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lunes, 12 de diciembre de 2016

ESTOY CON MORFINA, YA NO HAY NADA QUE HACER


«Estoy con morfina, ya no hay nada que hacer»

Vicente empezó a trabajar en el astillero en 1974 como mecánico naval, reparando e incluso participando en el montaje y la construcción de las embarcaciones. «Al principio quitábamos los escapes del motor, que van forrados de amianto, sin ninguna medida de seguridad. No había ni mascarillas, que las pusieron más adelante pero no era obligatorio llevarla, y eso que estábamos en un ambiente constante de polvo de amianto», recuerda. En este punto, resalta, «yo me voy a morir de esto, si llego a saber que era tóxico lo habría evitado».

En 2011 se prejubiló por accidente laboral, puesto que los primeros síntomas de su enfermedad ya habían empezado: tos seca, pinchazos y un engrosamiento bilateral de la pleura. «Es cáncer, un mesotelioma», resume con una gran entereza. En marzo de este año le dieron el diagnóstico definitivo, tras varias pruebas. «En la última revisión que fue a la neumóloga me dijo que me iban a llevar a urgencias porque tenía líquido en la pleura. A los 15 días me dijeron lo que tenía».

Después de ello, añade, «me dieron quimioterapia, dos sesiones, pero no había nada que hacer. Luego un tratamiento experimental en Barcelona. Tampoco. Ahora sólo tengo la ayuda de la máquina de oxígeno y que la enfermedad vaya aguantando, aunque está en fase terminal».

Ahora Vicente vive con asistencia domiciliaria «para paliar el dolor con morfina». «Sé que me va a tocar y no en un plazo muy lejano, por lo que sólo me queda afrontarlo y ayudar a los que están fuera» (en relación a sus compañeros). Rosa, su esposa, añade que siente mucha impotencia y que «estar esperando el momento es muy duro». «La vida te la parte totalmente», subraya.


 

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