Kronstadt, no
olvidamos: 30.000 anarquistas muertos por Lenin y Trotsky
Historia: La rebelión
de Kronstadt contra el bolchevismo
11 agosto, 2015
joselito
kronstadt
Un 7 de marzo de
1921, 30.000 mil anarquistas fueron exterminados por órdenes de Lenin y su jefe
de la represión, Trotsky.
Los revolucionarios rusos fueron traicionados por el partido
bolchevique, que dio un golpe de Estado dentro de la Revolución.
La rebelión de Krondstat fue el símbolo de la resistencia
popular frente al totalitarismo que iba imponiéndose, fue la colisión entre dos
maneras de entender el comunismo que venía ya de atrás, la manera libertaria y
antiautoritaria (anarquista) y el modo autoritario y centralista (marxista).
Reproducimos un artículo de El Refractario que recuerda
estos hechos de los que hoy se cumplen 92 años, inaugurando así una sección de
efemérides que iremos insertando en EL GOMERU porque, “el que olvida su pasado,
está obligado a repetirlo”. Os invitamos también a leer en PDF los libros de
Paul Avrich: Kronstadt 1921 y de Alexander Berkman, ABC del Comunismo
Libertario que dedica un amplio capítulo a esta rebelión.
Tras la Revolución de Octubre de 1917, con el golpe de mano del
Partido Bolchevique haciéndose con el poder del Estado, dos posturas
revolucionarias movían el espíritu de los proletarios. Por una parte se
enmarcaban las tesis de los bolcheviques partidarios de una concepción
centralizada del poder y la sumisión de todos los aparatos económicos,
políticos y sociales a la disciplina del partido y del Estado. Frente a ellos
se concentraba una concepción federalista de la sociedad donde los proletarios
y campesinos directamente llevarían su vida y gestionarían la política, la
economía y lo social. Esto seria el socialismo de acción, EL ANARQUISMO. Junto
con la guerra civil rusa (1918-21) que se estaba llevando adelante, el gobierno
bolchevique procedió a la purga de los elementos hostiles a su política, entre
ellos los Anarquistas. A través de la La Cheka, policía política de Lenin, se
procedió a la detención de todos los elementos que tuvieran bajo la dirección
del partido, cuando también se procedió a su EXTERMINACIÓN.
A raíz de esto, junto a medidas económicas que se implementaban
desde el llamado comunismo de guerra, se produjeron diversos alzamientos fruto
de ese malestar. En este panorama se produce el alzamiento de Kronstadt (que
junto con el ideal de Makhno son las luchas por el socialismo libertario).
Kronstadt protestaba por la falta de libertad y de
oportunidades que el gobierno bolchevique ofrecía. Sus reivindicaciones se
limitaban a pedir soviets libres, libertad de prensa y reunión para todos los
grupos socialistas y la libertad de los presos políticos social-revolucionarios
y anarquistas. También pedían que los bolcheviques no ejercieran más poder
sobre el proletariado sino que fueran los trabajadores mismos los que
dirigieran y administraran su producción y su vida. El lema de Kronstadt era:
¡Viva Kronstadt roja con el poder de los soviets libres! Se constituyo un
soviet en los acorazados Petropavloks y Sebastopol, teniendo como personajes
mas destacados a los simpatizantes anarquistas Petrichenko y Perepelkin. Como
se ve sus reivindicaciones eran justas, enmarcadas dentro del proyecto
socialista y libertario.
Leer Kronstadt 1921 de Paul Avrich
Pero sin embargo frente a las antes mencionadas tesis
benevolentes se alzo un aparato burocrático-estatal que bajo la capa del
socialismo ahogo la verdadera revolución.
El gobierno bolchevique, sobre todo con Trotzky y Zinoviev a
la cabeza, monto una campaña de difamación contra Kronstadt con el objetivo de
atacar la revolución.
Trotzky, dirigente del Ejercito Rojo y comisario de Asuntos
Exteriores, en 1917 afirmo que Kronstadt era “la flor y nata de la Revolución”,
para cuatro años después tacharla como “la canalla contra-revolucionaria”.
Se empezó a afirmar que Kronstadt iba a vender Rusia a los
ejércitos blancos del zar, que la sublevación estaba dirigida por zaristas y
que solo era una maniobra contra-revolucionaria de social-revolucionarios y
mencheviques contra la Rusia bolchevique. Todo era una campaña de mentiras ante
el temor a la verdadera revolución que iba a destronar definitivamente a los
nuevos zares. Bajo unos falsos planes de negociación se estaba gestando el
ataque. Ante las palabras de Trotzky “os aplastaremos como perdices”, los
anarquistas de Petrogrado, Emma Goldman, Alexander Berkman, Perkus y Petrovsky
dirigieron un escrito a Zinoviev para la acción.
