberg, 1998]. Ello a pesar de que se han publicado
recopilaciones muy completas de fuentes primarias y testimonios detallados de
muchas protagonistas, a saber: el # 4 del boletín EL NOI [1996], Iturbe [1974],
Liaño [1999a], Liaño y otras [1999b] y Nash [1975]; aparte de ser nada menos
que el primer movimiento feminista radical de auténtica base popular en el
ámbito iberoamericano, precursor en la lucha por reivindicaciones que después
de tantos años conservan plena vigencia, con el extraordinario mérito de
iniciar con coraje la construcción de utopías en un entorno de enorme atraso
social y cultural del cual la mujer era víctima por excelencia.
* Las raíces de MM. LL.
Un profundo vínculo entre feminismo y
anarquismo se establece desde los orígenes de ambas corrientes, luego de la
Revolución Francesa y en los comienzos del capitalismo industrial en Europa
Occidental, de manera que en precursoras como la inglesa Mary Wollstonecraft
(1759-1797) (2) o la francesa de ascendencia peruana Flora Tristán (1803-1844)
se evidencia afinidad con las mismas tendencias sociopolíticas e intelectuales
que en el segundo tercio del Siglo XIX, con Pierre J. Proudhon y Mijail Bakunin
como sus figuras más destacadas, darían pie al ideal socialista libertario
moderno.
Cuando hacia el último cuarto del Siglo
XIX y primeras décadas del Siglo XX, el anarquismo se estructura como una
opción teórico-práctica bien diferenciada del marxismo y otras corrientes
radicales, mujeres como la francesa Louise Michel (1830-1905), la inglesa
Charlotte Wilson (1854-1944), las norteamericanas Lucy Parsons (1853-1942) y
Voltairine De Cleyre (1866-1912), la judía rusa Emma Goldman (1869-1940), las
italianas Leda Rafanelli (1880-1971) y Virgilia D’Andrea (1890-1933), la
hispano-argentina Juana Rouco (1889-1969), la puertorriqueña Luisa Capetillo
(1879-1922) y la brasilera María Lacerda de Moura (1887-1945), entre muchas
otras, representan toda una riqueza de pensamiento y acción que se tradujo en
la constitución de un feminismo libertario específico. Por supuesto en España,
donde el ideal ácrata arraigó como en ningún otro lugar, éste tendrá muy pronto
expositoras destacadas que comenzaron a divulgar el ideario anarcofeminista y a
enriquecerlo con sus aportes [véase García-Maroto, 1996], como Belén Sárraga
(1873-1951), Teresa Claramunt (1862-1931) y Teresa Mañé o "Soledad
Gustavo" (1865-1939), esta última madre de Federica Montseny (1905-1994),
que sería la mujer de trayectoria más resaltante en el anarquismo español de la
decisiva década de 1930 (3).
Desde su fundación, ocurrida en 1910, la
Confederación Nacional del Trabajo - CNT, central sindical orientada por el
anarquismo y fuerza fundamental en el movimiento obrero español en las primeras
décadas del Siglo XX - había tenido afiliación femenina y reconocido el derecho
de las mujeres a su libertad económica y a salario igual que el hombre, pero
poco o nada se planteó por mucho tiempo como iniciativas de lucha específica en
relación a ellas, pues apenas es a fines de los años de 1920 y comienzos de los
30 cuando la presencia femenina empieza a hacerse más notoria en el espacio
laboral de las empresas capitalistas hispánicas; además que con la concesión a
las mujeres del derecho al voto (octubre de 1931) a poco de establecerse la II
República, se generó una dinámica política y cultural que abría nuevas
posibilidades para la participación de las mujeres en la lucha social..
En esa circunstancia es que en 1934 se
funda en Barcelona el Grupo Cultural Femenino, núcleo pionero de articulación
femenina dentro de la CNT, al tiempo que otras instancias del movimiento ácrata
peninsular como los ateneos libertarios y las revistas GENERACIÓN CONSCIENTE
(luego rebautizada como ESTUDIOS) y REVISTA BLANCA, procuran atraer a sus filas
a mujeres provenientes del reducido sector de las españolas con alguna
formación académica (4). El objetivo inicial, en ambas vertientes, era alentar
a más mujeres a acercarse al ideal libertario, pero la acelerada dinámica que
se puso en marcha con el estallido de la guerra civil (19 de julio de 1936),
impulsó a una rápida unificación de esfuerzos y a evolucionar a un
planteamiento feminista muy activo, que tuvo la virtud de calar en muchas
mujeres de los sectores populares y todavía hoy nos resulta inspirador.
