Navantia se declara «no viable»
En el trabajo del plan de futuro elude la autocrítica por su
labor comercial y apunta a que recortará el 50 % de los costes fijos, que
podría suponer reducción de centros y plantillas
Escrito por: Beatriz Couce
Ferrol / La Voz 21 de
noviembre de 2013 07:16 GMT
Los trabajadores de los astilleros ferrolanos volvieron a
manifestarse ayer en demanda de carga de trabajo. josé pardo
Navantia se declara «no viable en el corto plazo en la
situación actual» y añade que «no es competitiva ni sostenible». Ya lo había
reflejado el presidente de la compañía, José Manuel Revuelta, en una carta
enviada a sus trabajadores en septiembre, y ahora los astilleros públicos
abundan en este diagnóstico en el plan de viabilidad para el período 2014-2018
que está elaborando y que prevé presentar a su consejo de administración el
próximo 4 de diciembre. En uno de los documentos previos que están sirviendo de
base para la confección de ese programa, la empresa sostiene que, aun logrando una
facturación de 650 millones en el 2015 -que preveía obtener del programa del
submarino S-80 y del encargo de los gaseros, que se ha perdido-, tiene que
reducir sus costes fijos entre un 50 y un 55 %. Aunque no concreta medidas,
todas las fuentes del sector consultadas apuntan a que podría venir
principalmente por la vía de cierre de centros y adelgazamiento de las
plantillas. El duro ajuste que prevé el naval público, con 5.500 empleados
-unos 2.200 en Ferrolterra- ya está en camino.
Tijera de los costes
Cambio de modelo. La reducción de costes es una obsesión en
el programa de futuro, que se plantea con el objetivo de lograr la viabilidad a
corto plazo, y la competitividad y sostenibilidad, a medio y largo. La compañía
afirma que solo cambiando el modelo podrá competir en el mercado internacional
y, de hecho, aún dibujando el escenario más favorable, con ventas anuales
superiores a los mil millones de euros -si se materializasen importantes
pedidos, como el de varios buques para Catar y Australia y el diseño de otro
para Turquía- el tijeretazo a los costes habría de ser al menos del 20 %.
Sequía de encargos
Agotamiento de la cartera de pedidos. Navantia afirma que
está padeciendo la ausencia total de nuevos encargos del que es su cliente
principal, la Armada española, y no existen perspectivas de que esa situación
vaya a modificarse a corto plazo. Además, su principal proyecto en curso, el
submarino S-80, ha encallado, con un sobreesfuerzo económico que agrava la
situación de la empresa, ya delicada. Con una cartera de pedidos que ha caído
en un 70 % en el último lustro, pasando de 5.091 millones en el 2008 hasta los
1.636, el pasado, y unas pérdidas que no han dejado de crecer hasta llegar a
superar los cien millones, la dirección de los astilleros achaca gran parte de
los números rojos a que la plantilla no haya variado, «resultando en una
creciente subactividad y llevando a Navantia a una situación de pérdidas
estructurales». Un exceso de capacidad que este año le costará 87 millones de
euros.
Sin resultados
Una política comercial sin frutos. Los astilleros públicos
llevan seis años sin cerrar nuevos encargos. Si a finales de la pasada semana
se hacía público que el contrato de construcción de cuatro gaseros para las
navieras Knutsen y Elcano por encargo de Gas Natural se había ido a Asia
-aunque Navantia insiste en que aún no está perdido mientras los armadores
sostienen lo contrario-, este mismo año se consumaba otra pérdida que levantó
ampollas en el naval ferrolano: la fabricación de un buque logístico para
Noruega, que también ganó un astillero coreano. En los trabajos del plan de
viabilidad no hay ni rastro de autocrítica por la ausencia de frutos y éxitos
de la labor comercial realizada hasta ahora por la empresa.
Objetivos
Trabajo, lo primero. Con unos astilleros que están a punto
de quedarse sin trabajo por completo, el principal objetivo de Navantia es el
de lograr encargos con impacto a corto plazo, aunque la firma cuenta con pocas
opciones en estos momentos, después de la pérdida de los gaseros y con una
adjudicación de los floteles de Pemex que no acaba de despejarse. Además,
anuncia un plan de ahorro para reducir «costes de compras y estructura» e
insiste en que ha de establecer «un marco laboral en línea con las necesidades
de las empresas que compiten a nivel global, mejorando en flexibilidad y
eficiencia».
Apuesta militar
Desarrollo de buques. En las jornadas celebradas en Los
Peñascales (Madrid) para abordar el presente y el futuro de la firma y sentar
las bases del plan, Navantia insiste en la «obsolescencia gradual» de los
productos desarrollados por falta de nuevos contratos, y apuesta por el
enderezamiento del programa del submarino S-80, con problemas estructurales
para mantenerlo a flote, y el desarrollo de otros buques, como las fragatas
F-110 o los patrulleros de altura. También se insiste en la necesidad de
potenciar los negocios de servicios, como reparaciones. Paradójicamente, se
niega desde hace años a la adquisición de un dique flotante que se demanda para
la división de reparaciones de Navantia Ferrol, siempre rentable y en los
primeros puestos del sector gasista mundial.
Empleo auxiliar
En mínimos. Aunque en los trabajos previos del plan de
futuro no se alude al papel de las subcontratas, su situación no es menos
crítica que la de Navantia. Hay 15 firmas que han cerrado, con ERE o en
concurso y se han destruido casi 3.000 empleos.
FERROL LA VOZ
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