JUAN
SERRANO OTEIZA
Juan Serrano Oteiza, a veces también
conocido como Juan Serrano y Oteyza (Madrid, 6 de mayo de 1837 - ib., 26 de
marzo del 1886), fue un jurista, escritor y político español, considerado como
uno de los primeros intelectuales anarquistas de España.
Serrano Oteiza aprendió de su padre el
oficio de abaniquero, pero dedicó su vida al activismo político. Se desconoce
si llegó a tener formación jurídica formal, si bien escribió varias obras de
temática legal. No parece que llegara a ser notario, como a veces se le ha
atribuido.
Comenzó su militancia política en las
filas del republicanismo federal para pasar posteriormente al anarquismo,
siendo uno de los primeros propagandistas de las ideas de Proudhon en España.
Durante su juventud militó en asociaciones opositoras a la monarquía de Isabel
II, lo que provocaría su destierro en Valencia y Barcelona. Posteriormente
ingresó en Fomento de las Artes, un centro de educación popular fundado en
Madrid en 1847, del que llegó a ser secretario primero y uno de sus miembros
más influyentes. Allí conoció a Anselmo Lorenzo (que afirmaría posteriormente
que allí oyó por primera vez a Serrano «expresar el puro criterio
revolucionario, que coincidía perfectamente con el que algunos años más tarde había
de traernos Fanelli») y propagó sus ideas (autonomía, pacto, federación y
propiedad colectiva) entre los demás socios.
Tras la Gloriosa Revolución de 1868 y
la caída de Isabel II, llegó a España a finales de ese año, Fanelli, el
introductor del anarquismo en España. En Madrid, difundió sus ideas entre los
socios de Fomento de las Artes, de modo que a principios de 1869 se creaba en
Madrid una sección provisional de la AIT, en la que se integró Serrano Oteiza.
Tras la constitución de la Federación Regional Española, la sección española de
la AIT, Serrano Oteiza comenzó una intensa labor propagandista, especialmente a
través de la prensa. En 1872 fundó junto a Tomás González Morago El Condenado.
La publicación duró apenas un año. Más tarde crearía, también con González
Morago, El Orden, periódico clandestino de la Federación Regional (1875-1878).
Tras la disolución de la Federación
Regional Española, en la clandestinidad desde 1873, fruto del enfrentamiento
entre marxistas y bakunistas, se creó en 1881 la Federación de Trabajadores de
la Región Española (FTRE), dentro de la legalidad. Dentro de la FTRE, Serrano
fue el representante de la sección madrileña en distintos congresos de la
Federación celebrados entre 1882 y 1885 y miembro de su Comisión Federal. Sus
posicionamientos políticos "pactistas"8 y legalistas se plasmaron en
su ponencia en el congreso de 1882 de Sevilla, en la que defendió el
colectivismo y la acción política de la Federación Obrera, oponiéndose al
anarcocomunismo insurreccional andaluz5 (poco después tuvieron lugar los
controvertidos sucesos de La Mano Negra, rechazados con rotundidad por la
FTRE). En este congreso conocería a Ricardo Mella, sobre el que ejercería una
notable influencia, y que llegaría a ser su yerno, tras casarse con su hija
Esperanza.
Entre 1881 y 1884 fue el director de
Revista Social, que hasta 1880 se había publicado en Barcelona y que con
Serrano lo hizo en Madrid, considerada el portavoz de la FTRE.
Además de su labor periodística,
Serrano Oteiza llevó a cabo una intensa labor como escritor, abordando no solo
temas sociales, sino también jurídicos. En 1876 ganó un certamen literario de
Alicante con El pecado de Caín. No obstante, su obra más destacada es la novela
utópica Pensativo, que consiguió una gran difusión y resultó una de las obras
premiadas en el Primer Certamen Socialista, promovido por la FTRE en Reus
(1885),3 que constituyó la manifestación cultural más importante por los
anarquistas españoles hasta entonces. El jurado mencionó su "fondo
revolucionario". En esta obra, Serrano Oteiza promovía los
posicionamientos de la Comisión Federal de la FTRE, basados en el legalismo y
en el colectivismo como base de la organización económica de la sociedad, con
el municipio y las asociaciones voluntarias de productores como elementos
clave. De esta forma, los personajes de la novela son capaces de explotar un
valle inhóspito y dotarle de carreteras, escuelas, fábricas, hospitales... de
forma que se transformó en un "paraíso prometido".
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