El grupo que política e intelectualmente
propugnaba las perspectivas feministas más consecuentes estaba en Madrid, con
la escritora Lucía Sánchez Saornil (1895-1970), la abogada y educadora Mercedes
Comaposada Guillén (1901-1994) y la médica Amparo Poch y Gascón (1902-1968).
Desde esa ciudad, el 2 de mayo de 1936, sale a la calle el primer número de la
revista MUJERES LIBRES, con 13 ediciones publicadas hasta 1938, donde se
recogería lo esencial de las ideas que impulsaban a este colectivo y de las
acciones que emprendió en medio de las complejas circunstancias de la Guerra
Civil, además del esfuerzo para entonces inédito en el ámbito de habla
castellana de hacer una publicación donde todos los textos y buena parte del
componente gráfico eran creación femenina (5).
El nombre de esa revista lo tomará poco
más adelante la organización específica que constituirían las mujeres
anarquistas desde septiembre de ese año en las zonas liberadas del fascismo,
aún cuando el congreso que formalizó su fundación (que fue el único que
pudieron realizar) ocurrió en agosto de 1937 en Valencia. Para la creación de
esta agrupación como un colectivo con significación social real, las más
dedicadas activistas fueron mujeres provenientes del ambiente
anarcosindicalista de Cataluña, como Soledad Estorach (1915-1993), Pepita
Carpena (1919- ), Sara Berenguer (1919- ), Pepita Estruch (1920- ), María
Jiménez, Concha Pérez (1915- ) y Concha Liaño (1919- ), pero no hay que olvidar
a otras destacadas animadoras de ese proceso como Lola Iturbe (1902-1990),
Carmen Conde (1907-1996), Pilar Grangel (1893-1987), Isabel Mesa (1913-2002),
Áurea Cuadrado (1900-1969), Pura Pérez (1919-1995), Suceso Portales
(1904-1999), Concha Guillén (1919- ) y Antonia Fontanillas (1917- ). El
esfuerzo de todas las mencionadas y muchas otras se tradujo en una organización
que llegó a contar con 147 agrupaciones locales – con un mínimo de 10 afiliadas
cada una - y, según la cautelosa estimación de Nash [1975: 16] que rebajó 25%
de la cifra que MM. LL. dio a conocer entonces, congregaba unas 21000 mujeres
en 1937, con evidente presencia política y cultural en regiones como Cataluña,
Aragón y Valencia. Incluso hay referencias a que se constituyeron agrupaciones
de MM. LL. en el exterior, concretamente en Argentina, Bélgica, Estados Unidos,
Francia, Gran Bretaña, Holanda y Polonia.
* Lo específico en las ideas de MM. LL.
El feminismo hispano anterior al
nacimiento de MM. LL. era un movimiento que expresaba visiones y objetivos de
sectores de clase media, con énfasis en el logro paulatino de los derechos
políticos y en ir disminuyendo lo más absurdo de una tradición espiritual y
jurídica misógina, ocupándose relativamente poco de la discriminación social,
educativa y cultural que padecían las españolas obreras y campesinas. La
aparición de este colectivo libertario marca una ruptura con esas limitadas
experiencias previas, así como con el esfuerzo paralelo en el tiempo de
comunistas, socialistas y falangistas de crear las secciones femeninas de los
respectivos partidos, concebidas como meras correas de transmisión para llevar
consignas y ordenes a un sector de la población para el que no se definían
políticas específicas y que en lo esencial debía someterse a la dirección partidista,
integrada siempre por varones, si acaso con alguna mujer que aceptara esa
dominación de género. Al respecto, hasta el mismo nombre de Mujeres Libres
enuncia una perspectiva teórico-práctica fundamentalmente distinta a lo que
expresaba, por ejemplo, la Asociación de Mujeres Antifascistas controlada por
el Partido Comunista, en cuya denominación ya se apunta que los objetivos
específicamente femeninos son secundarios en la estrategia partidista de
constituir – y controlar - un frente popular antifascista.
