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jueves, 7 de junio de 2012

CARTA DE UN INVESTIGADOR A ANGELA MERKEL



Querida Angela,

Disculpa que te escriba en castellano, pero mi nivel de alemán es similar al de un orangután de Borneo en época de apareamiento. Puedes pedir a tus colegas Zapatero o Rajoy que te traduzcan esta carta. Ambos son celebrados políglotas, como supongo descubriste en las reuniones del Consejo Europeo.

Ahora en serio. Uno de los aspectos que poca gente conoce de ti, es que eres doctora en física. Entre 1978 y 1990 fuiste investigadora en la prestigiosa Academia de Ciencias de Berlín y publicaste importantes artículos en el campo de la química cuántica. Supongo que eso ayuda a explicar por qué, mientras España recortaba su inversión en ciencia un 35% desde el comienzo de la crisis, Alemania la aumentaba un 20%.

Angela, te envío esta carta porque cada día estoy más preocupado de que tu gobierno nos haga un griego a los españoles. Sí, ya sabes, que vengáis al “rescate” y nos impongáis reformas similares a las que habéis forzado en Grecia: cambio de la Constitución para que el pago de la deuda tenga prioridad sobre cualquier gasto social, descenso del salario mínimo un 23%, recorte de pensiones y gasto sanitario, etc.

Desde que comenzó el “rescate”, el desempleo en Grecia se ha duplicado, el salario medio ha caído un 30% y se han disparado el número de personas sin hogar y los suicidios. Bravo, Angela, sois unos fenómenos de la empatía y la solidaridad humana.

Se dice que España debe hacer recortes porque “nuestro gasto social es insostenible”. Una y otra vez nos repiten que “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”.

El problema de esos argumentos es que se desmoronan cuando uno mira los datos. El gasto público de Francia corresponde al 56% de su PIB, Portugal 49%, Grecia 50%, Irlanda 49%, Italia 50%. Incluso los británicos, ¡tan liberales ellos!, tienen un gasto público del 49% de su PIB. El gasto público en España es el 43% del PIB, 6 puntos por debajo de la media en la eurozona. (Fuente: Eurostat, 2011).

Si acabamos intervenidos no será por el exceso de gasto social, sino por el agujero financiero de nuestros bancos.

A los banqueros les encanta alabar las virtudes del capitalismo. Permíteme que les recuerde cómo funciona el sistema capitalista, pues parece que lo han olvidado de repente. Cuando una empresa toma decisiones erróneas o está mal gestionada, la empresa se va a la quiebra. Nadie obliga a un banco a conceder un crédito o una hipoteca. Durante el boom, los bancos dieron hipotecas a mansalva porque creían que era el negocio perfecto. Pero la burbuja estalló y ahora nos exigen que compensemos sus pérdidas con dinero público.

Mi tío es charcutero, pero cuando su negocio va mal, él no puede pedir una inyección financiera del Estado. Resulta que Rodrigo Rato sí puede. Más irónico aún: los ciudadanos estamos pagando por los excesos de los banqueros. Te aseguro que los recortes en sanidad pública no afectan demasiado a Emilio Botín. Nuestro capitalismo es digno de los Monty Python.

Angela, hasta aquí he sido educado. Pero si no podemos arreglar esto por las buenas, lo haremos por las malas. Como se os ocurra ponernos la mano encima, deportaremos inmediatamente a todos los alemanes que se tuestan en nuestras playas. Ya verás tú cuando esos angelitos se encuentren de vuelta en Kiel y descubranque el mar Báltico es un poco más fresquito que el Mediterráneo. Te van a organizar una revolución que ríete tú de ya-sabes-quién.

Como gesto de buena voluntad, te propongo que salgamos juntos a disfrutar de una noche de música techno por las discotecas de Berlín. Quién sabe, quizás surge el amor y acabamos retozando al amanecer bajo la cúpula del Bundestag.

No te preocupes, yo pago los profilácticos.

Dr. Alberto Sicilia.

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