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viernes, 27 de enero de 2012

Los trabajadores de astilleros tomarán la calle con «duras protestas» para reclamar carga de trabajo

Los astilleros de la Bahía se echan a la calle en demanda de carga de trabajo. Llevan meses avisando del problema que arrastran las plantas. El próximo martes, los trabajadores de la factoría de Puerto Real celebrarán una asamblea donde se analizará la situación y se detallarán las acciones. El comité de empresa ha mantenido en las últimas semanas varios contactos con la dirección de Navantia para aclarar cuáles son las expectativas de futuro. De momento, el astillero de La Isla entregará el próximo 6 de febrero a la Armada el tercer BAM, y el de Puerto Real, hará lo mismo a final de mes con el último barco de Venezuela. A partir de ahora la situación es crítica para los astilleros. Se han quedado sin carga de trabajo.


Los portavoces de los trabajadores han optado por trasladar a la calle la difícil situación por la que atraviesan las plantas gaditanas con el fin «de concienciar y convencer a la Bahía de que si los astilleros cierran habrá un efecto dominó en el tejido industrial». El presidente del comité de la factoría de Puerto Real, Ramón Linares, destaca que «no se puede perder más tiempo con la firma de la segunda fase de los BAM, que incluye la construcción de otros cinco buques para la Armada». El Gobierno socialista autorizó en 2010 este proyecto, «pero ha dejado el poder sin la firma definitiva». En este sentido, los portavoces de los trabajadores quieren presionar al nuevo Gobierno del PP para que concrete cuánto antes el proyecto de los BAM y autorice su construcción. Medio millar de trabajadores de los astilleros se echará a la calle la semana que viene en demanda de carga de trabajo y harán ruido. Navantia ha desplegado una importante acción comercial en los dos últimos años, pero aún no ha recogido los frutos. De momento, no hay nuevos contratos para la construcción naval.

En las plantas de Puerto Real y San Fernando solo quedan tres barcos en la línea de montaje. Los tres buques abordan su última fase de construcción. Mientras tanto, en el astillero de Cádiz, sigue la entrada a cuentagotas de buques para su reparación. Este es el panorama que presentan las tres plantas gaditanas para 2012 después de seis años a pleno rendimiento con la construcción de 14 barcos, dos de ellos civiles.

¿Cómo se ha llegado a esta situación? Los últimos acuerdos para la construcción naval se cerraron entre 2006 y 2007, desde entonces Navantia no ha logrado cuajar nuevos contratos. Sin embargo, sí que ha desplegado una importante acción comercial por más de una veintena de países. La entrada en 2009 de Aurelio Martínez en la presidencia de Navantia en sustitución de Juan Pedro Gómez Jaén supuso un revulsivo para la compañía, que se abrió al resto del mundo ofreciendo toda su oferta de construcción militar. Durante la etapa de Martínez, Navantia optó a concursos en Australia, Turquía, Canadá, mientras que siguió su relación con Venezuela, Brasil, Filipinas y Noruega. Martínez cedió el testigo en febrero de 2011 a Luis Cacho, nuevo consejero delegado de Navantia, que desde entonces ha tratado de consolidar las relaciones internacionales con los clientes potenciales de la empresa. En este corto tiempo de gestión ha metido cabeza en Estados Unidos, donde el Gobierno de Obama quiere renovar la flota de sus barcos guardacostas, pero se trata de un contrato de colaboración con los astilleros de aquel país. Igualmente, está en juego la posibilidad de que las plantas gaditanas sirvan de taller especializado para los barcos norteamericanos que vendrán en Rota para formar el denominado escudo antimisiles.

Muchos proyectos, pero pocos resultados a corto plazo. La crisis y la competencia que ejercen los astilleros asiáticos han dado al traste con las expectativas de Navantia en el mercado internacional. La compañía ofrece calidad y tecnología, mientras que los gobiernos son ahora más partidarios de la transferencia tecnológica. Es decir, pagar por la ingeniería y su aprendizaje y, a su vez, hacer el barco sin salir del país. Este es el caso de Brasil, donde Navantia tiene todas las papeletas para llevarse el gato al agua la próxima primavera en la construcción de once buques: cinco fragatas, cinco patrulleros y un buque logístico. El presidente del comité de empresa de Puerto Real, Ramón Linares, de CC OO, reconoce que este acuerdo es muy importante para la compañía, pero no genera actividad en las plantas españolas.

En la misma situación se encuentra Venezuela, que ha dejado sobre la mesa la posibilidad de ampliar el contrato actual para cuatro barcos más: dos patrulleros y otros dos buques de vigilancia. El Gobierno de Hugo Chávez insiste en que la transferencia tecnológica sea el denominador común de los nuevos acuerdos que se firmen con España. El mes que viene se entregará a la Armada bolivariana el séptimo buque construido en la Bahía. Se trata del 'Kariña'. Una vez que abandone el dique de Matagorda, la planta de Puerto Real quedará totalmente vacía. Como dato, en los dos últimos años, la industria naval de Cádiz ha perdido 2.500 empleos. Navantia ha ido entregando barcos, pero no ha generado nuevos contratos. La industria auxiliar ha pagado las consecuencias de la inactividad.
 
fuente: http://www.lavozdigital.es/cadiz/v/20120127/cadiz/astilleros-tomaran-calle-duras-20120127.html

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