A pesar de la afluencia de activistas
provenientes de las otras instancias del movimiento libertario (CNT, Federación
Anarquista Ibérica - FAI - , Juventudes Libertarias, los ateneos libertarios),
desde el principio MM. LL. funcionó de modo autónomo, sin subordinarse a
ninguna de las estructuras previamente existentes, pues se consideraba que la
organización separada permitiría una acción más eficaz en los temas que
particularmente concernían a la mujer, ya que sólo con la acción femenina
autogestionada se podría adquirir la confianza y capacidad para participar como
iguales a los hombres en la tarea de construir un mundo mejor. Esto se
explicaba así en la revista MUJERES LIBRES: "No luchamos contra los
hombres, No pretendemos sustituir el dominio masculino por el femenino. Es
necesario trabajar y luchar juntos pues sino nunca tendremos la revolución
social. Pero necesitamos nuestra propia organización para luchar por nosotras
mismas" [citado en Liaño y otras, 1999b: 18]. Esa misma autonomía se manifestó
en las relaciones con otras organizaciones de mujeres del campo republicano, a
las que repetidamente se tuvo que aclarar que MM. LL. no estaba dispuesta a
limitar su acción en pro de transformar radicalmente la condición femenina, en
aras de compromisos políticos coyunturales como el de la "unidad
antifascista".
MM. LL. compartía sin duda la estrategia
anarcosindicalista de lucha de clases y la visión comunista libertaria de la
CNT y la FAI (6), pero entendía que en ese marco cabía desarrollar sus objetivos
organizacionales específicos, resumidos en dos consignas: capacitación y
captación. Lo primero se refería al trabajo educativo, para ayudar a las
mujeres obreras y campesinas a superar las enormes carencias de instrucción
formal que padecían, lo cual era condición básica para acceder a lo segundo,
pues las mujeres que se superaban a través de la educación podrían incorporarse
y participar activamente en ese proceso de transformación social profunda
impulsado por el movimiento libertario español en las áreas donde tenía
predominio (particularmente en Cataluña y Aragón).
Como propuestas para modificar a corto
plazo la situación femenina en España, los esfuerzos más insistentes de la
Agrupación apuntaron a lo siguiente:
- Sobre el trabajo
asalariado: La participación de la mujer era indispensable, porque en ello se fundaba
la independencia económica femenina. Por las urgencias de la guerra civil se
aceptó la incorporación masiva de las mujeres a laborar en las fábricas, pero
MM. LL. no quería simplemente esa función de emergencia, pues propugnaba un
derecho definitivo al trabajo. Para que ese derecho no fuese mera acumulación
de cargas adicionales sobre las espaldas femeninas, propugnaban la instalación
generalizada de comedores populares y guarderías, así como que las faenas
hogareñas fuesen compartidas.
- Relaciones de pareja: Este aspecto lo
vinculaban con la independencia económica, pues sin ésta no es posible
construir el amor libre, que es la relación basada en la libertad para asumir
conscientemente el acuerdo de compartir la existencia, y nada tiene que ver con
esa caricatura de promiscuidad sexual sin compromiso que ha promovido como
espantajo el conservadurismo religioso de entonces y de ahora. En tanto
anarquistas, repudiaban el control y sanción institucional (estatal o
eclesiástico) sobre las uniones, porque tal ingerencia refuerza el papel
dominante de esas estructuras de poder, además de consolidar la desigualdad
hombre-mujer en las relaciones interpersonales.
- Prostitución : Sobre este tema
hicieron proposiciones originales. La consideraban como un resultado inherente
al sistema capitalista y estaban en su contra, pero a favor de las prostitutas.
Decían que no se podía acabar con la explotación sexual sólo con medidas
policiales, pues ello supondría dejar sin trabajo a muchas mujeres. Plantearon
que inicialmente debía existir una prostitución liberatoria, con exámenes y
tratamientos médico-sicológicos, orientación y capacitación en trabajos
sustitutos, ayuda moral y económica, que progresivamente llevasen a la
desaparición de este "oficio".
- Educación infantil: siendo un asunto al que
prestaron la mayor atención, sostenían que en las escuelas capitalistas se
adquiría una mentalidad encasillada por los valores burgueses, por lo que era
esencial que todos los involucrados diesen un giro total al proceso educativo,
potenciando una escuela para la libertad a la que asistiesen juntos niñas y
niños, iniciativa radical para la época en España. Además se reivindicaba la
teoría y la experiencia de la pedagogía libertaria que desde el Siglo XIX se
había asociado estrechamente con el movimiento anarquista (7).
