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sábado, 18 de octubre de 2008

Ladrillazo al ex alcalde de Alicante


Reportaje por: Federico UTRERA

Cuando dimitió después de 13 años en el cargo el alcalde, Luis Díaz Alperi, todavía parlamentario autonómico del PP, no dio explicación alguna. Cedió su bastón de mando a su concejala de Urbanismo, Sonia Castedo, y enmudeció. Claude Roch, primogénito del clan Tabarot, una familia de políticos de la UMP, el partido de Nicolás Sarkozy, había sido detenido la noche antes en el aeropuerto de Alicante cuando se disponía a volar en un jet privado a Marruecos con un selecto grupo de directivos de su inmobiliaria Riviera Coast. Gracias al Ayuntamiento de Alicante, que dirigía Díaz Alperi, esta empresa construyó su lujosa sede en el antiguo Liceo Francés: sin permiso de obras, sin licencia, tras una inspección de la policía municipal que denunció las irregularidades urbanísticas y sobre suelo de uso escolar. ¿Como lo consiguió?Documentos que obran en poder de interviú confirman que Claude Roch Tabarot logró lo imposible en el Ayuntamiento durante el mandato de Díaz Alperi. Cuando la prensa, algunos vecinos y la oposición municipal habían denunciado que una inmobiliaria edificaba su sede en el antiguo Liceo Francés, todo fueron silencios. “Se hizo la vista gorda, ahora nos lo explicamos todo”, dice el abogado de los afectados, José Luis Escobar.Según esta documentación, el 26 de marzo de 2007, la inmobiliaria solicita licencia para acondicionar el interior del Liceo Francés y ubicar allí la Fundación Riviera, una presunta tapadera con la que se concederían becas a jóvenes tenistas para poder practicar su deporte, junto con la sede social del Club G-7. La realidad es que se construyó allí la inmobiliaria. “Hemos comprobado en la contabilidad que la Fundación sólo movió 2.500 euros y los afectados nos dicen que las dos plantas de su sede siempre estaban vacías”, señala Escobar.Las obras además poseían mayor calado. Se cambió la fachada, se colocó un letrero luminoso con el nombre de la inmobiliaria y sobre el patio del colegio y las pistas deportivas se iba a hacer un aparcamiento. “Se levantó un acta de disciplina urbanística, la policía municipal se personó y constató las irregularidades”, confirma la concejala socialista Loles Fernández, “pero todos ignorábamos quiénes eran los que estaban detrás de Riviera Coast, sólo sabíamos que se estaba mirando para otro lado”.El 21 de agosto de 2007 (ver documentos en página anterior) los técnicos municipales deniegan al Grupo Riviera el permiso de obra mayor para ubicar la sede de su inmobiliaria en el suelo escolar del Liceo Francés. Cuatro meses después se desestima su recurso de reposición, pero la inmobiliaria sigue adelante. Ni se paralizan las obras ni se cierran las oficinas ni se expedienta o multa a sus propietarios. ¿Quiénes eran los influyentes y poderosos empresarios que se escondían tras el Grupo Riviera?El mes pasado lo supieron. El 11 de septiembre, a las 21.00 horas, la cúpula de Riviera Coast era detenida en el aeropuerto de Alicante. Toda la prensa del día siguiente anunciaba el escándalo. A las 16.00 horas, dimitía por sorpresa el alcalde de Alicante, Luis Díaz Alperi (PP), y los afectados creen que no es mera casualidad: “Antiguos empleados nos aseguran que el Liceo Francés estaba ligado al patriarca Robert Tabarot pero lo más relevante es que el suelo dotacional de un colegio se transformó de súbito en edificio de oficinas. A un particular jamás le dejarían y le paralizarían las obras. Pero el ayuntamiento que presidía Alperi lo aprobó. Su actividad era prácticamente nula y el negocio, redondo. Y al venirse todo al suelo y estallar el caso con las detenciones, no era difícil prever lo que se avecinaba”.La alcaldesa y el concejalUna fotografía de un sonriente Nicolas Sarkozy posando junto a ella preside el despacho de la alcaldesa de Le Cannet y diputada en París, Michèlle Tabarot. Su hermano Philippe es concejal en Cannes también por la UMP, aunque en la oposición. Y el primogénito, Claude Roch, está a la espera de juicio tras pasar por prisión, dictada desde la Audiencia Nacional por el caso Riviera. El padre, Robert Tabarot, un ex boxeador (peso medio y medio-pesado) que dirigió la OAS –grupo de extrema derecha que reivindicaba Argelia como colonia de Francia– vive en Alicante y allí nació su hija Michèlle. Un grupo cerrado, muy pétreo, que se reúne en secreto y sigue un supersticioso ritual antes de cada cita electoral para planificarla como si fuera un combate de boxeo, según desveló el semanario L’Express cuando ella accedió la última