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martes, 19 de julio de 2016

ACTO EN HOMENAJE A LOS ASESINADOS DE LA GUERRA CIVIL EN SAN FERNANDO (CADIZ)


COMUNICADO EN HOMENAJE A LOS ASESINADOS Y FUSILADOS DURANTE EL GOLPE DE ESTADO Y LA GUERRA DE 1936

 

Buenos días a todos los asistentes y gracias por acudir a este acto.

Hoy, 18 de julio de 2016, se cumplen exactamente 80 años del comienzo de la guerra civil española. Un fallido golpe de Estado que trajo como consecuencia una guerra cruenta y atroz que acabó marcando la historia de nuestro país en el siglo pasado y que aún, a día de hoy, resuena en las estructuras del Estado y, evidentemente, en muchos corazones.

Pese al tiempo transcurrido, nuestra presencia en esta fosa común del cementerio de San Fernando tiene como objeto reivindicar un trabajo que no se ha realizado hasta ahora y que solo, después de tantos años, comienza a vislumbrarse como una verdadera posibilidad. A partir de la unión de familiares de víctimas de la represión franquista y personas implicadas, agrupadas en la Asociación por la Recuperación de la Memoria Democrática, Social y Política de San Fernando, se ha solicitado a las administraciones responsables la intervención y colaboración en la apertura de esta fosa de la guerra para intentar dar resolución al duelo abierto que tantas familias mantienen hoy en día por no haber podido dar un entierro digno a sus familiares asesinados.

Frente a aquellos que esgrimen la idea de que nos mueve el rencor, la sed de venganza o el ánimo de revancha, decidles que no van a encontrar ninguna de esas actitudes en aquellos que llevan años añorando recuperar los restos de sus seres queridos y honrarlos según las costumbres y ritos de nuestra tradición cultural.

Tampoco lo van a encontrar en el trabajo del resto de personas que voluntariamente dedican su tiempo con el fin de permitir un mejor conocimiento de lo ocurrido hace 80 años. Hechos que la propaganda de los vencedores se encargó de tergiversar, politizar y sacralizar para legitimar un uso desproporcionado y extremo de la violencia en su aniquilación del adversario político.

Después del tiempo transcurrido, las familias demostraron su tolerancia aprendiendo a convivir durante muchísimos años con los asesinos de sus seres queridos. Para la inmensa mayoría de ellos no hubo juicio previo o, cuando lo hubo, si no era una pantomima orquestada para dar carácter legal a lo que sencillamente podemos calificar de asesinato, era un juicio posterior a la ejecución de la sentencia de muerte. Para los otros, los que tuvieron que ejecutar las órdenes del régimen, tampoco hubo juicio, ni condena, ni posibilidad alguna de reproche. Es, por tanto, objeto de este acto y de esta Asociación impugnar la impunidad de la represión para avanzar en el reconocimiento de los crímenes cometidos y la ausencia de justicia de la que han gozado los que participaron en los hechos que condenamos.

También es fácil oír hablar de la necesidad de perdonar, pero para ese perdón que se proclama es condición necesaria que el victimario pida perdón a la víctima. Y eso nunca ha sucedido. Del mismo modo que para poder pasar página, como instan algunas voces contrarias al movimiento social en favor de la recuperación de la memoria histórica, es necesario que la página más trágica de nuestra historia reciente sea leída comprensiva y críticamente. Y eso tampoco ha sucedido para una generalidad de la población española.

Un país que respete los Derechos Humanos no puede seguir consistiendo que miles de personas sigan sin poder enterrar con dignidad a sus familiares asesinados o fusilados o, en el peor de los casos, que sigan sin saber aún dónde se encuentran sus restos. Se trata, además, de nuestros propios conciudadanos, por lo que un Estado que se llame democrático, social y de derecho no debe permitir por más tiempo el abandono sistemático al que ha sometido a sus ciudadanos republicanos asesinados, personas buenas y honradas, muchos de ellos trabajadores, como jornaleros, salineros, electricistas, panaderos, operarios de fábrica…; sindicalistas y militantes políticos de izquierda; cargos públicos, como los concejales y el propio alcalde de la ciudad; médicos; maestros; militares…

Sirva este homenaje para honrar su memoria e impedir el silencio sobre su recuerdo y lo que significaron en la construcción de una sociedad mejor. En la medida que sus nombres, sus imágenes, su compromiso político, sean evocados en homenajes como este, permanecerán vivos, porque la única y verdadera muerte es el olvido.

Que la tierra les sea leve.

San Fernando, 18 de julio de 2016.

ASOCIACION POR LA RECUPERACION DE LA MEMORIA DEMOCRATICA SOCIAL Y POLITICA DE SAN FERNANDO (CADIZ)

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