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lunes, 17 de enero de 2011

La industria auxiliar teme desaparecer si los BAM no entran en producción este año

El cambio de gobierno en Australia retrasa los encargos de su armada para varios submarinos.
El año pinta negro para el sector naval. A pesar de los cuatro nuevos buques que Defensa ha encargado a Navantia, la industria auxiliar sigue sin verlo claro. No basta solo con el compromiso de la ministra, los tiempos son también importantes. Si los barcos no entran en producción antes de final de año, posiblemente no quede ni un solo trabajador externo a la plantilla de los astilleros. Esa es la triste previsión que hace Eugenio Cuadrado, presidente de Fedenaval, la patronal de la industria auxiliar.


El chorreo de despidos ha sido constante mes a mes durante todo el año pasado hasta recortar las plantillas en un 50%. «Al menos 3.000 operarios han perdido su trabajo y los que quedan apenas llegan a un millar», calcula. Para frenar esta sangría sería necesario que la construcción de los cuatro buques comenzara cuanto antes, pero la negociación política aún sigue pendiente.

La diputada nacional por Cádiz, Mamen Sánchez, avanzó el pasado viernes que el convenio se discutirá en el Consejo de Ministros el próximo marzo. Será en esta reunión donde se decida de dónde saldrán las partidas para presupuestarlos. Ese mismo mes está prevista la firma del contrato con Navantia. Además, concretó que el grupo constructor ya está dando pasos previos al inicio de los trabajos, especialmente en lo que respecta a la parte de ingeniería.

El tiempo juega en contra

Pero hasta que no esté todo a punto, la industria auxiliar sigue en la cuerda floja. «Ahora mismo nadie es capaz de dar una fecha para que los cuatro buques entren en produción», señala el responsable de la patronal, que no duda al asegurar que «si estos encargos no entran en producción antes de que termine el año, posiblemente la industria auxiliar naval desaparezca de los astilleros».

La división de reparación es la única que se mantiene a flote, sin embargo, no cuenta con una previsión de carga de trabajo como la de construcción. Eugenio Cuadrado recalca que «los encargos van apareciendo en el tiempo y las expectativas cambian de un mes a otro».

No es necesario buscar interpretaciones a los números para saber cómo ha afectado la crisis a este sector. El líder de Fedenaval indica que al final el primer semestre de 2008 había 6.500 operarios de la industria auxiliar en las tres factorías de Navantia. Ahora apenas queda un millar repartidos entre San Fernando y Cádiz. «Las labores de Puerto Real están practicamente terminadas y sin expectativas de nuevos encargos hasta la llegada de los BAM».

Cuadrado calcula que una vez que estén en producción los cuatro buques habrá empleo al menos para 1.500 operarios. «Estos barcos son una solución inmediata para la carga de trabajo de Navantia, pero mucho me temo que no será efectivo hasta principios de 2012», lamenta.

Encargos en el aire

Pendiente siguen también de varios encargos de la Armada australiana que se interesó por los astilleros de la Bahía para la contruir submarinos y fragatas. En un principio, el convenio tendrían que haber estado resuelto a finales del año pasado, pero las elecciones y el cambio de Gobierno en este país han retrasado el proceso, que seguramente se retomará en el primer trimestre, tal como avanzaron fuentes de Navantia.

Sea como sea, de salir adelante este nuevo encargo tampoco supondría una solución inmediata. Manuel Díaz, secretario de política sindical del MCA de UGT, aclara que «antes de que cualquier pieza entre en producción es necesario un trabajo previo y eso no repercute en la industria auxiliar, más centrada en la parte mecánica».

Díaz asegura que lo único que mantiene los puestos de trabajo son las reparaciones que se llevan a cabo en la factoría de Cádiz, amén de lo que aún queda por terminar en la planta de San Fernando. «Estamos pendientes también de que la Armada Española envíe buques para ello, pero de momento no hay noticias al respecto», avanza. Manuel Díaz reconoce que la situación este año será más difícil y no descarta volver a convocar movilizaciones, no sólo por la industria auxiliar naval, sino por la toda la industria de la Bahía».

Como solución, el responsable sindical apela a una nueva reconversión del sector. «Los países emergentes son una dura competencia y hay que buscar nuevos enforques». A este respecto, recuerda aquella iniciativa por los molinos eólicos marinos, que están en pleno auge en muchos países.

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