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viernes, 17 de agosto de 2012

CNT-AIT GRANADA - NOTA DE PRENSA SOBRE MERCADONA


Nota de prensa sobre Mercadona

Ya Guy Debord nos hablaba en su “Sociedad del Espectáculo” de un mundo atrofiado e incapaz de hacer análisis y solo susceptible a la excitación de la publicidad que llegan por los medios de comunicación de masas, debido a la sustitución de la representación a todo lo que fue realidad, y la colonización de la mercancía sobre la vida social.

    Solo de semejante patraña se puede lograr la convicción de que una empresa, en este caso Mercadona, nos venden la moto de ser la empresa que ha conseguido contratar a 6.500 trabajadores en estos tiempos de crisis.

¿Fuente de algún organismo objetivo o al menos ministerial? O más interesante todavía: ¿datos de despidos y de sus características? No hay nada, ¿acaso temen unas cifras multiplicadas por el doble a su sacrosanta nota publicitaria de “los 6.500”?

    Durante muchos años nos vendieron el cuento de Mercadona como el supermercado más barato. Hoy en día sabemos que eso no es así, por múltiples estudios, entre ellos, los de la propia OCU. No citaremos cuáles son los más baratas, no vamos a hacer publicidad de otras empresas que, a fin de cuentas, son también otros  explotadores que no se cortan lo más mínimo en despedir a sus empleados ante cualquier motivo economicista, pero es obvio que hay mucho mito sobre la empresa de Juan Roig.

    Pero lo que ocurre en Mercadona ya es preocupante. El índice de conflictidad que hemos registrado en nuestro sindicato es superior a cualquier supermercado que hayamos conocido, y hemos tenido presencia sindical en varios de ellos. En algunos casos hay hasta reincidencia, como es el ejemplo del delegado sindical de CNT en el centro de Loja, donde fue despedido hace 4 años, en el que tras un largo conflicto sindical, tuvieron que ser los jueces del Tribunal Superior los que reconociesen el despido nulo. No hablamos de despido injusto que eso hasta lo reconocieron los jueces en Granada. Hace apenas unos meses Mercadona volvió a despedir a nuestro compañero en semejantes circunstancias, iniciándose nuevamente un conflicto sindical, bajo las mismas excusas falsas y en grandes cantidades para esconder la realidad de la condición de luchador sindical de nuestro compañero. Los jueces en Granada siguen en la misma línea de hace 4 años, reconociendo el despido improcedente e injusto, pero no el nulo (que es distinto y no se reconoce aún cuando se tenga en razón en el ámbito jurídico laboral, tan solo en el penal), a la espera de lo que se podrá hacer en el recurso, donde hasta nuestro compañero y el sindicato ya se cansan un poco ante la poca firmeza de la ley española en la protección del empleo.

    Recientemente el sindicato ha asumido un conflicto que se da a menudo en Mercadona: una trabajadora, ya veterana, despedida acusada de robar... ¡1,19 euros! A uno se le ocurre qué se le pasa a alguien en la cabeza para que en una acusación, sea falsa o real, no le dé el dinero, y fin de la historia. Que por lo demás, uno sabrá distinguir entre hurto y robo. Y también, cómo una empresa asume un papel, que se supone que es de un juez, al determinar si alguien es culpable o inocente. Porque facultar a la empresa el poder de la violación de ese reconocimiento internacional consistente en que alguien es inocente hasta que se demuestre lo contrario, es dar un poder que algunos poderes ejecutivos de algunos países del mundo han sido condenados por violación de derechos humanos. Y aquí en España, aquí en Granada, está pasando. No solo con esta trabajadora, sino con muchas trabajadoras. De hecho entre los meses de mayo y julio de 2012 escuchamos noticias de familiares de ese mismo centro o ligados a ese centro de tres casos semejantes, por no mencionar los despidos por otras causas igualmente sospechosas.

    En el caso que hemos asumido, el de Conchi, se trata sin dudas de una simple trampa que se realiza cuando un trabajador empieza a cobrar “bastante” plus de antigüedad (un complemento salarial que tienen casi todas las empresas de este país) o tiene alguna característica que le hace poco interesante y hasta hostil a la empresa contra un empleado. Un error de caja, cometido por un compañero, sobre un congelado que llevaba encima, sin esconder, la compañera (los trabajadores de Mercadona acostumbran a comprar en su mismo centro al final de su jornada), fue la causa de la acusación que ni entró en el debate ni en la discusión, sino en la inmediata aparición del encargado para comunicarle que está despedida.

Desde entonces, recurrió al sindicato, que ha iniciado nuevamente una campaña de boicot hasta el reconocimiento de las reivindicaciones de nuestra compañera y de la situación vejatoria, falsa e insultante a la que se vio sometida, a lo que algunos de los representantes de aquel centro de Mercadona han aumentado con mentiras añadidas que han contado a algunos clientes a fin de justificarse (tales como “es que no fue la primera vez que lo hacía”; acusación falsa que nunca han dicho ni en el despido ni en ninguna otra parte, tan sólo ahora, y que se contradice con el “10” que pusieron a Conchi en Lealtad un mes antes de su despido), acusaciones que no se atreven a repetir cuando, en las concentraciones, Conchi se encontraba delante de ellos, normalmente avergonzados y conscientes de su infamia, a pesar de los intentos de los concentrados en ver, al menos, su versión del tema.

    Mientras tanto, ya se ha celebrado el juicio y estamos a la espera de la sentencia. Quedó amargo el sabor de las prisas de la jueza durante el juicio, donde ni se molestó en escuchar a nuestra parte, prometiendo leer los escritos, todo porque la jueza intentó presionar a la trabajadora a aceptar la oferta de Mercadona, oferta que no se puede aceptar por ser sólo tres duros y por no reconocer la infamia que han realizado contra nuestra compañera. Es desalentador que una jueza, antes de un juicio, no considere estas cuestiones de simple justicia, y que se dedique a celebrar un juicio de mala gana y hasta intentando “castigar” a la trabajadora por no aceptar su consejo. Confiamos que tras el desaire se limite a dictar sentencia con total profesionalidad, porque el despido injusto y la falsedad de las acusaciones es algo obvio que vio hasta la propia policía in situ durante las concentraciones.

    Irregularidades e injusticias que, nos tememos, no terminarán con nuestra compañera Conchi, sino que se repetirán en esta empresa mientras las personas no sean conscientes de la realidad, los clientes actúen con responsabilidad en su consumo y los medios de comunicación sigan cogiendo sin más el dinero de anuncios a cambio de no anunciar ciertas noticias o versiones de lo que pasa. Como dijo alguno, libertad de prensa sí, pero también libertad de veracidad. Porque por ahora, nadie ha dicho que lo que haya dicho Conchi, o Tato (nuestro compañero delegado en Loja) sea mentira, sino sencillamente ignorarles o decirles que podría haber sido peor y fin de la historia. Pero el fin de la historia continúa con nuevos despìdos y con las familias de estos en peligro o directamente destrozadas, y no hay fin. Pero eso, ¿a quién le importa?

CNT-AIT Granada

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