Carlos Soriano Águila – ferroviario
anarquista
El 14 de mayo de 1980 muere en Granada
(Andalucía, España) el anarquista y anarcosindicalista Carlos Soriano Águila.
Había nacido el 2 de abril de 1905 en Palenciana (Córdoba, Andalucía, España).
Hijo de un comerciante socialista de clase media, cuando tenía 12 años dejó el
pueblo y se fue a vivir con su tío Miguel, ferroviario y jefe de la estación de
Las Mellizas (Álora, Málaga, Andalucía, España), viudo y sin hijos. En Alora
conoció la que luego sería su primera esposa en 1930. Entre diciembre de 1921 y
1923 estudió en la Academia de Factores Ferroviarios y entre 1923 y 1925
trabajó como factor provisional en la Compañía de Ferrocarriles Andaluces en
Écija (Sevilla, Andalucía, España), donde entró en contacto con el movimiento
anarquista. Los servicios en Écija le sirvieron para hacer el servicio militar.
A partir de 1925 pasó a trabajar en la estación de Bobadilla (Antequera,
Málaga, Andalucía, España) y 1928 se afilió al Sindicato Autónomo de Factores
(SAF), bastante influido por la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). En
1928 el SAF ingresó en la CNT.
Destacó en las huelgas
ferroviarias de entonces y se le ascendió de categoría para así poderlo enviar,
y que no molestara, a una estación secundaria cerca de Utrera (Sevilla,
Andalucía, España), donde sólo había cuatro trabajadores . Lejos de las grandes
luchas obreras, apoyó las reivindicaciones campesinas, especialmente la llamada
«Huelga de las Bombas". En estos años colaboró en La Tierra y entre 1932
y 1936 presidió el Ateneo Libertario «Luz y Armonía» de Antequera. En julio de
1936, cuando era miembro del Comité Regional Ferroviario de Andalucía, luchó
contra el levantamiento militar en Antequera, donde, con el apoyo del guardia
civil anarcosindicalista Bernabé López Calle detuvo el fascismo, organizó
trenes con agricultores para defender Málaga, impulsó el comunismo libertario
entre los campesinos de Antequera y formó el Comité Revolucionario. También
encabezó el Comité de Guerra que tomó Loja (Granada, Andalucía, España) y
combatió en la provincia de Sevilla en una columna de milicianos. Después se
incorporó al ferrocarril en Málaga y fue enviado a Jaén como miembro de los
Comités Regionales Ferroviarios de la CNT.
Durante algunos meses representó
la Federación Anarquista Ibérica (FAI) en el Frente Popular. Cuando cayó Málaga
en manos fascistas, dejó todos los cargos y se enroló en la columna confederal
comandada por Antonio Raya González («Columna de Raya»), combatiendo en
Pozoblanco (Córdoba, Andalucía, España). Herido en el brazo derecho, pasó un
tiempo convaleciente a la colectividad agrícola de Torredelcampo (Jaén,
Andalucía, España). Después en Lorca (Murcia, España), donde conoció Carmen
Parra, sano segunda compañera y madre de sus hijos Pedro y Carmen, ocupó cargos
en el sector ferroviario, como miembro del Comité Regional Ferroviario. Más
tarde pasó a Valencia (Valencia) donde fue nombrado secretario político de la
Sección Social del Consejo Nacional de Ferrocarriles, hasta el final de la
guerra. Detenido por las tropas franquistas, fue internado en el campo de
concentración alicantino de Albatera. De allí consiguió salir, pero al llegar a
Antequera fue denunciado por dos vecinos y detenido el 5 de agosto de 1939.
Llevado en la prisión de Málaga instruyó procedimiento judicial por «adhesión a
la rebelión militar» y el 12 de junio de 1940 fue condenado a la pena de
muerte, que fue conmutada por la de cadena perpetua. Después de un tiempo en la
cárcel de Sevilla, fue trasladado al penal del Puerto de Santa María (Cádiz,
Andalucía, España) y durante el invierno de 1941 asistió a la celda 67 al Pleno
Regional clandestino que se celebró.
El 19 de noviembre de 1944 se le concedió la
libertad provisional "con destierro», obligándole a fijar su residencia en
Sevilla y durante dos años tuvo que trabajar en la colonia penitenciaria del
Canal de los Presos en el Bajo Guadalquivir. 1946 reinició su vida en Sevilla
con Carmen Parra y ese mismo año era secretario provincial de la CNT
clandestina de esta ciudad. Durante los años cincuenta le tocó el gordo de la
lotería y, como no podía salir al extranjero, se dedicó a viajar por la
Península, representando la CNT ortodoxa en Andalucía. Después regresó a
Sevilla y montó una tienda de tejidos, que no tuvo éxito; también montó una
fábrica de capazos de esparto para la industria aceitera en Jódar (Jaén,
Andalucía, España), que tampoco tuvo éxito. De Sevilla, tras una corta estancia
en Antequera, se instaló en Granada, ciudad donde se estableció
definitivamente. 1959 asistió al Pleno de Vierzon (Centro, Francia) como
delegado andaluz. 1963 estuvo presente en una reunión en Toulouse (Languedoc,
Occitania) que recogió todas las tendencias del Movimiento Libertario Español
(MLE) y, en este año también, formó parte del Comité Regional clandestino de
Andalucía. 1968 participó en el Congreso Mundial Anarquista de Carrara
(Toscana, Italia), donde intervino informando sobre la situación que vivía
España.
De vuelta en Granada se le diagnosticó una
enfermedad del corazón. Tras la muerte del dictador Francisco Franco, participó
en la reconstitución de la CNT y militó junto a José Luis García Rúa en
Granada. En mayo de 1977 sufrió un infarto de miocardio gravísimo y tuvo que
permanecer hospitalizado cinco meses. 1978 publicó el libro Anarquía, comunismo
libertario. Carlos Soriano Águila murió el 14 de mayo de 1980 en un hospital de
Granada (Andalucía, España) y fue enterrado en el cementerio del Campo del
Príncipe de esta ciudad.
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