Pero nada es posible. Todo el partido bolchevique esta de
acuerdo en que habia que aplastar Kronstadt. Y ese ataque tenia que ser
inmediato, pues si se llegaba a la época del deshielo seria imposible atacar.
Así pues, el 7 de marzo de 1921, a las 18:45 horas, Trotzky, Toutjachevsky y
Dibenko dieron la orden de bombardear. Aunque Kronstadt resistió, el 18 de
marzo los bolcheviques la toman definitivamente.
Fue el fracaso de la revolución. Los verdaderos
contrarrevolucionarios eran aquellos que decían defender la revolución
soviética. Tras el fracaso de Kronstadt la represión continuo y, con la llegada
de Stalin al poder pocos años después, se multiplico. Paginas tan brillantes
como la de Kronstadt solo se escribiera con la epopeya de Makhno en Ucrania y
sobre todo con la Revolución Social Española de 1936.
Que Kronstadt no quede en el olvido. Que aquellos luchadores
no eran contrarrevolucionarios como los marxistas los presentan, sino
combatientes por un ideal de justicia. En la mente de muchos, ejemplos como el
de la revolución de Kronstadt siguen y seguirán latentes.
Historia: La rebelión
de Kronstadt contra el bolchevismo
El 7 de marzo de 1.921 comenzaron a caer obuses sobre
Kronstadt, ciudad que Trotsky había bautizado como “el orgullo y la gloria de
la Revolución Rusa”. El ataque artillero preparaba el asalto de más de 50.000
soldados que el gobierno bolchevique había concentrado en Petrogrado para
ahogar en sangre la según los bolcheviques “traición, urdida por zaristas,
espías franceses y dinero finlandés”.
¿Qué era Kronstandt?
Una ciudad fortificada y base naval, mandada construir por
el zar Pedro el Grande en el siglo XVIII y en la isla Kotlin, en el golfo de
Finlandia. Defendía el acceso a Petrogrado, situada a 30 kilómetros, y a la
parte norte del país. Era el núcleo de la flota rusa del mar Báltico, la más
numerosa e importante. Rodeada de fuertes secundarios y baterías navales se
comunicaba en invierno mediante caminos trazados sobre la gruesa capa de hielo
que recubría el golfo. La construcción más emblemática de la ciudad era la
Plaza del Ancla, preparada para desfiles militares y más tarde utilizada para
inmensas asambleas, capaz de albergar 30.000 personas, casi el total de la
población en los momentos que nos ocupa. Estaba habitada por los marineros de
la flota del Báltico, residentes en grandes cuarteles; por los soldados de la
guarnición, mayormente artilleros; por varios miles de obreros de los arsenales
e industrias auxiliares y por funcionarios, comerciantes, artesanos y sus
respectivas familias.
SailorsTradicionalmente los marinos se reclutaban entre los
obreros más calificados, los más políticamente avanzados. Además tenían
facilidad para conocer otros países y la diferencia entre sus regímenes y la
brutal opresión de la monarquía zarista, podían establecer contactos con las
ideas y programas de grupos políticos exteriores y rusos emigrados y además
podían hacer circular, pese a la severa disciplina y vigilancia, literatura
prohibida en su país. Por otra parte les contagiaba la proximidad de San
Petersburgo, luego Petrogrado, donde la vida política e intelectual era intensa
y la actividad de grupos revolucionarios se desarrollaba entre los obreros y
los numerosos estudiantes universitarios provocando manifestaciones y tumultos
periódicos.
La concienciación y compromiso de los marineros de Kronstadt
se evidenció en las serias revueltas de 1.905, 1.906 y 1.910, duramente
reprimidas, y sobre todo en la revolución de 1.917. Los grupos bolcheviques,
socialistas revolucionarios, anarquistas, maximalistas y sindicalistas, bien
organizados, ejercían una profunda influencia en la población y la energía
desatada situó a Kronstadt en la vanguardia de la revolución, ayudando a los
bolcheviques a tomar el poder y a merecer toda clase de elogios por parte de los
nuevos dirigentes.
El contexto general
A comienzos de 1.921 se podía dar por terminada la guerra
civil . Los ejércitos blancos habían sido derrotados, el gobierno menchevique
de Georgia estaba sometido y los últimos restos de las milicias anarquistas ucranianas
se batían a la desesperada, con su líder, Néstor Makhno, herido y acorralado.
