Los falangistas mataron a tiros a Jerónima, embarazada,
jugaron al tiro al plato con su hijito de tres años
Jerónima Blanco tenía 22 años y pronto iba a dar a luz a su
segundo niño; su hijo, Fernando Cabo, apenas había cumplido los tres años. A
ella la mataron a balazos los falangistas en el patio de su casa. Con el
pequeño Fernando se divirtieron jugando al tiro al plato con su cuerpo según
presenció horrorizada una vecina. Hoy, la Asociación para la Recuperación de la
Memoria Histórica ha presentando por registro ante el Ayuntamiento de
Ponferrada, dirigido por el PP y que es el pueblo de las víctimas, una placa
con su nombre para que una calle de la localidad deje para siempre el recuerdo
del bárbaro asesinato de estos inocentes. Es el segundo intento que en este
sentido hace la ARMH… con escaso éxito.
“El Bierzo fue un lugar muy castigado por la represión
franquista. Cientos de personas fueron perseguidas y asesinadas y sus cadáveres
ocultos para multiplicar el dolor que padecieron sus familias. El delito de
desaparición forzada es el más grave y atroz que contempla el derecho penal. No
hay delito más atroz que se pueda cometer contra una persona que detenerla
ilegalmente, torturarla, asesinarla y esconder su cadáver”. Así se expresa en
su escrito ante el alcalde de Ponferrada Carlos Lopez Riesco, la ARMH.
Borrar de la historia a hombres y mujeres
“El 14 de julio de
2008 la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica presentó en el
registro del Ayuntamiento de Ponferrada una petición para que una calle de la
ciudad estuviera dedicada a Jerónima Blanco y a su hijo, Fernando Cabo. Después
de años de exhumaciones elegimos esos dos casos porque el asesinato de una
mujer embarazada y de su hijo de tres años tenía el significado de querer
borrar de la historia la vida de los hombres y las mujeres que construyeron
nuestra primera democracia durante la Segunda República”, explica la
asociación.
Menosprecio a las víctimas de la dictadura
“Su respuesta fue la
de crear el monumento de la Victoria de Samotracia que según sus propias
palabras representaba a las víctimas de la violencia. El día en que se
inauguró, la Alcaldía que usted encabeza sólo invitó y atendió a una víctima de
ETA, menospreciando a las víctimas de la dictadura, contradiciendo sus propias
declaraciones con respecto al mismo e incumpliendo incluso los estatutos del
partido político en el que milita, que dice en su artículo tercero ser una
fuerza política solidaria con las víctimas de la violencia “de cualquier
signo”.
Que la ciudad no esconda el pasado
En su escrito al
alcalde del PP, la asociación recuerda que “el pasado mes de mayo el pleno del
Ayuntamiento aprobó una moción en la que se proponía dedicar una calle a la
Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica. Pero nosotros no
queremos esa calle. Queremos que en esta ciudad se deje de esconder el pasado.
Queremos que en esta ciudad el Gobierno municipal rinda el homenaje que deben
dar las instituciones democráticas a las víctimas de quienes no aceptaron el
resultado de unas elecciones democráticas y decidieron tomar el poder
utilizando la violencia, las armas y sembraron un terror cuyas consecuencias
son todavía desgraciadamente palpables.
Una calle para Jerónima y Fernando
“Nada tiene que ver
dedicar una calle a una asociación que darle el nombre de Jerónima y de su hijo
Fernando. Ella estaba embarazada y tenía 22 años. Él tenía tres años. Quienes
tomaron el poder por la fuerza en el Bierzo consideraron que era necesario que
fueran asesinados y lo llevaron a cabo. ¿Qué tipo de ser humano asesina a una
mujer en estado y a un niño?”
Tiro al plato con un niño
Esa pregunta tiene
una respuesta muy difícil. Lo que la familia de Jerónima ha conseguido
reconstruir es que cada noche los falangistas fueron a casa de Isaac Cabo que
era sindicalista y al que buscaban. Jerónima Blanco, embarazada de seis meses
les dijo una vez más que no estaba en casa. Pero aquella madrugada del 23 de
agosto de 1936, volvieron a las tres de la madrugada, rompieron la puerta con
las culatas del fusil, sacaron a Jerónima a la calle y la mataron a tiros. La
vecina de enfrente lo vio todo escondida desde su ventana y contó a Abel, al
sobrino nieto de Jerónima que al niño, a Fernando que tenía tres años, lo
tiraban al aire y disputaban a ver quien hacía diana a disparos como si
estuvieran jugando al tiro al plato. Todos estos hechos Abel a través de la
ARMH los puso en conocimiento del juez Garzón cuando este instruía el proceso
contra el franquismo y tras que el juzgado de Ponferrada archivase el caso.
Dolorosa exhumación
Consiguieron exhumar
los cuerpos que estaban en la parte de atrás de la casa donde los mataron y
encontraron incluso la medallita que llevaba el niño, una constancia dolorosa
de unas muertes espeluznantes. Pudieron darles un entierro digno. En León hay
una calle con su nombre. La calle de Jerónima Blanco y Fernando Cabo está
situada en una zona de la ciudad en que miles de personas fueron fusiladas durante la represión
desatada tras el golpe de Estado de 1936. Pero Abel siempre echó de menos que
Ponferrada, su pueblo, no participara en esta conmemoración del asesinato de la
inocencia.
Víctimas invisibles
En la carta de
entrega de la placa al Ayuntamiento, la Asociación explica en su escrito:
“Cuando solicitamos la calle en el verano de 2008 el concejal de Asuntos
Sociales Reiner Cortés aseguró que concederla sería ‘una discriminación con las
otras víctimas y con sus familias’. Se trataba de un argumento artificial para
negar la existencia de una calle dedicada a las víctimas del franquismo que
siguen siendo invisibles en esta ciudad y a las que como tal no se cita en la
resolución aprobada el pasado mes de mayo. Cuatro años después y tras la
aprobación de una calle dedicada a la Asociación para la Recuperación de la
Memoria Histórica, que no queremos, hemos decidido facilitarle las cosas al
Ayuntamiento y por eso vamos a donarle a la ciudad de Ponferrada una placa que
debería estar puesta hace muchos años, cuando nuestro país pudo elegir de nuevo
a sus representantes políticos”.
Todas las placas que sean necesarias
“Cuando Ponferrada
tenga una calle dedicada a una víctima de la represión franquista será una
ciudad más completa, una ciudad que no mira para otro lado, que asume el pasado
y se muestra cercana con todos los hombres y mujeres que terminaron en cunetas,
que fueron encarcelados, a los que se les robó su patrimonio, su futuro y la
libertad para elegir quién se sentaba en la silla en la que usted se sienta
como alcalde. Por ello le hacemos entrega de esta placa y mostramos nuestra
disposición para entregar todas las que sean necesarias en todas las esquinas
de una futura calle que lleve el nombre de dos víctimas del franquismo:
Jerónima Blanco y Fernando Cabo, asesinados en un lugar donde no hubo una
guerra, sino gente que utilizó una violencia ilimitada para cometer el mayor
acto de violencia y terror que desgraciadamente han conocido estas tierras”.
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