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martes, 15 de noviembre de 2011

«¿Por simpatizar con la CNT? Es increíble»

Doce días después de su detención siguen sin poder dar crédito a lo sucedido. Casi dos semanas en las que, con los ánimos decaídos y sin una explicación lógica, no han dejado ni un segundo de pensar en que todo acabe con la vuelta a casa de los tres jóvenes. El hecho de que aún no hayan podido comunicarse con ellos ayuda poco a unos padres que, sin saber el paradero de sus hijos, de golpe y porrazo se enteraban de que no solo habían sido juzgados en un país que no era el suyo sino que ya se encontraban en prisión cumpliendo condena. «¿Presos por simpatizar con la CNT? Es increíble... ¿pero en qué tiempos vivimos?», denuncian.


Adrián A. H., de 30 años, y Miguel A. P., de 24, ambos de Logroño, fueron arrestados por la Gendarmería francesa junto a Xavier U. E., de 26 y vecino de Pamplona, antes de las movilizaciones de protesta pacífica que iban a tener lugar el 2 de noviembre en Niza. Los tres jóvenes se disponían a participar en una manifestación contra la cumbre del G-20 en Cannes cuando eran detenidos. Registraron su coche y les quitaron las pertenencias. Sin motivo aparente ni causa alguna. Un piolet en el maletero, propiedad de Miguel al practicar habitualmente montañismo, era utilizado para condenarles a cuatro meses de cárcel además de prohibirles la entrada en la región de los Alpes-Marítimos durante los próximos tres años por «tenencia y transporte de armas de sexta categoría con tentativa de organizar actos violentos contra las personas».

Joaquín, padre de Adrián, y Miguel y Charo, de Miguel, se reunieron ayer en Logroño con miembros del grupo de apoyo -también estaba prevista la asistencia de los padres de Xabier- para conocerse y poner en común la poca información de la que disponen. Y es que se da la circunstancia de que a día de hoy ni unos ni otros han podido contactar con sus hijos. «Lo de las autoridades españolas es de vergüenza», explica Joaquín, en cuyo caso se enteraba de la detención de Adrián el 3 de noviembre a través del abogado de oficio y no obtenía comunicación oficial vía mail hasta cinco días después, cuando el Consulado General de España en Marsella le adjuntaba «la información necesaria para enviar dinero a su hijo» remitiéndole las señas para poder escribirle.

Miguel y Charo, sin embargo, conocían lo sucedido después de que el citado grupo de ayuda les localizase. «Las familias hemos sabido del caso por los grupos de apoyo antes que por la Embajada y eso deja bastante que desear», dice Miguel. ¿Y el padre de Xabier? «Llegó a desplazarse desde Pamplona pero le denegaron la visita», nos cuentan. En definitiva, que les dicen que están bien pero siguen sin poder hablar con ninguno. De hecho, el coche en el que viajaban está a nombre del padre de Miguel... «y aún estoy esperando a que me llamen».

Excepticismo

«Tratándose de grupos antiglobalización, gente del movimiento indignados y afiliados a la CNT, blanco y en botella, es decir, les importa tres pepinos lo que les pueda ocurrir a estas tres personas», espeta el padre de Adrián. Y es que las familias, a la espera de su liberación -el cumplimiento de solo un mes de condena podría quedarse reducido a tres semanas-, tienen claro que todo responde a motivos políticos. «Conozco bien a mi hijo y sé que no va a abrir la cabeza a nadie con un piolet», sentencia Joaquín, quien como Miguel y Charo desconocían su viaje a Niza. «Sabía que iba a ir al sur de Francia y podía imaginármelo», añade el padre de Adrián, el único de los tres jóvenes afiliados a la CNT.

«Teniendo en cuenta todo lo que invirtió Francia en materia de seguridad para la cumbre del G-20, sin que finalmente pasase nada, han debido querer justificar tal gasto buscando a alguien a quien cargar el muerto», explica. El juicio rápido, según ha trascendido, estuvo salpicado de referencias a la participación de los tres jóvenes en movimientos sociales, manifestaciones e incluso su ideología anarquista. «A alguien había que criminalizar y han sido ellos», coinciden en señalar los tres, quienes tienen serias dudas sobre el juicio por el que se les condenó. «Ni siquiera tuvieron la posibilidad de avisar a su familia para preparar su defensa», concluyen desde el citado grupo de apoyo, que sigue de cerca el caso.

fuente: Javiercampos-kaos

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