- Familia:
Criticaban la jerarquización autoritaria que imperaba en su seno y su
sometimiento al poder paternal. En opinión de MM. LL., la mujer y los hijos
carecían de todo derecho a expresarse dentro de la familia tradicional, siendo
que el sistema capitalista utiliza esta institución para favorecer la propiedad
privada y la sumisión a los poderes autoritarios, de modo que la estructura
familiar debía transformarse radicalmente en términos de igualdad, libertad y
solidaridad unidos con lo que se planteaba respecto a las relaciones de pareja.
- Educación sexual: Enfrentando al
oscurantismo de raíz clerical que para entonces campeaba en la península
ibérica, con tanta fuerza que era visible hasta entre quienes se consideraban
"de izquierdas", MM. LL. insistió en abrir canales para informar y
discutir sobre la sexualidad, incluyendo temas para entonces tabú como los
métodos anticonceptivos o el aborto, en tanto la consideraban un aspecto
esencial de la vida humana, que debía ser conocido para ser transformado en el
sentido más positivo para la felicidad individual y colectiva.
Es necesario apuntar que las ideas y la
existencia misma de MM. LL. enfrentaron resistencias incluso dentro del ámbito
libertario, donde a pesar de brindarse cierto apoyo económico, locales de
funcionamiento y espacio en la prensa ácrata, no se quiso aceptar a la
Agrupación como un organismo igual a la CNT, la FAI y las Juventudes. Cuando
MM. LL. solicitó formal reconocimiento en un pleno nacional del movimiento
libertario en octubre de 1938, se le respondió que "una organización
femenina sería para el movimiento obrero un elemento de desunión y desigualdad,
con consecuencias nefastas en el desarrollo futuro de la clase obrera."
[citado por Nash, 1975: 19]
Ciertamente tal resistencia a reconocer la
especificidad y necesidad de autonomía en la lucha femenina puede interpretarse
como una muestra de la opresiva tradición del dominio de género, presente con
todo su peso en la España de entonces, que llevaba a la mayor parte del
anarquismo ibérico a ver la lucha de MM. LL. con condescendencia pero como algo
secundario, mientras que los libertarios de talante más puritano se incomodaban
porque esa lucha asomaba en tópicos tan escabrosos como los relacionados con la
sexualidad. Ni que decir que fuera del ámbito ácrata eran vistas como la
expresión más acabada y pintoresca de la "locura anarquista", infamia
que luego se usaría para justificar un desdén – vigente aún para muchos - hacia
esa experiencia de lucha.
* MM. LL. en acción
Para aclarar que no hablamos de un
colectivo cuya existencia fuese básicamente testimonial o teórica, se impone
destacar la labor concreta que en menos de 3 años de existencia realizó la
Agrupación:
- Aparte de la revista ya mencionada,
muchas de las agrupaciones locales de MM. LL. tenían sus propias publicaciones,
además de difundir textos e informaciones en el resto de la prensa libertaria.
También hay testimonio de la impresión de un sinnúmero de folletos, hojas de
propaganda, afiches y libros, para cuya referencia más detallada se puede ver
lo indicado en Ackelsberg [1999], Giambelli [1998], Iturbe [1974] y Liaño y
otras [1999].
- Realización de una amplísima labor de
capacitación educativa básica y aprendizaje laboral dirigida a las mujeres
obreras y campesinas. Para ello, en muchos sitios se participó dentro de las
iniciativas impulsadas por los sindicatos, mientras que en Barcelona MM. LL.
puso en marcha de modo independiente el "Casal de la Dona
Treballadora", donde se atendían entre 600 y 800 mujeres en clases de
alfabetización, instrucción básica, mecánica y agricultura, sin olvidar
enseñanza sindical y temas económico-sociales.
- Vale indicar que si bien en los primeros
días de la Guerra Civil hubo una espontánea integración de mujeres a las
milicias anarquistas, eso no ocurrió por iniciativa de MM. LL., desde donde se
hizo todo lo posible a favor de esas combatientes, que fueron excluidas de la
línea de batalla con la militarización de las milicias en noviembre de 1936. En
todo caso, MM. LL. mantendría su esfuerzo a favor de canalizar el máximo de
suministros hacia el frente.
- Se promovieron jornadas de agitación y
propaganda, programas de radio, bibliotecas móviles y eventos culturales
resaltando el papel de las mujeres organizadas para transformar por si mismas
las condiciones de la existencia femenina, lo que resultaba imprescindible en
el proceso hacia la revolución social que proponía el anarquismo. Se enfatizó
en orientar estas actividades hacia las colectividades agrarias e industriales
impulsadas por la CNT y la FAI.
