Este edificio, construido siguiendo las directrices racionalistas imperantes en la arquitectura de la época, fue uno de los principales escenarios de los llamados “Hechos de Mayo”de 1937.
Al iniciarse la revolución española como respuesta del proletariado al levantamiento militar contra el gobierno de la República, el edificio de la Telefónica pasó a ser controlado por un comité de trabajadores formado por militantes de la CNT y de la UGT. Esta situación era perfectamente legal de acuerdo con el “Decreto de Colectivización” del 24 de Octubre 1936, pero el 3 de mayo de 1937, en el contexto de los intentos del Gobierno de la Generalitat en manos de ERC, y en alianza con los estalinistas del PSUC, de suprimir los logros revolucionarios y ahogar a las organizaciones obreras, la central de la Telefónica fue atacada por la Guardia de Asalto, dirigida por Eusebio Rodriguez Salas, militante estalinista muy ligado a Antonov Ovsenko, Cónsul de la URSS en Barcelona.
Los trabajadores que defendían el primer piso fueron tomados por sorpresa y desarmados, pero desde las plantas superiores reaccionaron rápidamente y rechazaron el asalto. Este hecho desembocó en el inicio de enfrentamientos generalizados por toda la ciudad de Barcelona y poblaciones de los alrededores, dónde enseguida los militantes de las organizaciones obreras que defendían las conquistas revolucionarias llenaron de barricadas las calles. En esta pugna entre el proletariado revolucionario encuadrado en la CNT y el POUM y las fuerzas conjuntas se dirimía algo más que el control de las comunicaciones; se decidía también el avance o retroceso definitivos de la Revolución. Estas luchas, que costaron la vida a decenas de militantes obreros, acabaron el 6 de mayo después de que la dirección de la CNT hubiera dado la orden de retirase de las barricadas. Para no caer en la aventura, el POUM, que había sostenido la lucha, se retiró también. A partir de entonces, se desató una virulenta represión contra el POUM que desembocó en su prohibición, acusado de ser instigador de una supuesta revuelta contra el gobierno republicano-burgués. Hoy, gracias a los descubrimientos hechos en los Archivos Soviéticos, sabemos que el golpe de mayo fue preparado por la GPU.
“El lunes 3 de Mayo empezó el follón, y fue comenzado por la policía. Mediante la fuerza armada, intentaron tomar el control de la central telefónica de Barcelona, que la CNT hacía funcionar.” Militante anónimo del ILP
“Delante del edificio imponente de la Telefónica, había un grupo de Guardias de Asalto que no sabía qué hacer. Pronto se vieron rodeados por un montón de transeúntes y empezaron debates muy acalorados. Del tira y afloja verbal, se deducía que los guardias tenían la orden de ocupar el edificio de la Telefónica, pero los milicianos anarquistas que estaban dentro lo habían impedido.[…] Sonaron disparos y la multitud se dispersó de golpe. […] En las ventanas del Hotel Colón, la sede central de los comunistas, aparecieron como por milagro sacos de arena. Obviamente allí sabían para qué sonaban ahora las campanas.”
Clara y Paul Thalmann
Al iniciarse la revolución española como respuesta del proletariado al levantamiento militar contra el gobierno de la República, el edificio de la Telefónica pasó a ser controlado por un comité de trabajadores formado por militantes de la CNT y de la UGT. Esta situación era perfectamente legal de acuerdo con el “Decreto de Colectivización” del 24 de Octubre 1936, pero el 3 de mayo de 1937, en el contexto de los intentos del Gobierno de la Generalitat en manos de ERC, y en alianza con los estalinistas del PSUC, de suprimir los logros revolucionarios y ahogar a las organizaciones obreras, la central de la Telefónica fue atacada por la Guardia de Asalto, dirigida por Eusebio Rodriguez Salas, militante estalinista muy ligado a Antonov Ovsenko, Cónsul de la URSS en Barcelona.
Los trabajadores que defendían el primer piso fueron tomados por sorpresa y desarmados, pero desde las plantas superiores reaccionaron rápidamente y rechazaron el asalto. Este hecho desembocó en el inicio de enfrentamientos generalizados por toda la ciudad de Barcelona y poblaciones de los alrededores, dónde enseguida los militantes de las organizaciones obreras que defendían las conquistas revolucionarias llenaron de barricadas las calles. En esta pugna entre el proletariado revolucionario encuadrado en la CNT y el POUM y las fuerzas conjuntas se dirimía algo más que el control de las comunicaciones; se decidía también el avance o retroceso definitivos de la Revolución. Estas luchas, que costaron la vida a decenas de militantes obreros, acabaron el 6 de mayo después de que la dirección de la CNT hubiera dado la orden de retirase de las barricadas. Para no caer en la aventura, el POUM, que había sostenido la lucha, se retiró también. A partir de entonces, se desató una virulenta represión contra el POUM que desembocó en su prohibición, acusado de ser instigador de una supuesta revuelta contra el gobierno republicano-burgués. Hoy, gracias a los descubrimientos hechos en los Archivos Soviéticos, sabemos que el golpe de mayo fue preparado por la GPU.
“El lunes 3 de Mayo empezó el follón, y fue comenzado por la policía. Mediante la fuerza armada, intentaron tomar el control de la central telefónica de Barcelona, que la CNT hacía funcionar.” Militante anónimo del ILP
“Delante del edificio imponente de la Telefónica, había un grupo de Guardias de Asalto que no sabía qué hacer. Pronto se vieron rodeados por un montón de transeúntes y empezaron debates muy acalorados. Del tira y afloja verbal, se deducía que los guardias tenían la orden de ocupar el edificio de la Telefónica, pero los milicianos anarquistas que estaban dentro lo habían impedido.[…] Sonaron disparos y la multitud se dispersó de golpe. […] En las ventanas del Hotel Colón, la sede central de los comunistas, aparecieron como por milagro sacos de arena. Obviamente allí sabían para qué sonaban ahora las campanas.”
Clara y Paul Thalmann
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