Sin embargo, una profunda crisis económica se extendía por el país; las
comunicaciones no se restablecían adecuadamente, la industria estaba paralizada
y la producción agrícola había disminuído drásticamente.
Durante la guerra el gobierno bolchevique había impulsado
una política económica de férreo control estatal, el llamado Comunismo de
Guerra. La vida pública estaba prácticamente militarizada y sometida a todo
tipo de controles y en los aspectos económicos este control era asfixiante.
Los instrumentos principales de esta política eran los
zagraaditelnye otriady, destacamentos armados que efectuaban las requisas y
confiscaciones, muchas veces verdaderos expolios, a los campesinos y que
rodeaban las ciudades para evitar el comercio no controlado, sus actuaciones
eran a menudo brutales y arbitrarias; además se había organizado una eficaz
policía política para aterrorizar a los disidentes y descontentos, la Cheka,
que no dudaba ante el asesinato y la tortura.
La situación del campesinado era similar a la esclavitud
feudal zarista, sobre todo en las granjas estatales, los Kolzsjos; los obreros
industriales estaban obligados a jornadas de trabajo extenuantes, dada la caída
en picado de sus salarios, que sin embargo no les procuraban medios suficientes
de subsistencia. Los sindicatos también estaban controlados y las protestas
eran reprimidas como actos de traición.
Con el final de la guerra cabría esperar el cambio de esta
política, pero esto no se produjo. Los disturbios y las huelgas se extendían
espontáneamente por las principales ciudades, sobre todo Moscú y Petrogrado en
demanda de mejoras económicas y de la vuelta de las libertades conseguidas al
comienzo de la revolución. La respuesta del gobierno bolchevique fue el envío y
despliegue de tropas, liberadas por el cese de los combates, y carta blanca
para la actuación de la cheka, como ocurrió en Petrogrado.
La actitud de
Kronstadt
Kronstadt ya había tenido fricciones con el gobierno
bolchevique. Fue de las primeras ciudades en nombrar su soviet, su propia
milicia y sus comités populares para organizar autónomamente la vida en los
barcos, las fábricas, la distribución de alimentos, el aprovechamiento agrícola
de las tierras circundantes…
El eje sobre el que giraba la sociedad kronstiana era la
Plaza del Ancla, sede de multitudinarias y activas asambleas.
La burocracia centralizada orquestada por el nuevo poder
chocó con este sistema de vida, la firma del tratado de Brest-Litovsk, entre
Lenin y el gobierno alemán, que significaba la renuncia a la extensión de la
revolución, irritó a la población.
Los marinos vieron además catastrófica la reorganización
militar decretada por Trotsky para poner en pie el Ejército Rojo y que abolía
el poder de las asambleas en los barcos y reinstauraba la disciplina y
jerarquía anteriores, precisamente la revolución había sido posible por el
arresto y ejecución de buena parte de los antiguos oficiales.
El carisma de los bolcheviques declinaba y miles de marinos
abandonaban el partido. El soviet de Kronstadt se vaciaba de bolcheviques y
acogía un mayor número de socialistas de izquierda y anarquistas.
Con el fin de la guerra los marineros obtuvieron permisos y
pudieron comprobar sobre el terreno los estragos que el Comunismo de Guerra
ocasionaba por todo el país.
Con ocasión de las huelgas y disturbios en Petrogrado,
Kronstadt envió una delegación a la ciudad y, a pesar de los obstáculos que le
interpusieron, pudo constatar en toda su crudeza las condiciones en que vivían
los obreros y la represión que se estaba desatando sobre ellos.
El hecho de conocer que se amenazaba a los huelguistas con
la marcha de los marineros de Kronstadt sobre Petrogrado para reinstaurar el
orden irritó sobremanera a los 32 delegados desplazados.
El 28 de febrero se celebraron tensas reuniones a bordo de
los acorazados Petropavlovsk y Sebastopol, anclados en Kronstadt, que emitieron
una resolución conjunta de 15 puntos. Esta resolución será refrendada el 1 de
marzo por una gran asamblea en la Plaza del Ancla; la prepotencia y amenazas de
los oradores bolcheviques, sobre todo los prebostes Kalinin, presidente de la
República, y Kuzmin, comisario jefe de la flota, consiguieron que el refrendo
fuera prácticamente unánime.
La resolución contiene las bases y programa de la rebelión.
