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martes, 8 de diciembre de 2009

Regeneran la arena de La Cachucha con tierra de una finca jerezana



Esta semana pasada comenzaba la regeneración de la playa de La Cachucha, a la que se le está aportando nueva arena, en un volumen que oscilará entre los 20.000 y los 30.000 metros cúbicos, y que procede de la finca La Ina, en término de Jerez de la Frontera.
En vista de los perjuicios de ocasiones precedentes, el alcalde de la ciudad, José Antonio Barroso, reclamó en su día que la alimentación de la playa se realizara con arena de una tonalidad y textura similares a la ya existente, aunque una apreciación a simple vista demuestra que los áridos aportados tienen un tono más oscuro que los anteriores.
La renovación se justifica en los efectos del paso del tiempo y de los agentes erosionantes que actúan de manera particular en esta playa prácticamente cerrada al mar, factor que hace aconsejables nuevos aportes con carácter periódico.
En este sentido, vecinos de la zona de El Cartabón hablaban ayer de la prioridad de dragar el caño como manera de solucionar desde un punto de vista estructural las constantes pérdidas de arena. Otra puertorrealeña que suele sacar a su perro por el paseo marítimo alertaba del posible daño que podría sufrir la población de cangrejos y demás fauna de la zona al ser sometidos al 'choque' de una arena que no se corresponde con su hábitat natural.
El proyecto, encargado por la Demarcación de Costas del Ministerio de Medio Ambiente a las empresas Tragsa y MAB, tiene un plazo de ejecución de un mes, aunque al encontrarse la Navidad por medio, la estimación es que los trabajos concluyan a principios de enero.
El responsable municipal de Playas, Sergio Parodi, ha valorado en este sentido el momento del año escogido: «El hecho de que la actuación se ejecute en estas fechas favorece que no se interfiera en el uso de esta zona de baños durante la temporada de verano», indicó.
En su momento, el alcalde valoró que se tuviera en cuenta dicha circunstancia, pero también otra que sin embargo sí ha concurrido: el riesgo de que la época de lluvias y tormentas dañe la aportación.
La última vez que se llevó a cabo una actuación de este tipo fue en 2007, ocasión en que generó un malestar entre los usuarios de la playa y vecinos, ya que la tierra empleada difería en mucho de la de la playa, encontrarse en ella incluso piedras, raíces y trozos de ramas.

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