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jueves, 19 de febrero de 2015

JOAN PEIRO BELIS - INTELECTUAL ANARQUISTA


Joan Peiró  Belis – intelectual  anarquista

 El 24 de julio de 1942 muere fusilado en Paterna (Huerta Oeste, Valencia) el obrero del vidrio, intelectual anarcosindicalista y ministro de Industria durante la II República española Joan Peiró i Belis. Había nacido el 18 de febrero de 1887, en el barrio obrero de Sants (Barcelona, ​​Cataluña). A los 8 años comenzó a trabajar en una fábrica de vidrio barcelonesa y no aprendió a leer y escribir hasta los 22. Siguió trabajando en el sector del vidrio, y junto a otros compañeros fundó la Cooperativa del Vidrio de Mataró, que nunca abandonaría. En 1907 se casó con Mercedes Olives, obrera textil, con quien tuvo tres hijos (Juan, José y Llibert) y cuatro hijas (Aurora, Aurelia, Guillermina y Merced). Según él mismo explica su militancia sindical se inició en 1906, y comenzó a tener cargos de responsabilidad entre 1915 y 1920, como secretario general de la Federación Española de Vidrieros y Cristaleros (1916-20) y director de las publicaciones La Colmena obrera (órgano de los sindicatos de Badalona) y El Vidrio (portavoz de los vidrieros federados).

 Su agudeza intelectual le llevó más adelante a ser director del diario Solidaridad Obrera (1930) y del también diario Cataluña (1937). Muy influenciado por el sindicalismo revolucionario francés, comenzó a tener tareas de responsabilidad en la CNT tras el Congreso de Santos (1918) de la Regional catalana. Gracias a su capacidad de trabajo, dotes de organizador y gran prestigio, ocupó los más altos cargos en esta organización. En el Congreso de La Comedia (1919) defendió las federaciones de industria que fueron rechazadas en aquella ocasión. Durante los años veinte sufrió la represión desencadenada por el Estado y la patronal en contra el movimiento obrero. En 1920 sufrió dos atentados y fue detenido y encarcelado en Soria y Vitoria. En 1922 fue elegido secretario general de la CNT. Durante su gestión se lleva a cabo la Conferencia de Zaragoza, donde se aprobó la salida de la organización de la Internacional Sindical Roja y su afiliación a la reconstituida Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT). En esta misma conferencia Peiró defendió con Salvador Seguí, Ángel Pestaña y José Viadiu la «moción política», muy criticada por los sectores más ortodoxos de la organización. Se estableció en Mataró en 1922 y 1925 dirigió la constitución de la Cooperativa del Vidrio que ya había intentado organizar con anterioridad. Con la dictadura de Primo de Rivera la CNT quedó ilegalizada, sus sedes fueron censuradas y las publicaciones, suspendidas. Muchos de sus militantes fueron detenidos, y Peiró fue encarcelado en 1925, 1927 y 1928. Este último año fue nuevamente elegido Secretario General de la CNT.

Criticó la UGT por su defensa de jurados mixtos durante aquella dictadura y también Pestaña, con quien por otra parte coincidía en otros aspectos. También criticó el sector más anarquista del sindicato, y pese a que se afilió a la FAI nunca militó, defendiendo, por el contrario, una organización de masas más sindicalista, y oponiéndose a los grupos de acción ya las minorías de militantes dirigentes. En 1930 firmó el manifiesto de «Inteligencia Republicana» y recibió numerosas críticas internas que le llevaron a retirar su firma. Siguió defendiendo las federaciones de industria hasta que en el congreso de la CNT de 1931 en Madrid logró un apoyo en masa ante las tesis faístas. En este mismo congreso apoyó la ponencia sobre la «Posición de la CNT hacia las Cortes Constituyentes» en la que se defendía que la proclamación de la República podría suponer un avance para la clase trabajadora. Esta ponencia fue aprobada con algunas modificaciones pese a la oposición de los sectores faístas que veían un apoyo a la maquinaria política burguesa. También en 1931 firmó junto con 29 otros destacados cenetistas, entre los que se encontraba Ángel Pestaña, el «Manifiesto Treintista», donde se analizaba la situación económica y social de España y se criticaba tanto el gobierno republicano como los sectores cenetistas más radicalizados.