- Participación directa en la creación y
gestión de guarderías y comedores populares, respondiendo a una reivindicación
inmediata de las trabajadoras. También se impulsó el funcionamiento de
orfanatos y centros de apoyo a los refugiados, en auxilio a las víctimas más
desvalidas del conflicto armado.
- En el área de salud, MM. LL. fomentó la
creación de una Escuela de Enfermeras y el Instituto Materno-Infantil Louise
Michel, ambos en Barcelona. Debe decirse que – habiendo tomado la CNT la
polémica decisión táctica de participar en el gobierno republicano - la
Ministra de Sanidad era Federica Montseny, a quien correspondería la paradójica
circunstancia, para una anarquista, de ser la primera mujer en el mundo que
ocupase una cartera ministerial.
- También en conjunto con el Ministerio de
Sanidad, se trabajó en hacer funcionar los "liberatorios" de
prostitución.
Toda esa fulgurante actividad y reflexión
se vio truncada por el triunfo de los fascistas de Franco, que condujo a estas
mujeres a la cárcel, al exilio, a volver a la situación contra la que se habían
rebelado, o lo que tal vez fue peor, a un silencio que negaba a muchas tan
siquiera mencionar la experiencia más rica de sus vidas. Entre la desesperanza
y debilitamiento que significó el exilio para el anarquismo español, parte de
lo peor le tocó a las veteranas de MM. LL., a quienes ni siquiera les fue posible
mantener estructuras organizadas en la clandestinidad o en el exterior, como si
pudieron hacerlo otras expresiones del movimiento libertario ibérico. Apenas si
se registró el esfuerzo, iniciado por Suceso Portales, Sara Berenguer y otras,
de publicar la revista MUJERES LIBRES DE ESPAÑA EN EL EXILIO, que comenzó a
aparecer en Londres en 1964, luego se siguió editando en Francia y se mantuvo
por 47 números hasta 1976, pero que fue prácticamente desconocida fuera de
reducidos círculos de la envejecida emigración ácrata española.
Aquellas extraordinarias mujeres tuvieron
que esperar muchos años para al menos rememorar en conjunto, y también para que
hubiese oídos atentos a escucharlas, así como a seguir el rumbo que ellas
abrieron, tomando el mismo nombre de Mujeres Libres para iniciativas
anarcofeministas que ahora funcionan en Francia, Colombia, Argentina, Estados
Unidos y España. La herencia principal que han legado a la posteridad es que si
es posible construir pese a estar en medio de una difícil coyuntura un
movimiento feminista radical de masas, que a través de la acción directa
promueva cambios sustanciales e inmediatos en la condición de sometimiento a la
cual están sujetas tantas mujeres. Por decirlo con palabras de Concha Liaño:
"Hoy apenas quedamos las veinteañeras de esa gesta. Todas las mencionadas
han desaparecido. Bastantes somos las que les debemos mucho. Y la autora de
estas líneas más que ninguna. Desde aquí quiero reiterar que nunca las olvidé y
que las he llevado en mi corazón a través de tantos años de ausencia física.
¡Ya ves Mercedes, no hemos desaparecido!... Aquella semillita que con tanta fe,
ardor y esfuerzo sembramos, luchando contra reloj, porque teníamos el tiempo
contado, corto, ¡GERMINÓ!" [Liaño, 1999a: 4].
Notas
- María A. Capmany (con la
colaboración de Carmen Alcalde), editado por Oikos-Tau de Barcelona en
1970
- Su marido William Godwin hizo
la primera exposición filosófica moderna de los fundamentos del anarquismo
en la obra "Inquiry Concerning Political Justice" (1793).
- Una concisa reseña informativa
sobre cada persona, evento, publicación y organización del anarquismo
ibérico que se menciona en este trabajo puede localizarse en el muy
documentado volumen de Íñiguez [2001].
- A principios de la década de
1930 se estimaba en más de 50% el analfabetismo femenino en España, según
indica Giambelli [1998], siendo de suponer un porcentaje más alto entre
los sectores populares
- La excepción a la regla fue la
colaboración permanente como diseñador y dibujante de Baltasar Lobo, esposo
de Mercedes Comaposada, que después sería un artista mundialmente
conocido.
- Su formulación más conocida
está en las resoluciones del IV Congreso de la CNT, Zaragoza, mayo 1936.
7. Esta asociación había
tenido un exponente ilustre en el catalán Francisco Ferrer (1859-1909),
fusilado por quienes no hallaron otro modo de detener su innovadora acción
pedagógica.
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