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domingo, 20 de diciembre de 2015

BAJO LA FICCION DE PUEBLO SOBERANO ESCONDEN LA ESCLAVITUD DE MILES DE PERSONAS

 
BAJO LA FICCION DE PUEBLO SOBERANO ESCONDEN LA ESCLAVITUD DE MILES DE PERSONAS
 
Queremos que de individuos libres se componga nuestra futura sociedad libre. Buscamos que ya no existan amos ni esclavos, solo personas sin cadena alguna. Es así, que si ya no existen amos ni esclavos, y solo existen personas libres; sobre estos (sobre cada unx de estxs) no habrá ya imposición alguna, ni por la fuerza de las armas, ni por la fuerza de decretos o leyes estatistas o empresariales.
 
Un mundo de individuos soberanos será en donde al no existir la condición de dominación o sumisión las personas
solo se valdrán de pactos, acuerdos libremente aceptados entre ellos. Pero esas son nuestras aspiraciones de un mundo sin gobierno, pero hoy en esta realidad de penas a la que nos empujan se nos dice que el pueblo es soberano, y la misma consigna repetirán quienes sean gobierno de turno, claro, bien les conviene a ellos encubrir el principio de autoridad y todas las desigualdades que de él emanan bajo esta mentira para mantenerse en el Poder, y que tanto nos perjudica a nosotros quienes estamos bajo la presión de sus tiranías. Pero por mucho que intenten legitimar su sistema, nosotros no nos engañamos ni nos dejaremos engañar y lo decimos y lo repetiremos hasta el cansancio:
 
NO ES SOBERANO EL PUEBLO, LO ES EL INDIVIDUO
 
”La soberanía del pueblo es una gran pura ficción, no existe. La idea de soberanía es absoluta; no tiene su menos ni su más, no es divisible ni cuantitativa ni cualitativamente. ¿Soy soberano?
No cabe, pues, sobre mi otra soberanía, ni cabe concebirla.
Admitida, por lo tanto, la soberanía individual, ¿cómo admitir la colectiva?”.
 
“¿No se rebela mi inteligencia a cada paso contra las determinaciones de esa pretendida soberanía de los pueblos? Si las leyes no me dejan la esperanza de poder renovar pacíficamente estas determinaciones, ¿no apelo, acaso, a la violencia? Admitida por un momento la posibilidad de dos soberanías, la colectiva sería lógicamente superior a la del individuo; ¿en virtud de qué principio podría nunca protestar ésta contra la acción de aquélla?”.
 
“Mas hasta la hipótesis es terriblemente absurda; la soberanía nacional no necesita otro golpe; dejémonos de luchar contra un cadáver”.
“Entre soberanos no caben más que pactos. El contrato, y no la soberanía del pueblo, debe ser la base de nuestras sociedades”».
 
¿Lo ves, trabajador? Te llaman pueblo para enaltecerte, te llaman pueblo para envilecerte, te llaman pueblo para explotarte. Unas veces el que te llama pueblo se une a ti con el halago cuando te necesita; otras se separa de ti con desprecio cuando goza; otras veces te amenaza con rabia cuando te teme. Y tú, entretanto, abajo, en la última capa social, olvidado de ti, de los tuyos y del mundo, o te consumes en la mansedumbre, o exhalas doloridas quejas, o aplaudes a tu peor enemigo, que es el ambicioso disfrazado de redentor, que sobre tus sufrimientos y con tus aplausos y tus votos adquiere prestigio e influencia y se eleva remachando tus cadenas.
 
¿Acaso hoy se esconde bajo la ficción de pueblo soberano la esclavitud de miles de individuos?
Bueno así es, somos esclavos de sus ficciones de sus gobiernos, sus leyes, sus jerarquías, su rituales, sus bancos, sus empresas, sus fuerzas represivas, y de su automatización tecnológica, cuando no de sus cámaras y vigilancias o controles. Somos esclavos, pero no queremos serlo más, libres en potencia, cansados de sufrir su vida predeterminada que nos sirven en las bandejas de lo que es legal o tradicional, o "normal", o "productivo".
 
Buscamos un Mundo de personas libres, no de aquellas abstracciones que llaman la "masa" buscamos que cada una de las personas sea realmente libre que sea algo concreto, palpable, demostrable por cada persona misma.
Hoy su postulado "El pueblo es soberano" es lo mismo que sus medios de comunicación a los cuales solo les falta decir que llueve cuando hay sol.
 
Un mundo nuevo de individuos soberanos de sí mismos solo se conseguirá si hoy cada uno buscando ser consecuente con lo que busca se une por acuerdos libremente acordados, sin jerarquías, ni egoísmos vanos a otros que marchan sin amos, ni fronteras.
 
La unión libre de los productores y los oprimidos del mundo la organización de estos nos acercara a destruir los mitos, histerias, mentiras, y el odio que salen de sus totalitarias instituciones y redes de dominación. Pero recordemos que con las herramientas del Amo nunca se destruirá la casa del Amo, creemos pues entonces nuestras propias herramientas de lucha, organicémonos, y decidámonos de una vez por todas de acabar con quienes destruyen la vida misma.
 
El federalismo anárquico, la ayuda mutua, la solidaridad, el respeto, el orgullo, el compromiso, la firmeza, contemos con ellos para no rendirnos. Hagamos de nuestros sueños de libertad practica real. Si aún nos queda un cachito de humanidad, de amor en nosotros no lo abandonemos nunca porque es lo único que aun hoy no nos roban sus jerarquías y sus mandos.
 
Salud y Anarquía.
ZERO

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