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viernes, 27 de agosto de 2010

PGOU: al fin, Naval Gijón para "suelo industrial" con edificios de seis pisos y bajos comerciales

El Gobierno municipal del PSOE-IU, diseña ahora para el Dique lo que siempre negó, pero que todo el mundo sabía, la destrucción de este lugar estrartégico es un auténtico delito

El valor de las gradas, de las dársenas y su situación en mitad de la bahía con calado suficiente para botar buques, es de un valor estratégico incalculable y además isustituible, no se pueden reparar ni hacer barcos fuera de la costa ni en dónde no haya calado suficiente.

Redacción

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La reconversión de dos viejas empresas

Naval Gijón

El PGO plantea una actuación singular en los 63.154 metros cuadrados que ocupara el astillero. El terreno mantiene su uso industrial aunque cambiando el sector naval por empresas de base tecnológica y complementándolas con equipamientos comerciales y hosteleros. Se recupera el uso público de la franja costera

Mina La Camocha

El terreno para actuar es de 192.707 metros cuadrados aunque la edificabilidad se limita a 67.447. El espacio se abre a empresas limpias de base tecnológica y manteniendo el diseño del Parque Científico ya que tendrá la consideración de uno de sus enclaves.

El área industrial de Naval Gijón copiará el diseño de los «edificios barco» de Poniente

La altura máxima de las edificaciones de uso empresarial será de seis plantas y los bajos se reservarán para hostelería y comercio

Ya hace meses que nadie se para ante Naval Gijón para intentar vislumbrar el contorno de un barco bajo una maraña de grúas. Tras el muro que siempre fue lienzo para las pintadas reivindicativas nadie construye embarcaciones desde hace tiempo. Ni las construirá. El Plan General de Ordenación (PGO) sentencia la conversión de ese suelo en un polígono industrial de nuevo cuño donde las dependencias de trabajo de empresas de investigación y desarrollo comparten edificaciones con tiendas y bares y por cuyas calles transiten con igual libertad los trabajadores de una empresa de logística camino de la oficina y los paseantes que quieren dar una vuelta a pie de mar. Los redactores del plan, con el apoyo político de un gobierno municipal integrado por PSOE e IU, intentan con esta operación singular mantener el carácter productivo de un espacio vinculado desde hace siglos a la economía local y, al tiempo, completar la recuperación de la fachada marítima de la zona oeste de la ciudad. El PP siempre optó con darle un uso residencial.

Los 63.154 metros cuadrados de terreno -de los que 20.573 están fuera del servicio del puerto- se ordenarán mediante un Plan Especial de Reforma Interior que afecta a todo el espacio, incluido el que es propiedad de la Autoridad Portuaria que puede encontrar en esta operación un revulsivo económico para sus castigadas arcas por la obra de El Musel. La edificabilidad total es de 44.208 metros cuadrados: 30.946 industrial y 13.262 de uso terciario. La ficha sobre la actuación que se incluye en el PGO ya deja más de una cosa clara. Para empezar que el diseño de la zona seguirá la tipología que marcan los denominados «edificios barco» de Poniente con construcciones que tendrán una altura máxima de seis plantas y donde los usos comerciales se deben ubicar en la planta baja de las edificaciones.

Otro de los criterios básicos de la ordenación es que las dotaciones públicas se concentrarán en el borde costero, fundamentalmente en torno al antiguo dique, y que se debe generar un vial que comunique el área del Acuario con la Travesía del Mar y donde se restringirá el tráfico rodado. El uso industrial del espacio está limitado a «empresas limpias» y se reserva a usos terciarios un 30% del aprovechamiento del territorio.

La elaboración del plan especial debe tener en cuenta las limitaciones que impone la presencia de ese espacio en el catálogo urbanístico. El principal elemento del conjunto es «el dique» como pieza de referencia de la actividad naval en Gijón. Los especialistas también ponen en valor elementos singulares como la bomba y la pila de lavado. A nivel general, el conjunto del astillero está sujeto a un nivel de protección ambiental documental.

Un parque tecnológico con su propio pozo minero

A falta de paseos al borde del mar y espacios para bares y tiendas, la operación de suelo industrial prevista para los terrenos de Mina La Camocha en el Plan General de Ordenación es muy similar a la que se tiene en mente para Naval Gijón. También se trata de mantener el carácter productivo de un suelo que siempre ha estado ligado a la economía local pero dando el salto de un sector industrial tan tradicional como el minero a un planteamiento más tecnológico donde las empresas que se implanten allí tengan una fórmula de actuación similar a las ya ubicadas en el Parque Científico y Tecnológicos. Igual que su estética constructiva.

Las antiguas instalaciones del conjunto minero de La Camocha.

Gijón busca, sin llegar al mismo nivel de altísima cuantificación y componente tecnológico que en Cabueñes, empresas sin humos, vertidos ni ruidos que se instalen en esa superficie de 192.707 metros cuadrados, que tiene una edificabilidad total de 67.447 metros cuadrados. El terreno de La Camocha busca ser algo más que un simple polígono industrial.

El plan especial que desarrolle este enclave industrial debe partir, y así lo indica la ficha del planeamiento general, del análisis del patrimonio existente «con el objeto de determinar aquellos edificios y elementos que deberán conservarse. Se propondrán alternativas para su uso así como modos de intervención en los edificios y elementos merecedores de conservación». El nuevo catálogo urbanístico ya marca que el análisis del conjunto productivo de la mina ubicado en la parroquia de Güerces debe tener en cuenta la singularidad del castillete, la sala de máquinas y la maquinaria del pozo 3 demás de la chimenea, las oficinas, la casa de aseos y la subestación eléctrica. La construcción del conjunto minero tuvo lugar en la década de los treinta del siglo pasado.

El grado de protección de cada uno de estos elementos se determinará tras ese estudio especial que se impone y que debe contar con un informe de la Consejería de Cultura del Principado de Asturias en atención al interés patrimonial de este conjunto industrial.

Una gran diferencia entre el desarrollo del enclave industrial de Naval Gijón y el de Mina La Camocha, es que el primero será impulsado desde la iniciativa pública mientras el segundo se deja a la privada.

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