O multamos a los pobres o estamos perdidos
Juan Carlos Escudier
Asturbulla, 31-10-2014
Los mendigos tenían la fea costumbre de rebuscar en la
basura para encontrar comida, una amenaza, multas de 750 euros para los que se
alimenten con los desechos de los demás
De no ser por su alcalde del PP que es un visionario,
Sevilla habría acabado muy malamente. Distraída con sus tapitas de mojama y de
espinacas con garbanzos, con su Feria de Abril y su Esperanza Macarena, la
gente ha vivido ajena al peligro de convertirse en una “ciudad sin ley”, algo
así como Dodge City pero con Torre del Oro y sin Errol Flynn pegando tiros.
¿Los culpables? Esos malditos pobres que lo ponen todo perdido.
Como se ha dicho aquí alguna vez, lo de los pobres es una
plaga bíblica que Moisés debió de enviar a los egipcios junto con las
langostas, y si la Biblia no lo menciona es porque no sería políticamente
correcto y por la censura de la época, que era casi tan férrea como la de
Telecospedal . Con los pobres hay que estar muy atentos porque se reproducen
como conejos, y ni se les puede echar al arroz ni se les puede enviar a pasar
el plumero a Fukushima como han hecho los japoneses para matar miles de pájaros
de un tiro.
Los pobres y los mendigos de Sevilla tenían la fea costumbre
de rebuscar en los contenedores de basura para encontrar comida, algo
insoportable para una ciudad que tiene un color especial, una lunita plateada y
que huele a azahar y a bosta de caballo, sobre todo al lado de la Giralda.
Consciente de la amenaza que representaban, Juan Ignacio Zoido ha establecido
multas de 750 euros para los desaprensivos que traten de alimentarse con los
desechos de los demás, no vaya a ser que se intoxiquen, haya que atenderles y
además nos cueste dinero.
La medida puede parecer partidista, ya que con la basura que
existe en el PP lo normal es que estos amantes de los detritus se concentrarán
junto a sus sedes en busca de las sobras o, por lo menos, de alguna
adjudicación pasada de fecha. Pero eso sería no conocer a Zoido, que fue juez y
de justicia entiende un rato. No se trata de evitar que los pobres hagan
desaparecer la mierda del partido porque de eso ya intentan ocuparse sus
propios dirigentes con inaudita presteza.
Zoido es un gestor de tomo y lomo y es consciente de que el
problema de la pobreza sólo se arregla con mano dura y no con más gasto en
servicios sociales. Hasta ahí podíamos llegar. El dinero de los sevillanos está
para otras cosas, bien sea para pagar al ABC medio millón de euros a cambio de
una página web chulísima, para promocionar también en el ABC un partido de
fútbol entre el Sevilla y el Betis, del que apenas se había oído hablar en la
ciudad, o para promover una Operación Talento entre ‘triunfitos’ locales con
galas y grabación de maqueta incluida a razón de 23.000 euros anuales.
No está claro si a los mendigos se les permitirá pagar la
multa con visa, dada la susceptibilidad que existe entre la población con eso
de las tarjetas, especialmente con las de Bankia. Nadie te asegura además que
el pobre no sea Rato, que después de pagar la fianza de tres millones estará
tieso y si viaja a Sevilla quizá le entre hambre.
Sin embargo, el problema no tardará en presentarse ya que
hay pobres que para escapar a las ordenanzas municipales son capaces de no
llevar ni mil euros en la cartera. O el alcalde le echa imaginación y autoriza,
por ejemplo, el pago por móvil o alguno de estos tunantes se le marcha vivo a
otro contenedor.
Público. Es
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