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domingo, 22 de noviembre de 2009

Escóznar, 11 años sin agua potable


En octubre de 1998, el alcalde de Íllora, municipio granadino del que es pedanía Escóznar, publicó un bando por el que advertía a los habitantes de esta última población que el alto contenido de nitrato detectado en las aguas que abastecían el pueblo no las hacían aptas para el consumo, ni en los hogares ni en las fuentes públicas. En octubre de 2007, la Consejería de Salud volvió a realizar el mismo diagnóstico, que reafirmó en marzo de este año.
Aproximadamente en la misma fecha, la Fiscalía Provincial de Granada archivó la denuncia de los vecinos basándose en la instalación de una fuente a un kilómetro en las afueras del pueblo, a medio camino de la localidad cercana de Obeila, de cuyo abastecimiento se nutre. En el interín, por los grifos de los habitantes de Escóznar sigue saliendo el mismo agua con alto contenido en nitratos, con la que al menos se duchan y lavan la ropa la mayoría de los vecinos «cuando no sale muy turbia».
El consumo para beber y cocinar tienen que atenderlo recorriendo la distancia hasta la fuente válida (hay otras tres fuentes que carecen de un aviso de que no son potables) o comprando el agua embotellada, que algunos usan para lavar cuando no les gusta el color de lo que sale por el grifo. El comentario de una vecina que sale del supermercado con un par de garrafas es: «Si llevamos ya toda la vida así».
Los vecinos, organizados en una plataforma, esperaban que los avisos de Salud sirvieran para que, hasta que solucionen el problema, se suministre agua potable por otros medios, tal y como consta en el escrito que redactó en 2007 la jefa del Servicio de Salud Pública de la provincia.
Malos olores y alergias
«El agua embotellada que tenemos», explica Cristóbal, presidente de la Comunidad de Regantes, «es porque vamos a comprarla, de manera que estamos pagando el agua dos veces, porque la factura de la empresa nos la cobra como potable». Una de sus reivindicaciones es que se deje de cobrar la diferencia e incluso «se devuelva lo que nos han cobrado de más». Los vecinos que se han negado a seguir pagando se han visto obligados a pagar tras ser bloqueadas sus cuentas, como le ha ocurrido a Alejandro varias veces. «Pago cuando ya no me queda más remedio. O me embargan la cuenta y tengo que pagar un 20 ó 30% más, o me rescinden el contrato; entonces no me queda más que agachar las orejas».
Comenta que «hay días que huele como si saliese de un estercolero y sale turbia. Ahora han limpiado el aljibe y se nota menos. Pero de donde coge el agua están ahora mismo las obras del AVE y llegan todos los barros de Íllora, filtrándose. Así que a veces ni para ducharse, y aun así, cuando está mejor, la gente que es alérgica sale picándole todo el cuerpo».
La solución ofrecida por las Administraciones es construir una depuradora. A Cristóbal no le convence. «En aguas con alto contenido de nitratos no son efectivas». Después de que la Fiscalía archivara la denuncia, piensan ir al Seprona de la Guardia Civil. «Queremos que certifiquen las irregularidades», insiste, «porque las fuentes habría que pensar en clausurarlas

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