Páginas

lunes, 8 de abril de 2013

MARGARET THATCHER LA MUJER QUE ESCLAVIZO EL MOVIMIENTO OBRERO


Margaret Thatcher, la mujer que esclavizó el movimiento obrero

Margaret Thatcher ha muerto de un infarto cerebral a los 87 años de edad. Once de ellos los pasó gobernando con mano implacable desde el número 11 de Downing Street. Amiga de Augusto Pinochet, al que visitó durante su exilio británico, fue fiel seguidora de las políticas neoliberales agresivas de los Chicago Boys. La Dama de Hierro se ganó su apoyo a base de reprimir con crueldad el movimiento obrero, llevar a Gran Bretaña a una guerra en una pequeña isla contra Argentina y permitir que varios huelguistas murieran de hambre sin atender sus peticiones en Irlanda del Norte. Sus reformas pusieron los cimientos de la hegemonía económica continental que vive hoy el país, pero sus habitantes lo pagaron caro, por la merma de derechos laborales y protección social que padecieron.

 La estela de Pinochet

 La líder tory se caracterizó por llevar a cabo unas políticas neoliberales muy ambiciosas de la mano del pensamiento económico de Milton Friedman y Friedrich Hayek. Este último llegó a mandarle una carta a la primera ministra para pedirle que implementara en Gran Bretaña las políticas económicas que Pinochet estaba llevando a cabo en Chile. Thatcher llegó a reconocerle a Hayek que esas políticas no son compatibles con una democracia occidental, como explica Naomi Klein en su libro La doctrina del Shock. A pesar de ello, la Dama de Hierro encontró el modo de llevar a cabo en su país una serie de reformas neoliberales de un calado desconocido hasta entonces en Europa.

 “Parásitos”, por utilizar los servicios públicos

 Thatcher era una defensora a ultranza del individualismo. Consideraba que el individuo era centro de la sociedad y el que debía proveerse de todo lo necesario para subsistir. De hecho, la líder tory llegó a declarar que “no hay tal cosa como ‘la sociedad’”. Thatcher consideraba la pobreza un defecto de la personalidad y acusaba a los homeless de estar en su situación por propia responsabilidad, pidiendo casas al estado sin hacer nada para cambiar su situación. Incluso, llego a denominar como “parásitos” a todos aquellos ciudadanos que usaban los servicios públicos. Es por esto que llegó a reducir en casi seis puntos los programas sociales de ayuda. “Debemos respaldar a los trabajadores, no a los gandules”, dijo Thatcher dentro de su campaña de criminalización contra los más pobres, que Owen Jones recogió en su libro, Chavs, la demonización de la clase obrera.

 Viviendas caras y más indigentes

 Una de las medidas tomadas por Thatcher que definían su carácter liberal fue la venta de las Council houses mediante el acta del Parlamento de 1980, denominada Housing Act. Esta ley permitió a los especuladores enriquecerse con las viviendas sociales y aumentó de manera significativa el número de indigentes y el precio de la vivienda. Las desigualdades con Thatcher fueron otra de las situaciones que aumentó hasta niveles desonocidos en Gran Bretaña. Cuando la Dama de Hierro accedió al poder en 1979 el nivel de pobreza era del 13,4%. Cuando dejó el gobierno en 1990, el índice alcanzaba el 22%.

 Las privatizaciones y el movimiento obrero

 Thatcher llevó a cabo un proceso desnacionalizador sin precedentes. Su política agresiva de privatizaciones llevó a bajar el peso del Estado en el PIB, en apenas cuatro años (1979-1983), de un 10,5% a un 6,5%. En este tiempo, privatizó el 20% del sector público británico, con empresas como la British Gas, British Telecom y la distribución de aguas.

 Huelgas masivas de mineros

 Pero sin duda uno de los sucesos que marcaron los 11 años de gobierno de Margaret Thatcher fue la huelga de los mineros que comenzó en marzo de 1984 en la localidad de Brampton, un reducto de izquierdas obrero en South Yorkshire. La empresa nacional anunció el cierre de la mina de Cortonwood, pero los mineros no se creyeron las promesas de recolocación del gobierno y se declararon en huelga. Los de Brampton pidieron el apoyo del resto de zonas mineras y los trabajadores de Yorkshire, Escocia, Gales del Sur, Kent, Durham y Northumberland se unieron al paro.

 Erradicar los sindicatos

 La huelga era la oportunidad que Thatcher esperaba para erradicar el movimiento obrero y acabar con los sindicatos, a los que consideraba una amenaza para el libre desarrollo del individuo. La lucha de clases, como calificó el conflicto el líder sindical Arthur Scargill, la ganó la Dama de Hierro después de casi un año de lucha.

 Margaret Thatcher ha muerto hoy, después de desatar los “perros de la codicia”, como expresó el escritor Manuel Vicent.

No hay comentarios:

Publicar un comentario