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jueves, 28 de abril de 2011

Liquidan Santana, la última empresa andaluza de automoción

La Junta General de Accionistas de Santana Motor acordará mañana la declaración de la liquidación de la única empresa de Andalucía dedicada a la fabricación de automóviles y procederá al nombramiento del liquidador y al cese del consejo de administración al completo.


Tras más de medio siglo de existencia, Santana Motor será ya historia cuando la Junta General de Accionistas dé "jaque mate" en Linares (Jaén) a la compañía automovilística, que quiere reinventarse industrialmente con el Plan Linares Futuro, como ya hizo cuando la explotación de sus minas llegó a su fin.

La decisión se deriva de la situación de crisis internacional y, en particular, de la crisis de la automoción, con una escasa carga de trabajo y la caída de la actividad por la falta de ventas y de pedidos -en 2010 solo se fabricaron 900 vehículos, la mitad por encargo del Gobierno de Rumanía-.

Los números rojos de los últimos ejercicios económicos han pesado en la decisión de cesar la actividad industrial y de darle la "puntilla" a la firma linarense tras varios años inmersa en periodos de regulación temporal de empleo.

La persona encargada de pilotar la "defunción" y alumbrar los primeros pasos del nuevo plan es el todavía presidente de Santana Motor, Bienvenido Martínez, quien será el responsable de la coordinación de la oficina de dicho plan, de gestionar los activos de la automovilística e intentar regenerar la actividad industrial a través de la captación de proyectos y recursos.

Los propios trabajadores convalidaron en referéndum por amplia mayoría el pasado febrero la liquidación de Santana, cuya alternativa, el Plan Linares Futuro, consensuado con los sindicatos UGT y CCOO, fue presentado por la Junta como el programa para la regeneración productiva y económica de Linares y su entorno.

La antigua Metalúrgica de Santa Ana fue creada en 1956 y concebida para la fabricación de maquinaria agrícola, aunque en 1961 comenzó la producción de los potentes Land Rover, que más tarde serían todoterrenos Land Rover Santana.

A mediados de la década de los ochenta, Santana estableció una alianza comercial con la firma japonesa Suzuki Motor, caracterizada por años de bonanza y de buenos resultados, en un periodo que coincidió con la fabricación de los modelos Vitara, Samurai y Jimny hasta que en febrero de 1994 la empresa nipona suspendió pagos.

Ello provocó una reacción sin precedentes en la lucha obrera de Linares y su comarca, con todo tipo de movilizaciones y un calendario de protestas que duró cien días, para evitar el cierre de la automovilística.

El conflicto laboral terminó con 543 trabajadores prejubilados y 357 bajas incentivadas, y con la Junta de Andalucía buscando un socio inversor, que nunca llegó, por lo que el Gobierno andaluz tuvo que hacerse con la titularidad de la propiedad de la compañía, periodo que coincidió con un repunte de la producción y con la fabricación del vehículo Santana Aníbal.

En los primeros años del siglo XXI la Junta nombró a José Manuel Muriel como presidente del consejo de administración, el artífice de un ambicioso plan de diversificación de la producción que tenía como objetivo adelgazar la plantilla de la automovilística.

Así, se creó la división Santana Militar y se consiguió la implantación de nuevas empresas, como Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) para la construcción de vagones de metro y de tranvía, o Gamesa para la creación de aerogeneradores eólicos.

Paralelamente, se estableció una relación comercial con Fiat-Iveco para la fabricación del vehículo Massif en las cadenas de montaje de Santana y se llegó al acuerdo de que la multinacional italiana tendría una opción de compra para quedarse con la compañía, que no llegó a materializarse, como tampoco el supuesto interés que decían tener el grupo ruso Tagaz.

Pese a la liquidación, aún quedan flecos que habrá que rematar en las próximas semanas, como el expediente de extinción de los contratos, el balance de liquidación, el desarrollo y el cumplimiento estricto de los acuerdos incluidos en el nuevo plan, sobre todo el relativo al Plan de Acción Social (PAS).

Además siete nuevas empresas han comprometido ya su implantación en el ahora denominado Parque Empresarial "Linarejos".

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