Boletín
Oficial del Estado—Burgos 10 de diciembre de 1936.
Numero
52 COMISION DE CULTURA Y ENSEÑANZA
Circular a los Vocales de las
Comisiones Depuradoras de Instrucción Pública. Innecesario resulta hacer
presente a los señores Vocales de las Comisiones depuradoras de personal
docente la trascendencia de la sagrada misión que hoy tienen en sus manos. Con
pensar que la perspectiva del resurgir de una España mejor de la que hemos
venido contemplando estos años, está en razón directa de la justicia y
escrupulosidad que pongan en la depuración del Magisterio en todos sus grados,
está dicho todo.
El
carácter de la depuración que hoy se persigue no es solo punitivo, sino también
preventivo. Es necesario garantizara a los españoles, que con las armas en la
mano y sin regateos de sacrificios y sangre salvan la causa de la civilización,
que no se volverá, a tolerar, ni menos a proteger y subvencionar a los
envenenadores del alma popular, primeros y mayores responsables de todos los
crímenes y destrucciones que sobrecogen al mundo y han sembrado de duelo la
mayoría de los hogares honrados de España.
No compete a las Comisiones
depuradoras el aplicar las penas que los Códigos señalan a los autores por
inducción, por estar reservada esta facultad a los tribunales de justicia, pero
si proponer la separación inexorable de sus funciones magistrales de cuantos
directa o indirectamente han contribuido a sostener y propagar a los partidos,
ideario c instituciones del llamado «Frente Popular».
Los:
individuos que integran esas hordas revolucionarias, cuyos desmanes tanto
espanto causan, son sencillamente los hijos espirituales de catedráticos y
profesores que, a través de instituciones como la llamada «Libre de Enseñanza»,
forjaron generaciones incrédulas y anárquicas. Si se quiere hacer fructífera la
sangre de nuestros mártires es preciso combatir resueltamente el sistema seguido
desde hace más de un siglo de honrar y enaltecer a los inspiradores del mal,
mientras se reservaban los castigos para las masas víctimas de sus engaños.
Tres propuestas pueden formular las
Comisiones depuradoras, conforme a la Orden de 10 de noviembre; o saber: l.º Libre absolución para aquellos que
puestos en entredicho hayan desvanecido los cargos de haber cooperado directa o
indirectamente a la formación del ambiente revolucionario. 2.º Traslado para
aquellos que, siendo profesional y moralmente intachables, hayan simpatizado
con los titulados partidos nacionalistas vasco, catalán, navarro, gallego,
etc., sin haber tenido participación directa ni indirecta con la subversión
comunista-separatista, y 3.º Separación definitiva del servicio para todos los
que hayan militado en los partidos del «Frente Popular» o Sociedades secretas,
muy especialmente con posterioridad a la revolución de octubre y de un modo
general, los que perteneciendo o no o esas agrupaciones hayan simpatizado con
ellas u orientado su enseñanza o actuación profesional en el mismo sentido
disolvente que las informa.
Las Comisiones depuradoras, al
dirigirse a cualquier autoridad o particular en demanda de informes, deberán
hacerles presente la gravísima responsabilidad en que incurren para con Dios y
con la Patria ocultando determinados extremos, cuando no, llegando a falsear
los hechos, valiéndose de reprobables reservas mentales o sentimentalismos extemporáneos.
También se ha de combatir y de hacer público, para perpetua vergüenza del que
en tal falta de ciudadanía incurra el nombre de quienes aleguen indebidamente
desconocer los hechos o las personas sobre los que se interesen informes. Sería
indigno que al heroísmo de nuestros oficiales, soldados y voluntarios que en
las líneas de fuego desafían a la muerte soñando con una España mejor,
correspondieran con la cobardía y falta de valor cívico las personas que gozan
de la paz de las retaguardias.
Si
todos cuantos forman parte de las Comisiones depuradoras se compenetran de esta
manera de pensar y la trasmiten en patriótico contagio a aquellos que han de
coadyuvar a su labor con sus informes, es cosa segurísima que antes de mucho
tiempo, en esta España que hoy contemplamos destruida, empobrecida y enlutada,
una vez restaurado su genio y tradición nacional, veremos amanecer en alborada
jubilosa un nuevo siglo de oro para gloria de la Cristiandad; de la
Civilización y de España.
Burgos.
7 diciembre de 1936
El
Presidente de la Comisión de Cultura y Enseñanza. José María Pemán.
Sres.
Presidentes y Vocales de las Comisiones depuradoras del personal de Instrucción
No hay comentarios:
Publicar un comentario