La reacción de estos provocó la dimisión de Pestaña de su puesto en el comité nacional de la organización y la salida de los sindicatos de Sabadell a los que posteriormente se añadieron otros que acabaron constituyendo un bloque denominado «sindicatos de oposición ». Aunque Peiró participó en esta escisión no tuvo responsabilidades destacadas e intentó establecer puentes para evitar la ruptura definitiva. La unificación se produjo en 1936. Tras el levantamiento de los militares rebeldes, Peiró actuó de vicepresidente del Comité Antifascista de Mataró, enviando a sus hijos al frente. Defendió la entrada de la CNT en los gobiernos de Cataluña y España y planteó una República Social Federal como forma de Estado para cuando terminara la guerra. Con García Oliver, Federica Montseny y Juan López fue uno de los cuatro ministros anarquistas en el gobierno de Largo Caballero, encargado de la cartera de Industria. Desde este lugar elaboró ​​el decreto de incautaciones e intervención en la industria y proyectó la creación de un banco de crédito industrial, aunque muchos de estos proyectos fueron recortados o diluidos por Negrín. A la caída del gobierno de Largo Caballero volvió a Mataró ya la Cooperativa del Vidrio, dedicándose también a dar conferencias sobre su paso por el gobierno ya publicar duros artículos contra el PCE por sus actuaciones contra el POUM.

 En 1938 entró de nuevo en el gobierno, ahora presidido por Negrín, aunque no con el rango de ministro sino de comisario general de Energía Eléctrica, manteniendo una actitud antiderrotista y proponiendo una cierta revisión del anarcosindicalismo a la luz del desarrollo, la revolución y la guerra. El 5 de febrero de 1939 cruzó la frontera francesa, siendo brevemente detenido en Perpiñán, desde donde fue a Narbona para reunirse con su familia. Más tarde se marchó a París con el objetivo de representar la CNT en la Junta de Ayuda a los Refugiados Españoles (JARE), con la misión de sacar los refugiados cenetistas de los campos de concentración franceses y facilitar su traslado a México. Tras la invasión nazi intentó huir, pero fue detenido cuando se dirigía a Narbona y devuelto a París, donde las autoridades francesas emitieron contra él una orden de expulsión del país al objeto de apartarlo de la acción de la Gestapo y así pasar a la zona no ocupada y después en México. Pero fue detenido de nuevo por las tropas nazis y llevado a Tréveris (Alemania). En enero de 1941 el Ministerio de Asuntos Exteriores franquista solicitó su extradición, que se materializó en Irún el 19 de febrero del mismo año, incumpliendo las leyes francesas e internacionales. Se le trasladó a la Dirección General de Seguridad de Madrid, donde fue interrogado y sometido a malos tratos (perdió algunos dientes).

 Iniciado el proceso y aplazado excepcionalmente, se le trasladó a Valencia en abril de 1941. En diciembre de este año se abrió el proceso sumarial en el que Peiró contó con testigos a su favor emitidos por instituciones y personas del nuevo régimen (militares, falangistas, religiosos, jueces, funcionarios de prisiones, empresarios, gente de derechas, e incluso de un futuro ministro de Franco, como Francisco Ruiz Jarabo). Aún así, su reiterada negativa a la propuesta del gobierno de dirigir los sindicatos franquistas determinaría su condena. En mayo de 1942 el fiscal formuló las acusaciones, un mes más tarde le fue asignado el defensor militar de oficio y el 21 de julio fue pronunciada la sentencia de muerte. El 24 de julio de 1942 sería fusilado con seis cenetistas más el campo de tiro de Paterna. Algunas de sus obras publicadas: Trayectoria de la Confederación Nacional del Trabajo (1925), Ideas sobre sindicalismo y anarquismo (1930), Peligro en la retaguardia (1936), De la fábrica de vidrio de Mataró al Ministerio de Industria (1937), Problemas y cintarazos (1938).

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