Papeleras y parterres de hierro macizo. Un acabado lleno de remates afilados. Material oxidado, aunque «de diseño». El peligro de los equipamientos que forman parte de la imagen de la cuestionada plaza de la Universidad Popular, varias veces denunciado por los propios vecinos y todas las fuerzas políticas de la oposición, empieza a generar sus primeras consecuencias.
El pasado miércoles se produjo la caída de una niña, que, mientras jugaba, tropezó con uno de los arriates herrumbrosos que forman parte de la decoración del espacio. Lo siguiente fue golpear su rostro contra el pavimento. La pequeña tuvo que ser atendida de sus lesiones en el centro de salud de Ribera del Muelle. De inmediato, sus familiares interpusieron la pertinente denuncia para dejar constancia de los hechos. Lo que en principio podría pasar por no más que un simple percance en un juego de niños, se agrava por el hecho de que no es el primer accidente de este tipo que se registra en la zona, a pesar de las continuas advertencias de los afectados.
La portavoz del grupo municipal andalucista, Maribel Peinado, hablaba ayer de «despropósito», y anunciaba que su formación llevará un ruego al próximo pleno en apoyo de los vecinos, en los que observa «impotencia por la inactividad del equipo de gobierno». Peinado estima que el ejecutivo local «sigue demostrando que gobierna sin pensar en la seguridad y sin preocuparse de atender a las demandas de la ciudadanía».
La edil recuerda que en su momento el equipo de gobierno argumentó que no podría asumir los cambios «hasta que la obra no estuviera terminada y entregada». Se amparaban en lo que desde el PA recuerda como «una especie de derechos de autor» del arquitecto.
Pasado el tiempo, los andalucistas recriminan que «los plazos ya se han acabado», ante lo que entienden que el pacto de gobierno «mentía». «En vez de arreglar y mejorar la plaza, han hecho y siguen haciendo oídos sordos», se duele Peinado.
LOS PROPIETARIOS QUIEREN HABLAR EN EL PLENO
Los vecinos no se han quedado parados, y ya han entregado un escrito en el registro del Ayuntamiento, con la petición para poder tomar la palabra en el próximo pleno, de manera que los munícipes puedan escuchar «cara a cara» sus quejas. No es la primera vez que hacen público su malestar. Hace unos meses entregaron en la misma sede municipal más de 400 firmas de apoyo, recogidas entre los puertorrealeños.. En la instancia que acompañaba a las rúbricas alertaban de los problemas que está generando el mobiliario público y la falta de una adecuada canalización del agua, especialmente en época de lluvias. A ello se suman algunos problemas previos a la propia obra, como la falta de una protección que cubra las vigas de los edificios de la comunidad de propietarios.
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