Exige la celebración inmediata y generalizada de elecciones para sustituir a
todos los soviets locales por soviets libres; la libertad de palabra y prensa
para todos, en especial anarquistas y socialistas de izquierda; libertad de
reunión de sindicatos obreros y campesinos; libertad para los revolucionarios
encarcelados; cierre de las oficinas del partido bolchevique sostenidas por el
Estado; supresión de los zagraaditelnye otriady y sus confiscaciones;
igualación de las raciones de víveres; abolición de los destacamentos militares
comunistas permanentes en fábricas o unidades militares…
Finalmente, se consumó la ruptura con las autoridades al
designarse un Comité revolucionario provisional, Revkon, en tanto se celebrasen
elecciones al nuevo soviet y procederse al arresto de los bolcheviques más
destacados.
Se comenzó a imprimir un diario, Izvestiia, cuya cabecera
subrayaba “Todo el poder a los soviets y no a los partidos”. Sin embargo, hasta
que no se intercambiaron los primeros cañonazos Konstradt siempre pensó que el
acuerdo con los jerarcas bolcheviques era posible sin derramamiento de sangre.
La reacción
bolchevique
El gobierno de Lenin, Trotsky y Zinoviev no iba a consentir
el deseo de los kronstianos de encabezar esta “Tercera Revolución”. Se trató
primeramente de aislar el movimiento haciendo desaparecer a las decenas de
delegados de las comisiones informativas que salían de Kronstadt y formulando
diversas acusaciones masivamente difundidas por su aparato de propaganda:
complot de oficiales zaristas, engaño de espías de países extranjeros, entrega
de la ciudad al ejército finlandés…
El miedo a la extensión del movimiento y a la llegada de la
primavera, que permitiría, a comienzos de abril con el deshielo del golfo, la
movilidad de la flota; les determinó a aplastar militarmente Kronstadt cuanto
antes. Así decretaron el arresto de todos los familiares de los kronstianos en
calidad de rehenes, ejecutaron a los responsables de la escuadra aérea, que
simpatizaba con el movimiento y concentraron en Petrogrado ingentes cantidades
de armamento y hombres.
Según revelarían los últimos prisioneros del ejército rojo,
apresados por los kronstianos el 17 de marzo, no menos de 80.000 fusileros,
varios miles de jinetes, 4 trenes blindados, decenas de baterías
móviles…constituían el formidable aparato militar lanzado contra Kronstadt.
La caída de Kronstadt
La ciudad no era un hueso fácil de roer, sus sólidas
murallas , su potente artillería y la resolución de sus habitantes alargó el
asedio durante 11 días. El 7 de marzo comenzó el cañoneo de la fortaleza. Los
kronstianos confiaban en un levantamiento generalizado de Petrogrado, pero la
presencia del ejercitó lo imposibilitó.
El ataque se vertebró sobre los Kursanty, fanáticos cadetes
de las academias de oficiales del Ejército Rojo y sobre los destacamentos de la
Cheka. La situación de muchos de los asaltantes fue increíblemente dramática.
Como en otras ocasiones las tropas de choque las constituían
principalmente mongoles y asiáticos que apenas entendían el ruso; si una unidad
se negaba a atacar se la desarmaba y sus miembros enviados a presidio; si
vacilaba se ejecutaba a la quinta parte de sus efectivos.
La artillería de Kronstadt resquebrajaba el hielo del golfo
y oleadas de asaltantes perecían en el agua helada; pero si trataban de
retroceder los kursanty los ametrallaban por la espalda.
Finalmente la constante afluencia de refuerzos atacantes y
la debilitación progresiva de los recursos de Kronstadt provocó que el 17 de
marzo un ataque masivo de soldados envueltos en sudarios blancos consiguiera
penetrar en la fortaleza.
La lucha cuerpo a cuerpo se prolongó hasta el 18 de marzo en
que la ciudad fue totalmente ocupada. Algunos grupos de kronstianos
consiguieron abrirse paso hasta Finlandia y otros se dispersaron por la región
pero la gran mayoría de los vencidos fueron ejecutados por la cheka o enviados
a campos de concentración de la helada región de Arkangelsk y del Turquestán.
La aniquilación de Kronstadt fue el ejemplo de lo que los
dirigentes del partido bolchevique entendían por dictadura del proletariado,
fue la constatación de cómo la nueva burocracia traicionaba los ideales
revolucionarios en su afán de retener el poder y eliminar toda disidencia.
Pero la rebelión de Kronstadt es también ejemplo de cómo los
seres humanos somos capaces, en circunstancias excepcionales, de enfrentarnos a
la opresión y arriesgar la vida por un mundo mejor.
Publicado por Evgeny Pashukanis
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