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lunes, 13 de julio de 2020

CONFLICTO SINDICAL CON EL JARDIN DE LOS DRAGONES


CONFLICTO SINDICAL CON EL JARDÍN DE LOS DRAGONES

Esta empresa trabaja en su imagen de “restaurante vegano” desde la apertura de sus dos locales (Jardín de los Dragones y Dragon Lab), pero dista exorbitantemente la percepción de la realidad. Es poco conocida la incesante lesión de los derechos de sus trabajadorxs debido a los testimonios que pasan de boca a boca por miedo a una represalia social.

Hoy se rompe el silencio y se pone voz a todas esas personas.

Partiendo del lema de “somos una familia” pretenden generar un ambiente en el que se presente a la disposición de las empresas tanto su tiempo personal como la producción en condiciones escandalosas que afecta gravemente a la salud mental y física de sus trabajadorxs, pretexto de la presión a la que están sometidxs constantemente.

Los contratos son pactados verbalmente pero no su modificación, como es el caso de una de las trabajadoras que acordó una jornada de 30 horas semanales. Sin previo aviso se le redujeron a 24 horas semanales con el falso argumento de disminución de la productividad en un contexto en el cual acababa de finalizar la Ruta de la tapa vegana pero comenzaba la temporada alta de Navidad por lo que sí que realizaba una función necesaria para la empresa en ambos locales. Dicha persona avisó de que no podría sobrevivir a menos horas de las pactadas pero la única solución que le presentaba la empresa era una baja voluntaria.

Con objeto de querer ahorrar más aún en la seguridad social, todos los contratos tienen la categoría de “ayudante de camarerx/cocinerx”, cuando las funciones que se llevan a cabo son completamente superiores a lo estipulado. Es por todo ello que la nómina pasó para todxs a cobrarse la parte apalabrada según convenio por cuenta bancaria y el resto (sin ser pagadas como horas extraordinarias) en metálico.

Tampoco se dispone de los tiempos estipulados por ley, siendo a gusto de la empresa lo que se dictamine. Era finales de enero y todavía no conocían cómo se iban a distribuir las vacaciones hasta que las exigieron; los días por asunto propio era difícil que te los diesen y así te lo decía la compañera nada más entrar al trabajo: “aquí tenéis que pedir los días con tiempo de antelación, pero es difícil que los tengáis”. Los fines de semana libres correspondientes por convenio brillaban por su ausencia aun exigiéndoselos -una de las compañeras puso como premisa al empezar que se le concediese dos días libres a la semana. Tardaron dos años para dárselos y solo fue durante unas semanas. Por otra parte, falleció un familiar directo de otra compañera no haciéndose efectivo el derecho de los días libres por fallecimiento remunerados que están contemplados en el Estatuto de los Trabajadores y tal como indica la ley, la empresa no puede negarse a concederlos. A su vez, todxs han trabajado con problemas de salud en muchas ocasiones (gripe, ataques de ansiedad, quemaduras graves, lumbago, etc.)

A raíz de la alta productividad en las fiestas navideñas, sumado a no recibir las gratificaciones extraordinarias tras estas, que las condiciones laborales no se modificaban a pesar de comunicarlo y advirtiendo las consecuencias económicas de la crisis del coronavirus, lxs trabajadorxs decidieron pedir asesoramiento al sindicato de la CGT. Se tuvo durante la cuarentena varias reuniones de la plantilla en la que se les comunicó una modificación sustancial de nuestro salario, poniendo reiteradamente como solución la baja voluntaria, pues la mayoría tienen un contrato indefinido.

Terminado el confinamiento, se comunica pésimamente el retorno a los puestos de trabajo al no llevarlo a cabo ni por antigüedad, ni por necesidad y sin previo aviso en alguna ocasión como es el de la jefa de cocina a la que notificaron que esa misma noche tenía que trabajar. Ella se negó al no habérsele informado correctamente, recibiendo mensajes de coacción a su móvil y al de su pareja para que se incorporase o pidiese la baja voluntaria.

Se sufre un permanente incumplimiento de las normas más elementales sobre prevención de riesgos laborales que les coloca en un permanente riesgo de contagio de COVID y accidentes de trabajo en general. Primeramente, se denunció que no se les había facilitado los EPIs más elementales para protegerse frente al COVID en cocina.

Así, las mascarillas se les negaron rotundamente porque según la jefa, y cito textualmente: “es algo que utilizáis fuera del trabajo y cada una se está comprando la suya”. A su vez, se pidió también que se les proporcionase gel hidroalcohólico y guantes. Los guantes se lo exigieron durante un mes porque con los químicos para mantener desinfectada la cocina, los productos para desinfectar las manos y la elaboración de los platos, algunas compañeras han llegado a desarrollar cortes, piel seca que se rompe con cerrarla o sensibilidad. Los tuvo que comprar finalmente una compañera. Respecto al gel, respondieron diciendo que era prescindible ya que las cocineras se tienen que limpiar las manos continuamente.

Fue entonces cuando decidieron organizarse y crearon una sección sindical en la empresa con el fin de protestar por la situación y exigir sus derechos, denunciando así a inspección de sanidad y seguridad social.

Asimismo, se pusieron en contacto con la CNT AIT de Murcia y Cartagena para que apoyasen a dichas personas en el conflicto con la empresa, a lo que accedieron desde un principio a colaborar.

Unas semanas más tarde, convocaron una reunión con dos compañeras argumentando falsamente que generaban “malos rollos” con el resto de la plantilla. Ante esa situación, expusieron el panorama laboral que se da, a lo que les propusieron los jefes optar por la baja laboral. Ellxs se negaron a participar de tal injusticia y pidieron una extinción del contrato por una falta grave del empresario. Esa misma madrugada, fuera del horario laboral y sin sentido, se pusieron en contacto con otra de las trabajadoras acusándola de difamación e intentando manipularla con temas personales. Tras la respuesta de la trabajadora, le comunicaron que no hacía falta que fuese a trabajar esa misma noche y que todo quedaría en manos de sendos abogados, iniciando así la conciliación. Por petición de la propia empresa se les otorgó un permiso retributivo de siete días en los que, supuestamente, se cerraría el diálogo.

Dichas tres compañeras pertenecen a la sección sindical de la empresa por lo que se cree que no querían que fuese a mayores (Denuncias, organizar a la plantilla, etc), para defenderse de lo público.

Últimamente han recibido ataques indirectos por parte de la empresa inculpándolxs injustamente de los daños producidos a su imagen, en primer lugar, y a materiales como es la cerradura de la persiana del Jardín de los Dragones. Las vías legales siguen siendo los medios de actuación desde un principio tanto por parte de lxs sujetxs en cuestión como de los sindicatos.

El acoso sigue siendo perpetuado y ya no es solo dentro del trabajo sino por redes sociales.

El silencio ha sido prolongado para respetar la resolución del pacto, pero en vista de los ataques estamos en nuestro derecho de defendernos.

No solo el trato vejatorio es en esta empresa. Somos muchxs lxs que día a día sufrimos la violación de los derechos de lxs trabajadorxs. Por no hablar que seguimos anquilosadxs en un convenio pactado por CCOO y UGT en el 2008, que nos somete a ser la Región que menos cobra de todo el Estado.

Por todo ello: Organízate y lucha.

R. G. C. Secretaria General de la sección del Jardín de los Dragones

CNT-AIT  CARTAGENA

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