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sábado, 10 de diciembre de 2022

LOS PROCESOS DE MONTJUICH - FUSILAMIENTOS DE ANARQUISTAS



Los Procesos de Montjuïc – fusilamientos de anarquistas

Entre el 11 y el 15 de diciembre de 1896 se realiza a puerta cerrada en el castillo de Montjuïc de Barcelona (Cataluña) el primero de los juicios celebrados contra más de un centenar de anarquistas catalanes en una de las maniobras represivas por parte del Estado más importantes contra el movimiento anarquista europeo, maniobra que fue respondida por todas las ramas del socialismo internacional.

Tras la explosión el 7 de junio de 1896 de una bomba en la calle Cambios Nuevos de Barcelona, ​​al paso de una procesión religiosa, en la que resultaron muertas seis personas y 42 heridas, las autoridades detuvieron más de 400 personas, entre ellas destacados militantes obreros y teóricos anarquistas (como, Josep Llunas y Pujals, José López Montenegro, Juan Montseny, Teresa Claramunt, Joan Alsina, Baldomer Oller, Anselmo Lorenzo, Tarrida del Mármol, Sebastián Sunyé, Juan Bautista Esteve, etc.), así como el escritor Pere Corominas - por unas conferencias sobre sociología impartidas en el Centro de Carreteros de Barcelona. Para poder desarrollar esta tarea represiva, atizada por asociaciones reaccionarias, sectas religiosas integristas y jesuitas, las autoridades suprimieron las garantías constitucionales entre el 8 de junio de 1896 y el 17 de diciembre de 1897.

Muchos de los detenidos fueron deportados a presidios africanos, y otros llevados al castillo de Montjuïc, donde se celebró un proceso llevado a cabo por la justicia militar contra 87 personas. Las diligencias fueron llevadas a cabo sin ninguna garantía jurídica, y las declaraciones de los acusados ​​fueron obtenidas con torturas de todo tipo, que llevaba a cabo el teniente de la guardia civil Narciso Portas y el inspector de policía León Antonio Tressols (El vinagreta) , con la aquiescencia del juez Enrique Marco. Incluso los acusados ​​fueron juzgados por la Ley de 2 de septiembre de1896, es decir, posterior a los hechos, que establecía pena de muerte por los autores y cómplices y cadena perpetua para los encubridores. El fiscal pidió 28 penas de muerte y 57 cadenas perpetuas. Revisada la causa por el Consejo Supremo de Guerra y Marina, se dio una sentencia definitiva el 1 de mayo de 1897: cinco condenas a muerte, 10 a 20 años de prisión, 12 de más de 10 años y 30 entre ocho y nueve años.

Los fosos del castillo fueron fusilados, el 4 de mayo de 1897, Tomás Aschero, Lluís Mas, Josep Molas, Joan Alsina y Antonio Nogués. Ante la protesta internacional, que recogía testimonios de torturas contra los detenidos y dudaba de la culpabilidad de los acusados, el capitán general de Barcelona desterró, en julio de 1897, 63 de los presos hacia el Reino Unido (Josep Prats, Ramon Vidal, Clemente, Esteve , Pitchot, Salud Borràs, Ramón Confau, Manuel Barrera, Tomás Codina, Antonio Gurri, Antoni Borràs, Adbon Navarro, Roman Archs, Vidal, Rull, Magí Fenoll, Jaume Torrens, Piferrer, López Montenegro, Coromines, Francesca Saperas, Joan Montseny, Teresa Claramunt, etc.).

La reacción a todo esto no se dejó esperar y el 8 de agosto de 1897 Michele Angiolillo asesinó al presidente del Consejo de Ministros español, Antonio Cánovas del Castillo; poco días después, el 4 de septiembre de 1897, Ramón Sempau atentó en Barcelona contra Narciso Portas y tal era el ambiente que fue absuelto. En 1898 se inició una campaña en pro de la revisión del proceso, en la que alcanzó notoriedad al entonces joven periodista republicano Alexandro Lerroux. En abril de 1900 se decretó la conmutación de la pena y se desterró los presos en el Reino Unido, evitando así la amnistía, el indulto o la revisión del proceso.

Sobre este proceso se escribió mucho y en unos términos tan duros que fomentó el cliché de la «España Negra» y el retorno de la vieja Inquisición: La Inquisición de fin de siglo, The moderno Inquisition of Spain, Justicia, reviviendo of the Inquisition (Max Nettlau), Las inquisiteurs d'Espagne (Tarrida del Mármol), Los victimarios (Ramon Sempau), La barbario gubernamental en España (Ricardo Mella y José Prat), El Proceso de un gran crimen y El castillo maldito (Federico Urales), etc.

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