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martes, 11 de diciembre de 2012

ECOS SILENCIADOS DEL AMIANTO


Ecos silenciados del amianto

(la foto no es del articulo) El amianto o asbesto es un mineral de fácil obtención, flexible y resistente a altas temperaturas. Esas características lo convirtieron en la década de los 70 en un recurso casi inagotable para fabricar materiales de construcción. La inhalación de fibras de asbesto puede producir formación de tejido cicatricial (fibrosis) en el interior del pulmón. El tejido pulmonar cicatrizado no se expande ni se contrae en forma normal. A eso se le llama asbestosis. La gravedad de la enfermedad depende de cuánto tiempo la persona estuvo expuesta al asbesto y de la cantidad inhalada. Con frecuencia, las personas no notan síntomas durante un período de 20 años o más después de la exposición. Además, puede causar mesotelioma maligno, que puede desarrollarse de 20 a 40 años después , y derrame pleural.

 Aunque existieron protocolos sobre la utilización del amianto, no fue hasta 2001 cuando se estableció en España la prohibición de utilizar, producir y comercializar fibras de amianto y productos que las contengan. Pese a ello, a día de hoy no existe una descripción completa de las enfermedades profesionales causadas por el amianto. Ahora, un proyecto de investigación de la Subdirección General de Sanidad Ambiental y Salud Laboral del Ministerio de Sanidad y del Departamento de Historia de la Ciencia de la Universidad de Granada ha querido conocer la incidencia durante el período 1962-2010 de las asbestosis y otras enfermedades pulmonares benignas por amianto reconocidas como profesionales. Según las conclusiones de este estudio realizado por Montserrat García, Alfredo Menéndez-Navarro y Rosario Castañeda en España puede existir un escaso reconocimiento del origen profesional de estas enfermedades. Los sectores más afectados fueron el del fibrocemento y el naval y la incidencia más alta se dio en la Comunidad Valenciana. La asbestosis se encuentra actualmente en regresión en todos los países europeos excepto en España. Desde 1963 hasta 2010 se reconocieron 815 asbestosis y 46 afecciones fibrosantes de pleura y pericardio. Una cifra muy por debajo de los estadísticamente probable.

 La evolución de la cifra de casos conocidos de asbestosis en España presenta una ligera tendencia creciente desde finales de los años setenta, que resulta coherente con los períodos de latencia de la asbestosis, de entre 10 y 20 años, y las cifras de consumo de amianto, mayores a partir de 1968. El trabajo considera que han existido muchos casos que no se han declarado y por tanto se ha desestimado el origen laboral de su enfermedad.

 Según explica el estudio "la primera consecuencia de ello es la privación a las víctimas de sus derechos en términos de prestaciones y de reconocimiento social". La segunda es la "socialización de los costes de la enfermedad que son transferidos desde las empresas responsables de las exposiciones laborales causantes de la misma a la ciudadanía general y a los Servicios de Salud".

 Hay casos cercanos en los que eso, pese al lento caminar de las administraciones de justicia, no ha sido así: a principios de este año un tribunal de Turín, Italia, condenó a 16 años de cárcel a dos ex directivos de la multinacional Eternit por haber provocado la muerte de 3.000 personas con el uso de amianto en sus materiales de construcción, en un enorme proceso judicial que podría abrir un precedente internacional.

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