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miércoles, 16 de noviembre de 2016

LIBERTAD SIN CARGOS PARA ALFONSO Y RAUL


¡LIBERTAD SIN CARGOS PARA ALFONSO Y RAUL!

 
El día 5 de Febrero en Madrid Alfonso y Raúl, de la Compañía de Títeres Desde Abajo representan la obra “La Bruja y Don Cristóbal” como parte de la programación del Carnaval, cuando la policía interrumpe la función y los detiene. Están acusados de un delito de enaltecimiento del terrorismo, porque uno en el transcurso de la obra uno de los títeres muestra un cartel de 20 cm en el que se lee “Gora Alka-eta”.

 

El sábado 6 Alfonso y Raúl son enviados a la prisión de Soto del Real por el juez de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, con la connivencia de la fiscal Carmen Monfort, alegando un inexistente riesgo de fuga y de reiteración delictiva. Allí permanecerán 5 días en prisión preventiva bajo el régimen FIES 3, en teoría reservado para bandas armadas. Mientras tanto, se produce un auténtico linchamiento mediático y político, y el caso es utilizado como cortina de humo para desviar la atención de los escándalos de corrupción, y para atacar al Ayuntamiento de Madrid.

 

Finalmente debido a la presión social, los dos titiriteros son puestos en libertad con cargos.

Aunque el delito de Enaltecimiento del terrorsimo finalmente ha sido archivado, Raúl y Alfonso siguen acusados de un delito de Incitación al Odio, delito que puede suponer entre uno y cuatro años de prisión, y entre seis y doce meses de multa.

 

Los títeres de cachiporra siempre han sido un entretenimiento popular donde se ridiculiza a la autoridad y se hace una sátira de la realidad social. Esta tradición se mantiene viva en numerosos países de Europa pero en España desapareció tras la Guerra Civil. Con aquel espectáculo, Títeres desde Abajo se proponía recuperar el género de los títeres de cachiporra, adaptando esta tradición al contexto social actual.

 

En la obra la Bruja protagonista se enfrentaba a diferentes personajes que intentaban oprimirla a base de cachiporra. Entre estos había un policía que tras dejarla inconsciente, colocaba en su casa diversas pruebas falsas, como el famoso cartel de "Gora Alka-Eta", para acusarla de terrorismo. Con esta escena se pretendía denunciar la existencia de montajes policiales (caso 4-F, Operación Pandora, los 11 del Raval y otros casos) y la caza de brujas sobre los movimientos sociales.

 

Las sucesivas reformas legales en materia de terrorismo han ido ampliando cada vez más la definición de este tipo de delito, hasta hacerla tan ambigua que cualquier conducta puede ser definida como tal. Esto está utilizándose como herramienta para acallar toda voz crítica y restringir cada vez más nuestras libertades. El caso de los titiriteros es sólo un ejemplo dentro de la deriva represiva que ha tomado el Estado Español, que ya ha sido condenada por organismos internacionales como la OSCE, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, y los Relatores Especiales de la ONU. Pero esta es la primera vez que se pretende criminalizar lo que se cuenta en una obra de ficción. Criminalizar la ficción es propio de dictaduras. Una obra de arte puede ser juzgada desde un punto de vista estético, cultural, moral, ideológico o incluso político, pero nunca

penal.

 

Desde el Grupo de Apoyo a los titiriteros de Granada exigimos la depuración de responsabilidades, el archivo de la causa y la retirada de cargos sobre Alfonso y Raúl.

Porque el arte no puede ser delito,

Por la libertad de expresión y de creación

¡Retirada de cargos para Alfonso y Raúl!


 

GRUPO DE APOYO A LOS TITIRITEROS DE GRANADA

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