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miércoles, 9 de octubre de 2013

INTERIOR MANTIENE AL MANDO DE 250 POLICIAS A UN COMISARIO ACUSADO DE TORTURAS


Interior mantiene al mando de 250 policías a un comisario acusado de torturas

“A cada lado se puso un policía. Eran José Ignacio Giralte y Jesús González Reglero. Me decían que bajara la cara y cada vez que lo hacía me golpeaban en ella. Por la espalda recibí golpes, incluidos los que me propinaban con las cadenas con las que fui detenido, y patadas en la entrepierna. Según me iban golpeando, me decían: ‘Di que tu madre es una puta, di que tu padre es maricón…".

Son palabras de Alfredo Rodríguez Bonilla, antiguo militante de las Juventudes Comunistas, torturado en la Dirección General de Seguridad en febrero de 1975. De los dos policías que señala, uno está muerto, José Ignacio Giralte, pero el otro es Jesús González Reglero, en la actualidad el comisario al frente de Leganés, localidad madrileña de 186.000 habitantes que cuenta con una comisaría en la que están destinados 250 agentes.

El testimonio de Rodríguez Bonilla está incluido en el auto de María Servini, por el que la jueza argentina ha abierto un proceso contra cuatro presuntos torturadores de las Fuerzas de Seguridad franquistas. Dos de ellos han fallecido –el citado José Ignacio Giralte y Celso Galván– y otros dos siguen con vida: Antonio González Pacheco, alias ‘Billy el Niño’, y el guardia civil Jesús Muñecas. En el prolijo auto –204 folios– aparecen mencionados otros muchos policías a los que la jueza, por el momento, no ha decidido imputar. Se trata de agentes que participaron supuestamente en las torturas, pero en un segundo nivel de mando. Es el caso de González Reglero, en aquel tiempo inspector y que hoy luce en su hombro los tres laureles enmarcados de comisario principal, el máximo escalafón del Cuerpo Nacional de Policía.

González Reglero ha recibido varias condecoraciones, entre ellas la más importante en vida, la Medalla de Plata al Mérito Policial, y en dos ocasiones, la Medalla Roja. La primera va acompañada de un incremento salarial del 15%, mientras que la Roja supone un incremento del 10%, acumulable hasta en dos ocasiones. Aunque la Medalla Roja fue instaurada para aquellos agentes que habían puesto en peligro su vida durante un acto de servicio, la condecoración hace años que es otorgada por la Junta de Gobierno de la Policía sin que se haya dado este requisito.

"Comisario torturador"

El pasado franquista del comisario de Leganés no ha pasado desapercibido en el municipio. A pocos metros de la comisaría aparecieron hace dos semanas pintadas alusivas. “Comisario torturador franquista”, “Verdad, justicia y reparación, comisario torturador, asesino” y “Comisario franquista, fuera de Leganés” fueron los mensajes, bien visibles en el centro de la localidad, que fueron borrados días después por los servicios de limpieza. El Ministerio del Interior declinó hacer ningún comentario sobre el pasado de González Reglero y un portavoz oficial remitió a la contestación que se dará a la pregunta formulada al respecto por el diputado del PSOE Rafael Simancas. Según ha podido saber eldiario.es, la aparición de las pintadas fue comunicada a la Brigada Provincial de Información, encargada de combatir, entre otros, a los grupos denominados de “extrema izquierda”.

El 25 de octubre de 2012, la Jefatura Superior de Policía de Madrid publicó una nota de prensa informando de que el día anterior había tomado posesión un nuevo comisario en Leganés. La práctica totalidad de la nota estaba dedicada a glosar la trayectoria de González Reglero desde que pasó a formar parte de dicha Jefatura en 1987. De los años anteriores sólo se decía que había ingresado en la Policía en 1968 y que había pasado por varios destinos, como la Comisaría General de Policía Judicial, dedicada al combate de los distintos tipos de delitos “comunes” a nivel nacional. Nada decía de los años que van desde su ingreso en la Policía a 1987.

La Brigada Antigolpe

El primer Gobierno socialista eligió en 1982 al comisario Manuel Ballesteros para dirigir la lucha antiterrorista. Ballesteros sacó del grupo contra los GRAPO a su jefe, el ya célebre ‘Billy el Niño’, y lo envió a dirigir la Brigada Antigolpe. Los responsables de Interior de aquella época pensaron que nadie mejor para combatir las tramas golpistas que aquellos con mejores contactos en la extrema derecha.

“Siempre antepusieron sus obligaciones con el Estado a sus inclinaciones políticas”, comentó el martes en conversación telefónica con eldiario.es Rafael Vera, el secretario de Estado para la Seguridad de la época. González Pacheco, como publicó  El País en octubre de aquel año, se llevó a la nueva brigada a sus más destacados subalternos. “El Grupo antiGRAPO, que dirigía ‘Billy el Niño’ estaba considerado, incluso en medios policiales, como uno de los más duros durante la época de la más fuerte represión franquista, y la relación de algunos de sus miembros –entre ellos, Baldomero Araujo o los hermanos Reglero– con personas de la extrema derecha es bien conocida en medios periodísticos”, recogía el citado artículo.

Porque los comisarios González Reglero son dos. Y no sólo Jesús está en activo. La ciudad de Getafe, limítrofe con Leganés, es otra de las grandes ciudades del sur de Madrid, con 170.000 habitantes y una amplia comisaría. Al frente de ella está desde 2010 Miguel Ángel González Reglero, el mismo al que las crónicas de la época situaban junto a su hermano en los círculos de la Policía próximos a la extrema derecha.

Los dos hermanos son responsables de la seguridad de más de 350.000 personas, residentes en dos núcleos de tradición obrera en Madrid, donde aún residen algunos de los maltratados en aquella sede de la Dirección General de Seguridad. Cerca de Leganés, en el barrio madrileño de Carabanchel, fue detenido Alfredo Rodríguez Bonilla, en el transcurso de una protesta de las Juventudes Comunistas contra la “carestía de la vida”. Los jóvenes militantes cortaron la carretera con una cadena. Cuando fue conducido a la sede de la Brigada Político Social, Rodríguez Bonilla se encontró al hoy comisario de Leganés con la cadena en la mano, “sonriendo y haciéndola girar”.

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