Páginas

jueves, 30 de septiembre de 2010

De cuando el PP de Aznar pactaba con el GIL en la Costa del Sol

En 1991, el GIL entró en la vida política de Marbella acabando con el liderazgo socialista que mantenía la alcaldía desde 1979. El PP, harto de su papel en la oposición no pudo evitar aprovechar esa oportunidad para diezmar a los socialistas. Cuatro años después la influencia del GIL llegaba ya a Estepona y Casares, localidades vecinas. En la primera, la llegada a la alcaldía se logró por medio de las urnas, en Casares fue fruto de la compra de ediles de otros partidos, la corrupción era marca de la casa.


El PP gana en territorio

En el 95, los populares se hicieron con las alcaldías de Vélez-Málaga, Nerja, Rincón de la Victoria, Málaga capital, Torremolinos, Fuengirola y Benahavís. El municipio de Benalmádena cayó en manos de Enrique Bollín Pérez-Argemi, un ex militante del PP que se encontraba en el Grupo Independiente de Benalmádena.

Y se hace con la Diputación

Ese mismo año, la cruzada anti PSOE se cerró con un pacto entre el PP y el GIL. Con el voto del GIL el PP obtuvo la presidencia de la Diputación de Málaga. A cambio, los populares se comprometieron a que sus cuatro ediles del municipio de Benahavís votaran al único concejal con que contaba el GIL para que le representara en la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental. Con lo que Gil logró la presidencia de este órgano, ampliando su influencia por toda la Costa del Sol Occidental.

Connivencia

Javier Arenas participó en ese pacto junto a Manuel Atencia. Ángeles Muñoz, actual alcaldesa de Marbella, se encargó de llevarlo a cabo. Poco tiempo después, ambos partidos presentaron una exitosa moción de censura en Manilva contra el alcalde socialista. El GIL, en su línea, compró los votos de otros ediles para que esta saliera adelante con el apoyo de los populares. La alianza no terminó ahí, en el 98 el PP apoyó la revisión gilista del PGOU de Marbella, quedaban aún ocho años para el desarrollo de la operación Malaya, peor las fechorías ya estaban en ejecución.

Gil se 'exporta' a Cádiz, Ceuta y Melilla

Las aspiraciones de Gil y Gil de apoderarse de la costa malagueña fueron más allá cuando aprobó en solitario el PGOU rechazado por la Junta y se decidió por ir a por el triángulo de La Línea, Ceuta y Melilla. Puntos estratégicos para el contrabando que contaban con el malestar de sus habitantes. Oportunidad de oro para extender la mancha de su partido.

Ángeles Muñoz se acerca a Marbella

Alfonso Carlos Gutierrez de Ravé, en aquel entonces presidente del PP marbellí, fue relevado de su cargo tras ser acusado por su propio partido de colaborar con el GIL, actitud que se llevaba desde los niveles más altos en el Partido Popular. Gutierrez de Ravé fue sustituido por una persona de confianza de Arenas: Ángeles Muñoz

El climax de la era GIL

La sustitución de Gutierrez de Ravé se entiende si analizamos que a esas alturas el PP ya se había dado cuenta de en que terrenos pantanosos estaba metido. En el 99 el GIL legó a Mijas, Benalmádena, Estepona, Fuengirola, Manilva, Casares y Ronda. El PSOE se recuperaba a ritmo lento. Fuera de Málaga el GIL llegó a Ceuta, Melilla, La Línea de la Concepción y San Roque. Fue entonces cuando los populares firmaron el pacto para frenar al GIL, un partido que ya acumulaba procedimientos judiciales, muchos de ellos denunciados por el PSOE, y cuyos miembros empezaban la carrera por el sálvese quien pueda, rebelándose incluso contra su propio líder.

El PP se apoya en ex gilistas

El pacto duró poco, ya que los populares abrazaron a los ediles rebeldes, de esta forma con el apoyo de los ex gilistas, el PP logra las alcaldías de San Roque, La Línea y Estepona. La estrategia estaba planeada desde bien arriba del PP andaluz, Javier Arenas, entonces también ministro de Trabajo, veía como su partido avanzaba en la costa andaluza.

Moción de censura

En 2003, con Jesús Gil ya juzgado y condenado por el ‘caso camisetas’, Julián Muñoz gana las municipales y trata de acercarse al gobierno autonómico para cesar a la mente detrás de Malaya, Juan Antonio Roca. Su actitud le cuesta la alcaldía cuando su propio partido, apoyado por los ediles del PA y tres del PSOE entre los que estaba Isabel García Marcos, firman una moción de censura que le otorga la Alcaldía de Marbella a Marisol Yagüe, otra imputada en Malaya.

No se rompe del todo el pacto con el GIL

García Marcos, cuya relación con la promotora Aifos la llevó ante los juzgados, y los otros dos ediles fueron expulsados del PSOE por la moción de censura marbellí. No pasó lo mismo en las filas populares cuando, en 2004, ediles del PP en Ronda apoyaron al PA y el GIL, una moción de censura contra la alcaldesa socialista. Arenas hizo el amago de expulsarlos, pero todo quedó en amenaza.

Se abre la caja de Pandora

Llegó 2006 y la caja de Pandora marbellí se abría ante la atónita mirada de los españoles, que vieron ante sus ojos la trama de corrupción urbanística más grande de la historia del país. Caen Julián Muñoz, Roca, Yagüe, Isabel García Marcos y un nutrido grupo de empresarios y abogados. El Consejo de Ministros aprueba la disolución del ayuntamiento y días después se constituye la comisión gestora de la que estará a cargo el socialista Diego Martín Reyes

Desarrollo de la investigación

2007, detienen a la esposa e hija de Roca, al ex primer teniente de alcalde, Pedro Román y a Isabel Pantoja. El juez Francisco de Urquía es suspendido por su presunta imputación en una pieza desgajada del caso y dentro de la cual posteriormente fue condenado a dos años de prisión. El juez Torres procesa a 86 personas y exige 5.200 millones de euros de fianza para todos ellos. Julián Muñoz sale de la cárcel en 2008, Roca permanece en ella por otras causas judiciales desveladas por la operación Malaya. Se abre el juicio oral y el número de procesados llega a 95. La Audiencia de Málaga fija la fecha para el 27 de septiembre.

Hoy

Tras el caso Malaya surgieron otras tramas como Troya en Alhaurín el Grande; Astapa en Estepona y Arcos en Alcaucín. A día de hoy el PP gobierna en una Marbella que comienza ver la luz al final del túnel del gilismo, sin embargo aún tiene que resolver asuntos con sus cuentas municipales y sus deudas con el Gobierno, sospechas de prevaricación de alguno de sus ediles y las acusaciones de los socialistas contra la alcaldesa Ángeles Muñoz de no invertir lo suficiente en sus propios ciudadanos. La sombra de Gil es alargada.

FUENTE: elplural

No hay comentarios:

Publicar un comentario