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jueves, 21 de noviembre de 2013

ALFONSO GUERRA MEDIO COMO VICEPRESIDENTE PARA QUE UGT LE VENDIERAN PATRIMONIO INMOBILIARIO DEL ESTADO


Alfonso Guerra medió como vicepresidente para que a UGT le vendieran patrimonio inmobiliario del Estado

El almeriense Francisco Soler ocupaba el cargo de sudirector general de Patrimonio del Estado en los años ochenta, y ha relatado a Noticias de Almería las presiones ejercidas desde la vicepresidencia del Gobierno que entonces ocupaba el socialista Alfonso Guerra, para que el sindicato UGT se hiciera con bienes inmuebles de propiedad pública.

 Soler conocía personalmente a Guerra porque fueron ambos diputados en el Congreso en las Cortes Constituyentes, abandonó poco después la política y reingresó en el cuerpo de funcionarios del Estado, donde estuvo de director de Programas, luego de subdirector y finalmente de director general.

 En el momento en que ocupaba la subdirección se trabajó en un proyecto para inventariar todos los bienes estatales, con el fin de posteriormente vender aquello que resultara innecesario o improductivo. Eso ocurría entre los años 1983 y 1984, en la primera legislatura del PSOE.

 Recuerda Soler que había sido cesado el director general, y el sustituto había invitado a todo el equipo a un almuerzo en la Taberna Alabardero, en lo más castizo de Madrid. Pues bien, en mitad de la comida entró un camarero preguntando por él, pidiéndole que saliera a atender el teléfono porque al otro lado esperaba “el vicepresidente del Gobierno”, lo que -señala- dejó bastante impresionado a su flamante jefe.

 En realidad era la secretaria de Alfonso Guerra quien estaba al aparato, que en nombre suyo le solicitaba que atendiera a su hermano Juan al día siguiente, a lo que “lógicamente” se avino, tratándose del “vicepresidente” quien lo pedía.

Juan Guerra, ell hermanísimo que más tarde sería conocido como “el de los cafelitos” y cuyas actuaciones dieron origen a la tipificación del delito de tráfico de influencias, iba acompañado de un sindicalista de la UGT bastante importante a nivel estatal, y el motivo de la reunión era que querían comprar ya los bienes que iba a desamortizar el Estado.

 Soler les intentó explicar que las cosas no iban así, que por el momento lo que se estaba haciendo era el registro de bienes y que aunque estaba prevista su venta, aún tenía que dar el visto bueno el ministro en cuestión, y que aún así tendría que hacerse la enajenación conforme a la Ley.

La respuesta del sindicalista fue que “traigo aquí el dinero” y daba por hecho que el “negocio” prácticamente se iba a cerrar en ese mismo momento, cuando como se ha indicado, la posible venta era un proyecto que no se había hecho público oficialmente.

 La respuesta negativa no convenció a Juan Guerra, que -dice Soler- siguió insistindo durante más de un mes con visitas casi diarias a su despacho para presionar con el fin de que se le vendiera a ese ugetista bienes inmobiliarios públicos.

Al final el registro se termino de realizar pero el proyecto de efectuar una venta masiva de bienes no se hizo, aunque sí se han ido enajenando poco a poco.

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