vez al cargo. En Francia se les considera un clan, pero sólo en el plano político.El problema ha surgido cuando han saltado a los negocios. El juez Santiago Pedraz y la Brigada de Delitos Económicos investigan cómo pudo Claude Roch Tabarot arruinar a más de mil familias españolas en más de 60 millones de euros. Pero la fórmula es la de siempre: un extraordinario poder de seducción con la política como telón de fondo y un lujo ostentoso. Coches de alta gama –un Porsche adquirido por leasing–, relojes de 6.000 euros que cambian de mano, restaurantes lujosos, nombres famosos como reclamo... Pero en esta ocasión, a las celebridades del deporte o el espectáculo se les unía como novedad las de la política.Porque las relaciones de los Tabarot alcanzan la alta esfera pública, la cima del mundo. En la empresa inmobiliaria Aglabahía, de la que Claude Roch es administrador, figura como socio Cossington Consultants Limited, domiciliada en Gibraltar. Su accionista principal es la empresa Valmet Nominees Limited, a la que el diario The New York Times ha relacionado con el blanqueo de 15 millones de dólares a través del Banco de Nueva York y procedentes de la venta de titanio ruso y petróleo siberiano por parte de Roman Abramovich, el magnate ruso afincado en Londres propietario del Chelsea F.C. El diario vinculó también con Valmet a Konstantin Kagalovski, ex representante de Rusia en el Fondo Monetario Internacional (FMI), y ambas operaciones están siendo investigadas por jueces de Estados Unidos y Suiza.Y es que el clan al que pertenece Claude Roch además “presumía de sus altos contactos políticos, de su hermana diputada y de la cercanía al presidente francés”, señala el abogado José Luis Escobar. Así lograron embaucar a sus inversores, pero hoy todo se ha venido abajo.En la sección de Toulon de la Liga de los Derechos Humanos (LDH) consta la ficha del patriarca, Robert Tabarot, con varias fotografías: alias Rocher, ex boxeador, creó con Athanase Tassou Georgopoulos la división en Orán de la OAS argelina, “que no vaciló en asesinar a soldados franceses”. Cuando se produjo la descolonización, se estableció en Alicante, donde montó una pizzería. Por eso en esta ciudad española nació Michèlle Tabarot y a Claude Roch con sus contactos y su ostentoso lujo no le fue demasiado difícil acceder a numerosos negocios en la costa de la comunidad valenciana: terrenos alrededor de Terra Mítica, presidente del Casino Costa Blanca de Villajoyosa, hundimiento de la constructora Cleop... Benidorm y Le Cannet han estado hermanados como pueblos y a los contactos de los Tabarot se les atribuye otra gestión de altura: Claude Roch logró que Severiano Ballesteros, Miguel Induráin y Norma Duval fueran vecinos del complejo de lujo Golf Bahía, para que hiciesen de reclamo hacia otros inversionistas. Pero ya se veía que a Claude Roch le gustaba más el dinero que los ladrillos: la constructora quebró y las viviendas tuvieron que ser terminadas por otra empresa. A sus hermanos también les gusta el glamur y rodearse de famosos para sus aventuras políticas: en sus páginas webs respectivas la alcaldesa Michèlle figura en una fotografía con el futbolista Zidane y el concejal con una bella Miss Francia. Michèlle Tabarot, la que posee un mayor ascendente sobre Sarkozy, también es diputada en la Asamblea Nacional. El abogado de los afectados, José Luis Escobar, denuncia a interviú que el dinero defraudado pudo evadirse a Marruecos, pues en Marraquech se estableció Riviera Coast Marroc y allí viajaba Claude Roch Tabarot momentos antes de ser detenido y encarcelado junto a su mano derecha, Francisco Fernández Fernández; el director financiero, Luis César Dávalos Coronati; el responsable de construcción, José Antonio Quesada Cordón; el asesor de comunicación, Germán Piñeiro Vázquez, y la abogada Sonsoles Sánchez Albiñana. Todos fueron puestos finalmente en libertad por el juez Grande Marlaska, al encontrarse el titular, Santiago Pedraz, fuera de Madrid. Pero sus pasaportes están retenidos y tienen obligación de presentarse ante el juez. Y es que sus deudas se acumulan: deben doce millones a diferentes bancos y ocho figuran en el Registro de Aceptaciones Impagadas. “Gastaban un millón de euros al año en publicidad”, señala Escobar. Al inspeccionar las cuentas, los afectados han encontrado que Riviera Coast como matriz y sus cuatro filiales alquilaron un enorme edificio en la madrileña calle José Abascal por 60.000 euros mensuales e invirtieron un millón en su decoración. Hoy sólo quedan pagarés falsos, letras devueltas y un montón de deudas.

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